La ruptura de Eusko Alkartasuna, protagonista del 36 aniversario del partido

Eusko Alkartasuna ha celebrado este domingo su 36 aniversario entre reproches al sector crítico de la formación, que ha organizado un acto alternativo al oficial. Su secretaria genera, Eva Blanco, ha criticado que la intención del sector crítico, liderado por Maiorga Ramírez, ha sido “estropear” el evento y que, para ello a organizado un nuevo “circo” con un acto alternativo en el histórico local de EA en la capital alavesa. Local que recientemente han tenido que abandonar para trasladarse ahora a otro lugar en la Cuesta de San Francisco, también en el centro de Vitoria. “Hemos hecho mudanza, pero para bien”, ha reconocido Blanco.

En el acto del sector crítico, su máximo representante, Maiorga Ramírez, ha reivindicado la trayectoria y los principios históricos de esta formación frente al “bochorno” que supone la “vulneración de la participación democrática” que, según ha denunciado, ejerce la dirección actual en el seno del propio partido. En una breve intervención, Ramírez, quien fue suspendido de la militancia por parte de la dirección, ha destacado que las personas que representa la corriente crítica de Eusko Alkartasuna son “el pasado, el presente y el futuro” de esta formación.

Por su parte, Blanco ha subrayado que el celebrado por el sector oficial es “el único acto que celebra el partido” en esta jornada y ha lamentado que el exlehendakari Carlos Garaikoetxea, que apoya al ala crítica no haya acudido a esta celebración pese a haber sido invitado “personalmente” por la dirección. La líder de EA ha mostrado su tristeza por el hecho de que Garaikoetxea, que sí ha acudido al acto organizado por la corriente liderada por Maiorga Ramírez, “ha optado por reunirse con otras personas para celebrar un acto alternativo paralelo”. De esta manera, la secretaria general de Eusko Alkartasuna ha acusado a la corriente crítica de tratar de “amordazar” la voluntad de la afiliación. No obstante, ha advertido a ese sector de que “no nos van a encontrar en el circo y la mentira”, dado que esto “solo beneficia a nuestros adversarios políticos”, informa Europa Press.

El histórico partido vasco, fundado en 1986 como escisión del PNV con el primer lehendakari de la democracia, Carlos Garaikoetxea, como gran impulsor y desde 2011 integrado en lo que ahora se conoce como EH Bildu, está instalado en el 'lawfare' y ha quedado a merced de tres juezas, una de Vitoria, una de la Audiencia Provincial de Álava y otra del Tribunal Supremo, que han de dilucidar cuál será el futuro de la formación.

La crisis interna de EA se remonta al congreso de 2017, en el que afloró un fuerte sector crítico apoyado por el lehendakari Garaikoetxea, de 84 años, y otros históricos. En sus ponencias políticas reclaman un regreso al sistema inicial de cuotas en EH Bildu, con peso para los partidos fundadores al entender que Sortu está fagocitando a los otros socios de la formación. Este mismo domingo, en un acto celebrado en Donostia, los críticos han vuelto a insistir en la necesidad de que la izquierda abertzale no se haga con el control de EH Bildu a través de Sortu. Acusan a esta formación, dirigida por Arkaitz Rodríguez, de fagocitar al resto de socios de la formación, entre los que, además de EA, también se encuentra Alternatiba.

Aquel congreso de 2017 lo ganó Pello Urizar, muñidor de la alianza con la recién legalizada izquierda abertzale y con una escisión de IU, Alternatiba, a lo que luego se sumaría el partido Aralar, fundado como corriente pacifista dentro de la antigua HB. Pero Urizar dimitió en 2019 y se convocaron unas primarias. Como sucesora continuista se presentó Eba Blanco, vicepresidenta del Parlamento Vasco, y los críticos apoyaron a Maiorga Ramírez. Pero, ya con mucha polémica interna, la candidatura de Ramírez quedó anulada al no llegar al mínimo de avales en todas y cada una de las organizaciones territoriales, en este caso en la de Iparralde. Blanco quedó proclamada automáticamente como secretaria general.