Romería a las gasolineras vascas antes de las campanadas para aprovechar el descuento... pero sin colapsos
Se acabó. Desde la medianoche de este sábado el Estado deja de bonificar la adquisición de combustible. El paso de 2022 a 2023 acarrea cambios en las medidas contra la inflación y la rebaja generalizada en las gasolineras sale de la ecuación para dejar paso a descuentos en los productos de alimentación, por ejemplo. En Euskadi, donde hay un millón de coches y otros 300.000 vehículos entre camiones, motocicletas, autobuses o furgonetas, las últimas horas del año han implicado una romería a muchas estaciones de servicio, aunque sin que se haya producido ni un colapso ni un desabastecimiento.
A las 16.00 horas de este viernes, la trabajadora de la gasolinera Euskadi Low Cost de Vitoria se decía algo saturada. “Está siendo un poco locura”, explicaba esta mujer con chaleco reflectante naranja que había iniciado su turno a las 14.00 horas y que llegó a interrumpir momentáneamente la conversación para ayudar a una conductora con el repostaje de su Dacia blanco. “Estamos teniendo hasta dos coches esperando por cada surtidor”, contaba sobre una estación que tiene seis puestos y que comercializa el litro de gasolina de 95 octanos a 1,53 antes del descuento y el diésel a 1,59.
Sin embargo, en el mismo polígono, ni la gasolinera de Cepsa ni las dos de Repsol parecían tener ese mismo flujo de automovilistas. Quizás es porque su precio por litro era del orden de 10 céntimos más elevado. En una de las de Repsol, un jubilado con su impecable Renault Laguna matriculado en Vitoria el milenio pasado admitía que estaba aprovechando para cargar el tanque por el fin de las ayudas del Gobierno. Pero era casi el único cliente de la gran instalación con lavacoches, tienda, cafetería y hasta un poste para recarga de coches eléctricos.
En Bilbao, los conductores también han apurado las últimas horas del descuento. Han sido jornadas con mayor afluencia pero se han registrado menos aglomeraciones en las gasolineras de las que estaban previstas. En realidad, el goteo se ha repartido desde que Pedro Sánchez anunciara este martes que el descuento dejaba de tener carácter generalista. Las estaciones de servicio vizcaínas, como norma general, han duplicado estos días sus peticiones de combustible y reforzado los turnos de personal para evitar problemas en el caso de que se produjeran aglomeraciones, según señala la presidenta de las Estaciones de Servicio de Bizkaia, Nuria Lekue. Por ello, entiende que en ningún momento habrá problemas de abastecimiento antes de las campanadas.
Lekue no obstante, critica la decisión del Gobierno de quitar la medida argumentando que los precios de los combustibles ya han bajado de precio porque “no es así”. ¿Qué dicen los datos? En la gasolinera Euskadi Low Cost de Vitoria, 2022 arrancó con la gasolina a 1,42 y el diésel a 1,27. El 1 de abril, momento de inicio de las rebajas, estaban a 1,78 y 1,79, respectivamente. En junio, el momento de mayor carestía de los combustibles, estuvieron a 2,21 y 2,04, más del doble del 0,99 alcanzado justo al finalizar el confinamiento.
A partir de ahí la curva fue descendente salvo por un repunte en otoño. Los precios actuales son los que había antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. ¿Y qué ocurrirá en el futuro? La representante de las gasolineras de Bizkaia vaticina que lo más probable es que se incrementen a principios de año. Y se aventura a poner cifras: hasta 15 céntimos más por litro de gasolina y 27 en el caso del diésel. De hecho, este año ha implicado que el gasóleo sea más costoso que la gasolina. De media, la 95 ha crecido un 6% por un 22% del diésel. ¿Y cómo afecta al negocio? “Este incremento de precios no hace que las estaciones de servicio vendamos más. Al contrario”, señala. La facturación se ha desplomado un 25% con respecto a 2019.
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