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El sueldo de las trabajadoras de limpieza de Hondarribia subirá un 22% en cuatro años: Se acabaron las clases entre basura

Trabajadoras de la limpieza de edificios municipales de Hondarribia.

Belén Ferreras

24 de diciembre de 2022 21:44 h

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Cuando los niños del colegio público Talaia Eskola de Hondarribia vuelvan a sus clases el día 9 de enero, después de las vacaciones de Navidad, sus aulas parecerán otras. Después de meses dando clases “entre la basura” el colegio estará limpio. Justo al borde del fin del trimestre las trabajadoras de la limpieza de los edificios públicos dependientes del Ayutamiento de esta localidad guipuzcoana, entre ellos el colegio, han llegado a un acuerdo con la empresa que tiene adjudicada la gestión del servicio que permite poner fin a la huelga que ha durado siete meses, y que se convirtió en indefinida el pasado 8 de septiembre, poniendo a todos los edificios públicos, pero sobre todo al colegio, en una situación límite.

El acuerdo ha sido “del todo beneficioso para las trabajadoras”, señala Xabier Etxaniz, representante de ELA, sindicato que ha pilotado esta huelga de larga duración, en la que una vez más ha sido clave la caja de resistencia del sindicato, que permite a los trabajadores mantener la presión alargada en el tiempo. El acuerdo firmado contempla una subida salarial del 22% en los cuatro años que dura el convenio, de 2023 a 2026. Pero además, contempla una cláusula de revisión salarial que incluye el año 2022, “de forma que si desde 2022 a 2026 el los precios han subido en conjunto por encima de ese 22%, se añadirá”, señala Etxaniz. Una medida que “garantiza el poder adquisitivo de las trabajadoras y se termina con la brecha salarial”, dice. Además, se incluyen dos días de descanso para asuntos propios y cláusulas en las que queda claro que la empresa no podrá descolgarse “de forma unilateral” de convenio. “Estamos satisfechos porque se ha respondido a la mayoría de estas peticiones, pero no terminamos nuestra pelea con la empresa. Sabemos cómo es y estaremos vigilantes para que cumpla”, advierte el responsable de ELA que recuerda que el papel que ha hecho el Ayuntamiento, responsable del servicio, en todo el conflicto no ha sido el más adecuado. “El Ayuntamiento ha hecho oídos sordos a las peticiones de la plantilla”. De hecho, recuerda que el consistorio renovó la concesión del servicio a la esta empresa en pleno conflicto. “A la empresa solo le importaban los dividendos y ha intentado alargar la negociación en beneficio de sus intereses, pero gracias a la lucha hemos llegado a un buen acuerdo”.

El acuerdo se firmó el pasado día 20 después de que la empresa adjudicataria del servicio ISS Facility Services, recibiera un importante varapalo judicial que parecía colocar en punto muerto la negociación, ya que tras conocer la sentencia en su contra, la compañía suspendió las reuniones previstas con los representantes de los trabajadores. La mediación de la delegación de Trabajo y del Ayuntamiento en el último encuentro permitió desbloquear la situación y finalizar la huelga.

La sentencia en cuestión obliga a ISS Facility Services ha pagar 30.000 euros por incumplir el decreto de servicios mínimos del Gobierno vasco. En concreto deberá pagar a tres trabajadoras 7.500 euros a cada una -una de ellas delegada sindical de ELA- y otros 7.500 euros al sindicato ELA.

El sindicato denunció a la empresa por seleccionar a tres trabajadoras para cubrir los servicios mínimos sin haber acordado previamente nada con el comité de huelga, pese a que el decreto del Gobierno vasco indicaba que los servicios mínimos se debía acordar entre ambas partes. Además, el decreto establecía que los servicios mínimos se realizarían de forma rotatoria, pero la empresa obligó a estas tres trabajadoras a cubrir estos servicios durante toda la huelga sin permitir que lo asumieran otras trabajadoras, aunque “el comité presentó varias alternativas, a las que la dirección hizo caso omiso”.

Xabier Etxaniz considera que la empresa pretendía “castigar a las trabajadoras por su papel importante en la huelga”. Una de ellas era además la candidata del sindicato a las elecciones sindicales que finalmente ganó. Esta sentencia supuso un punto de inflexión para determinar la solución del conflicto que se llevaba arrastrando desde el 1 de enero de este año para intentar negociar el convenio.

Desde el Ayuntamiento han mostrado su “satisfacción” por el acuerdo y el alcalde Txomin Sagarzazu, agradeció la mediación en el proceso de Victor Monreal, Delegado Territorial de Trabajo de Gipuzkoa.

Aunque la huelga afectaba a todos los edificios municipales es desde el colegio Talaia Eskola y desde la asociación de padres y madres de esta escuela pública dividida en tres edificios diferentes según la edad de los alumnos, en los que la situación de suciedad era ya del todo “insostenible”, según denunciaba la responsable de la AMPA, Ainhoa Iridoi. La asociación de padres llevaba todos estos meses recopilando en las redes sociales imágenes y vídeos de la suciedad entre la que sus hijos se veían obligados a dar clase cada día.

“Los niños dieron clase algún día en el patio a modo de protesta, pero cuando empezaron las bajas temperaturas era ya algo imposible”, relata Iridoi, que recuerda que el conflicto ha tenido en vilo a alrededor de 700 familias durante todos estos meses en los que “el colegio ha estado lleno de mierda, con problemas añadidos para niños con problemas de asma y los profesores desesperados”. “Tanto control sobre la limpieza tras la pandemia y que ahora hallamos tenido que pasar por esto es incomprensible”, señala.

La situación fue tan insostenible que el Gobierno vasco obligó en medio de la huelga a realizar una limpieza general al margen de los servicios mínimos con un resultado que duró poco. Iridoi lamenta que el Ayuntamiento no se implicara desde el principio con fuerza en mediar en la negociación porque “nos hubiéramos ahorrado mucho tiempo”. “Se ha mantenido al margen casi hasta el final”, argumentando que era una cuestión entre empresa y trabajadores, denuncia. Ahora a esperar que “no vuelva a pasar” y satisfechos porque el tras las vacaciones “nuestros hijos vayan a estar en aulas limpias”.

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