Trabajadoras en huelga por un “colapso” en los servicios sociales de Donostia: “No podemos atender con calidad”

Los centros de servicios sociales de Donostia han estado cerrados este jueves y viernes y también lo estarán los próximos 28, 29 y 30 de abril a raíz de la huelga convocada por las 130 trabajadoras (en su mayoría mujeres) de Acción Social del Ayuntamiento. Se trata de una plantilla compuesta por trabajadoras sociales, psicólogas, administrativas, técnicas y educadoras que se encargan de atender a la ciudadanía, gestionando servicios esenciales como la ayuda a domicilio, recursos para la discapacidad y la dependencia, atención psicológica infantil y apoyo a personas en riesgo de exclusión social y mayores. Desde el sindicato ELA han denunciado que las trabajadoras están “al límite”. “Es imposible que con el aumento de las cargas de trabajo que están sufriendo se siga trabajando con las mismas trabajadoras”, han alertado.
Josune Lezana es una de las trabajadoras que ha secundado la huelga. En su caso, lleva 22 años como trabajadora social de los servicios sociales de base. “Somos los servicios sociales municipales, que somos la puerta de entrada a todo el sistema público de servicios sociales. Atendemos a personas dependientes, mayores situaciones de vulnerabilidad o de falta de recursos económicos, familias con conflictos en la convivencia, menores de edad en riesgo en situaciones de desprotección, mujeres víctimas de violencia de género, personas con discapacidad y todo lo que pueden ser problemáticas sociales y socioeconómicas”, detalla.
El problema es que desde hace unos años han notado mayor demanda, que deben atender con los mismos recursos. “Estamos desde hace años ya con una subida exponencial de la demanda, pero sobre todo en los últimos años. A partir de la pandemia ha habido un incremento muy importante, un 20% de subida de casos a atender. Sin embargo, los recursos son los mismos y somos los mismos profesionales trabajando. Estamos llegando ya a unos niveles insostenibles. La sobrecarga y la falta de estabilidad en los equipos no es algo nuevo, pero se ha agravado ya hasta unos niveles insostenibles. No podemos responder a los cientos y cientos de llamadas que recibimos cada día. No podemos atender con la rapidez y la calidad necesarias a las demandas de los ciudadanos”, denuncia la trabajadora.
Según reconoce, las trabajadoras se han reunido con el Ayuntamiento para solicitar refuerzos, pero desde el Consistorio no atienden a sus peticiones. “Atendemos las urgencias y estamos apagando fuegos constantemente, pero con un estrés y una sobrecarga muy importante. Lo que pedimos es un refuerzo, que haya más contrataciones, un refuerzo de las plantillas y una reorganización. También hace falta una reestructuración para mejorar lo que es el trabajo y la organización del día a día. Nos hemos reunido ya en varias ocasiones con la dirección y con el Ayuntamiento y no ha habido ninguna respuesta. Solamente se nos dice que no hay dinero para contratar a más personal”, asegura.
“No pedimos ni que se nos suban los salarios, solamente pedimos poder trabajar en una situación normal, en una situación en la que podamos atender a las personas con calidad. Hay un montón de bajas y fugas de personal que en cuanto se puede se va a otro departamento porque trabajar en servicios sociales es durísimo y no por la problemática que atendemos, sino porque tenemos una presión insostenible. El Ayuntamiento tiene publicada en la web municipal una carta de servicios, un modelo de atención que no es verdad, porque no podemos dar esa respuesta si no tenemos los recursos necesarios”, lamenta.
Esa situación es la que ha hecho que las trabajadoras decidan parar. “Vamos a la huelga y estamos fuertes, estamos unidas porque creemos que estamos demandando algo justo, algo que es de derecho, tanto para las trabajadoras como para los ciudadanos de Donosti. Los servicios sociales somos los olvidados del Ayuntamiento. Nosotras atendemos a los pobres, a los vulnerables, a los mayores y no les interesamos. Eso es el mensaje que nos están dando. Lo que queremos es importarles y que nos doten de medios para que podamos hacer bien nuestro trabajo”, concluye.
Por su parte, desde el Ayuntamiento informan de que “en los últimos ocho años” han incrementado “un 40% el presupuesto destinado a acción social, que ha pasado de 24,7 millones en 2015 a 34,1 millones en 2022, de los cuales 9,2 son destinados a políticas de inclusión, lo que supone una inversión de 340 euros por habitante”. En cuanto a los últimos presupuestos aprobados, el equipo de Eneko Goia insiste en que “el presupuesto en 2025 para servicios sociales es mayor al del año pasado, un total de 37,4 millones de euros”. “Un incremento que viene derivado del aumento del gasto corriente destinado al departamento en 1,9 millones de euros provocado por los nuevos convenios de los contratos de servicio, así como por el aumento de la plantilla con 6 nuevos psicólogos comunitarios. Entre las partidas que destacan se encuentran la Ayuda Domiciliaria (9,9 millones de euros), las Ayudas de Emergencia Social (3,7 millones de euros ampliables según necesidad), Inserción Social (5,6 millones de euros) o Prevención de Infancia y Familia (4 millones de euros)”, aseveran.
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