Khatera Dadfer, defensora de los derechos de mujeres y niñas en Afganistán, llegó a Euskadi hace 10 meses huyendo junto a su hija del régimen talibán. Fernanda Falcao, enfermera y activista trans, tuvo que marcharse de Brasil por la violencia que sufría. Skarlet Khamad, estudiante de traducción e interpretación, lleva desde marzo como refugiada tras salir de su país por la guerra de Ucrania. Las tres llegaron a España para salvar su vida, dejando atrás todo lo que habían vivido hasta el momento. Ahora, como refugiadas y solicitantes de asilo, en el caso de Falcao, buscan trabajar y estudiar para poder salir adelante. Al igual que ellas, 1.234 personas han solicitado asilo en Euskadi, 459 en Bizkaia, 408 en Gipuzkoa y 367 en Álava, la mayoría de ellas, procedentes de Venezuela y Colombia. La negativa a ofrecerles protección es prácticamente sistemática.
“Hay muchos países islámicos, pero Afganistán es el único donde las niñas no pueden estudiar y las mujeres no pueden trabajar. Como mujer afgana tuve muchos problemas porque trabajé por los derechos humanos y en contra de la violencia contra las mujeres y las niñas. Tenía miedo de los talibanes, porque no querían cambiar, ni dar derechos a las mujeres y niñas. Son los enemigos de la libertad y de los derechos humanos, por eso mi vida era tan difícil en Afganistán. Tuve que estar encerrada en una habitación dos meses con mi hija. No tengo más familia. Con ayuda de una periodista pudimos salir de allí y estoy muy feliz, he empezado mi vida de cero, pero todavía no he conseguido olvidar lo que fue salir de Afganistán y el miedo que sentí”, ha asegurado Khatera Dadfer en un encuentro realizado entre la Comisión Española de Ayunta al Refugiado (CEAR) y Zehar Errefuxatuekin, celebrado en Bilbao. Tras pronunciar esas palabras ha tenido que abandonar la sala conmovida por volver a revivir su historia.
No se puede explicar con palabras el miedo que siente una persona cuando bombardean su pueblo y su casa. Es un miedo de verdad, porque puedes morir y puede morir toda tu familia
Debido a la crisis de Ucrania, el balance de personas llegadas a España ha aumentado. En el caso de Euskadi, 1.666 personas han sido atendidas desde febrero, un 70% de ellas, mujeres. 942 han sido atendidas en Bizkaia, 239 en Álava y 485 en Gipuzkoa. Según ha informado Elena Valverde, coordinadora territorial de CEAR, las atenciones han sido de todo tipo desde derivaciones a recursos de primera acogida hasta consultas o tramitaciones de ayuda. Skarlet Khamad es una de esas personas. En su caso, pudo huir de su pueblo, cerca de Kiev, gracias a las relaciones que mantenía en Euskadi con una familia a la que visita cada verano. Khamad habla un perfecto español y está terminando su último año de carrera de traducción e interpretación.
“A las 04.40 de la mañana empezamos a escuchar sonidos raros, pero al principio no te lo crees. Solo te lo crees cuando ves los bombardeos con tus propios ojos, entonces te das cuenta de que solo te queda salvar tu vida. No se puede explicar con palabras el miedo que siente una persona cuando bombardean su pueblo y su casa. Es un miedo de verdad, porque puedes morir y puede morir toda tu familia. Las personas que llegamos aquí agradecemos la ayuda que nos dan, llegamos perdidos y necesitamos seguridad y ayuda psicológica”, ha explicado la joven ucraniana.
Ser mujer en Brasil es difícil, pero en mi caso aún tengo más vulnerabilidades porque soy trans, negra, pobre y vengo de una zona muy tradicional
Fernanda Falco, al igual que las demás, también ha vivido la violencia en primera persona. En su caso, confiesa que estaba segura de que iba a morir. Enfermera de profesión, destinó gran parte de su vida a luchar por los derechos de las personas LGTBI de Brasil, en especial, las mujeres trans como ella. “Lucho por todas las que ya no pueden, por todas las que han matado. He trabajado como funcionara facilitando programas para personas LGTBI. Ser mujer en Brasil es difícil, pero en mi caso aún tengo más vulnerabilidades porque soy trans, negra, pobre y vengo de una zona muy tradicional. Allí a las mujeres trans no se les mata con un tiro, se les tortura, se les arrancan los pechos y los genitales. A mí me arrancaron dientes y el pelo, hay un odio muy grande. Solo queremos tener el derecho de vivir, de salir a la calle, de poder ser un ser humano”, ha confesado para después asegurar que por fin se siente “respetada, libre y tranquila”.
Las responsables de CEAR y Zehar Errefuxatuekin han insistido en que las rutas por las que las personas migrantes llegan a España cada vez son más peligrosas. Según el informe 'Las personas refugiadas en España y en Europa' realizado con datos de 2021, la mayoría de los migrantes, un 78% llevan por vía marítima y 2.048 perdieron la vida tratando de llegar a España. En Euskadi, según ha destacado la directora de Zehar, Arantza Chacón, en menos de un año cuatro personas han fallecido tratando de cruzar el río Bidasoa, una persona se suicidó en Irún y otras tres más, arrolladas por un tren en el sur de Francia, tras haber cruzado la frontera desde Euskadi.
En el caso de Ucrania se ha visto claramente como cuando hay voluntad política se puede acoger a las personas refugiadas y garantizar su protección; nunca antes se había aplicado de esta manera en otros conflictos
“En el caso de Ucrania se ha visto claramente como cuando hay voluntad política se puede acoger a las personas refugiadas y se puede garantizar su protección. Nunca antes se había aplicado de esta manera a pesar de haber otros conflictos como Siria o Afganistán, entre otros. La mayoría de las personas que llegan a Euskadi solicitando protección internacional pasan por una carrera de obstáculos que dificulta enormemente su incorporación a la sociedad, primero porque los trámites de protección internacional son farragosos, pero también porque la mayoría de las respuestas son denegadas”, ha concluido Chacón.
Para denunciar la situación de las personas migrantes, garantizar que puedan llegar a Euskadi sin poner su vida en riesgo y terminar con “una política de fronteras al servicio de los intereses económicos de los países receptores”, así como asegurar el acceso a la vivienda, prestaciones sociales, educativas, sanitarias y culturales, desde las dos organizaciones han llamado a secundar la manifestación que tendrá lugar el próximo lunes, 20 de junio, Día Internacional de las Personas Refugiadas en las tres capitales vascas. La protesta, bajo el lema 'Seamos refugio. Acoger sin discriminar' comenzará el domingo a las 12.00 en Donostia desde el Aquarium y el lunes en Bilbao y Vitoria a las 19.00 desde el Teatro Arriaga y la plaza de la Virgen Blanca, respectivamente.