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Statkraft, el Mr. Marshall noruego que busca ganarse a EH Bildu y a los vecinos para instalar molinos eólicos en Euskadi

Uno de los parques eólicos ya instalados en Euskadi.

Belén Ferreras

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La empresa noruega StatKraft arranca este martes el proceso que supone todo un cambio de estrategia en las empresas energéticas que han llegado a Euskadi con proyectos de instalación de parques eólicos: lo primero, intentar ganarse a los vecinos y sumarles al proyecto haciéndoles partícipes del mismo. Esto, que no elimina la contestación social al impacto ambiental que supone la instalación de molinos eólicos, sí contribuye a atenuarlo, sobre todo si esa participación en el proyecto puede suponer para los ciudadanos de los municipios donde se instalan una mejora en la factura de la luz. Algo nada desdeñable ahora que nos hemos dado cuenta por culpa de la guerra de Ucrania que la dependencia energética del exterior contribuye, y mucho, a que se dispare la parte de nuestra renta que debemos usar para pagar la luz.

Este martes ha sido la primera prueba de fuego para un proyecto que, de entrada, parece contar con mayores beneplácitos en su aterrizaje que otros, y se le ha colocado una auténtica alfombra roja por parte de las instituciones, precisamente por esa intención de la empresa de que los beneficios no sean solo para la compañía, sino que los ciudadanos puedan participar y también sacar una rentabilidad. Para muestra un botón: ha conseguido que un ayuntamiento como el Azpeitia, gobernado por EH Bildu, no le haga ascos a su propuesta. De hecho, la asamblea de este martes en Azpeitia para que la empresa explique su proyecto a los vecinos ha sido promovida por la alcaldesa, Nagore Alkorta, que no ha dudado ver el proyecto como “una oportunidad”, por llegar con una propuesta que, al menos, merece ser escuchada, porque “por primera vez se habla de la socialización de la energía”.

Esta postura contrasta con las actitudes que habitualmente ha tenido EH Bildu respecto a la instalación de parques eólicos en Euskadi. De hecho, las nuevas instalaciones han estado paralizadas durante años ante la contestación a los mismos, muchas veces por los municipios gobernados por la coalición abertzale. Pero en esta ocasión, Alkorta no ha estado sola en su partido y diversos cargos de EH Bidu, incluido el propio Arnaldo Otegi han defendido las virtudes de la propuesta de la empresa noruega de la que el coordinador general de EH Bildu destacó que se trata de una empresa pública 100%, “con un código ético muy claro” que “no tiene ningún problema” en reconocer que los ciudadanos y las empresas del entorno “tienen que salir beneficiados de este tipo de proyectos”. Unas palabras en las que el PNV vio “un giro” de EH Bildu en las posturas que había mantenido hasta ahora. Para EH Bildu, no hay ningún giro en las posturas de la coalición respecto a estas instalaciones, pese a que hasta ahora se han opuesto a todos los demás, incluidos los que promociona el EVE con Iberdrola a través de la empresa Aixeindar. Lo que cambia es la empresa que los propone y su proyecto.

El proyecto Statkraft, que es una empresa pública noruega, pasa por levantar dos parques eólicos con una inversión que superaría los 90 millones de euros y que podrían estar operativos en 2027. Se trata, por un lado, del parque eólico Piaspe, que estaría ubicado entre los municipios de Azpeitia, Zestoa y Errezil, de 33 MW de potencia instalada. El segundo de los parques sería el de Itsaraz, que, con una capacidad de 52,8 MW estaría ubicado en los municipios de Aramaio y Eskoriatza. En total se instalarían seis molinos de viento en Gipuzkoa: tres en Azpeitia, dos entre Errezil y Zestoa y uno en Eskoriatza; y otros siete en Aramaio, en Álava. Todos ellos de 205 metros de altura que dobla el tamaño de los instalados hasta ahora en Euskadi.

¿Cuál es la particularidad de esta propuesta? “Nuestra propuesta está basada en tres ejes: una es la socialización del proyecto con los ciudadanos vía comunidades energéticas para que se puedan beneficiar de precios más competitivos en su factura de la luz; la otra es participación de la industria local con PPA -siglas en inglés de Power Purchase Agreement, un acuerdo o contrato de compraventa de energía a largo plazo entre la empresa energética y el consumidor-. Un PPA que sean km0 y que de cobertura al consumo de la industria local en Euskadi. Y la tercera es la participación público- privada, con entes y entidades públicas que impulsen el desarrollo del proyecto”, señala Luis Miguel Álvarez, director de Desarrollo Proyectos de Statkraft que ha sido uno de los que ha tomado parte en la asamblea para explicar a los vecinos de Azpeitia el proyecto.

De momento, el proceso está en una fase inicial, y está por definir cuál será la fórmula jurídica que puede tener esa participación vecinal. “Podrá ser vía cooperativa u otra figura, pero de lo que se trata es de que se puedan beneficiar de la energía que genere el proyecto y tener un precio fijo en su factura”, dice Álvarez, que asegura que es un modelo participativo que ya está en marcha en otros países y que se intenta poner en marcha también otros proyectos de la empresa en España como en Valencia. “Hablamos de la participación de unos 4.000 vecinos en Euskadi, pero estamos sin definir la fórmula”.

El director de Desarrollo Proyectos no oculta que los parques tiene un evidente impacto ambiental que será evaluado por la administración con todas las garantías jurídicas, pero defiende que los molinos tienen que ser tan grandes precisamente para generar mayor energía con menor impacto: “En Euskadi hay 153 MW instalados que son 153 aerogeneradores de 1 Mw. Nosotros tenemos dos proyectos con 83 MW y son 13 aerogeneradores. La tecnología actual nos permite instalar mucha potencia con menor número de aerogeneradores y para poder conseguir eso, tiene que tener mayores dimensiones, pero eso tiene menor afección al territorio”, dice.

Plataformas ecologistas protestancontra el proyecto

“Somos positivos con el camino recorrido hasta ahora”, señala Álvarez. “Pero también queda mucho camino por recorrer para conseguir la mayor aceptación posible”, reconoce.

De hecho, ya se han constituido varias plataformas en contra de la instalación de estos molinos, como Karakate Bizirik, Oletan ere ez, Urretxu-Zumarraga Bizi!, Andatza-Ezkeltzu Bizirik y Sañu Bizirik, entre otras, que piden la paralización de estos parques y han convocado concentraciones ya este mismo martes en contra de la empresa mientras se celebraba la asamblea en Azpeitia y una “marcha montañera” este miércoles 12 de octubre que culminará en Elosu, en Bergara. Estos colectivos han suscrito un escrito en contra de la instalación de estos molinos en el que aseguran que estos proyectos tienen “poco de sostenibles e igual de renovables”. En este sentido, recuerdan que cada una de las torres eólicas se construyen con “una tonelada de hormigón, 335 toneladas de acero, 4,7 toneladas de cobre, tres toneladas de aluminio, dos toneladas de tierra rara y otros materiales como el zinc y el molibdeno.” “Conseguir, transportar y manipular estos materiales gasta mucha energía fósil”, dicen. Estos colectivos afirman que “no es cierto” que no haya más alternativa que la instalación de estos macroproyectos, y apuestan por fórmulas con instalaciones más pequeñas cerca de los lugares donde se va a consumir, priorizando la instalación de techos solares, por ejemplo en polígonos industriales.

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