El lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha concretado sus planes de cara al lunes, cuando reunirá a la mesa de crisis de la emergencia sanitaria en Euskadi (conocida como Labi) para decidir si se flexibilizan las restricciones motivadas por la COVID-19 pasadas tres semanas del final del estado de alarma. Urkullu ha confiado en que la pandemia se halle “en una última fase” con la caída notable de los casos en estos días y la extensión de la vacunación, pero ha insistido en apelar a un “último esfuerzo” de la ciudadanía para que se cumplan las medidas en vigor. De hecho, la tasa está llegando ya al nivel que desde el verano ha sido el suelo de bajada -una tasa del entorno de 200 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días- y con indicadores que apuntan ya más al alza que a la baja, como el R0 -ya en negativo en Álava y en Gipuzkoa- o la tasa de incidencia a 7 días. De hecho, Álava es la primera provincia cuya curva ha emprendido ya un camino ascendente, si bien parte de un suelo más bajo que la media.
Aunque inicialmente se había barajado un Labi previo al final de semana, los asesores de Urkullu quieren darse unos días más para analizar si el frenazo de la bajada y algunos repuntes son simplemente dientes de sierra o, verdaderamente, un elemento de preocupación. En el Parlamento Vasco, el lehendakari, en todo caso, ha recordado que el final del estado de alarma ha hecho crecer la “interacción social” y que los cierres perimetrales o el toque de queda eran “absolutamente eficaces ante la transmisión”. Ha añadido que no se siente presionado por otras comunidades autónomas -sus horarios de hostelería son más laxos- y ha indicado que su decisión del lunes estará soportada por el dictamen que emitan los asesores “científico-técnicos” del Labi. El Ejecutivo ya dejó claro que no “negociará” con los hosteleros.
El más reciente boletín epidemiológico del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) revela la aparición de 363 nuevos casos positivos de COVID-19 en 24 horas, que son el 4,4% de las pruebas realizadas. Sigue subiendo el peso de los sintomáticos en el momento de la toma de muestras, un dato que llega ya al 38,6%. En seis días, la velocidad de caída de la incidencia ha pasado del 29% al 19%. Y, en el caso de Álava, del miércoles al jueves la tasa ha crecido seis puntos y pasa de 116 a 122 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Rompe una tendencia iniciada el 20 de abril, cuando se llegó a un pico de 448. Su R0 -que mide los casos que origina cada infectado- pasa ya claramente de la barrera crítica de 1 y se sitúa en 1,11, por lo que se considera que la pandemia entra de nuevo en expansión. Son 46 los nuevos casos detectados entre los alaveses y 117 los de Gipuzkoa. El R0 de esta provincia también ha empezado a crecer y se sitúa en 1,01, mientras que la tasa se estanca en 203. Bizkaia continúa como la zona con más casos diarios (194 en 24 horas) y más tasa acumulada (236). En sentido contrario, la localidad de Markina-Xemein pasa a la denominada 'zona verde', con una tasa de contagios asumible, menos de 60.
Las casos se siguen concentrando en la población más joven y, por lo tanto, no vacunada. Son 19 de 363 los mayores de 65 años los infectados en la última jornada, el 5,2%. Hace justo un año, en mayo de 2020, la proporción de mayores de 60 años con respecto al total de afectados por el coronavirus era del 45,6%. Hay casos de coronavirus en 36 colegios, con 47 aulas confinadas.
Sin previsiones de administrar nada de AstraZeneca en la próxima semana
En cuanto a la situación hospitalaria, son 289 las personas ingresadas en la red de Osakidetza, 36 de ellas en las últimas horas. De ellos, 107 están críticos en la UCI, sin que se conozca desde hace días la cifra total de camas habituales en el escenario actual. El 12 de marzo, cuando se produjo el anterior repunte que llevó a la quinta ola de la pandemia en Euskadi, había más ingresos totales (325) pero menos ocupación en la UCI (95). Una de las claves de esta última ola ha sido el tensionamiento asistencial precisamente porque no se había conseguido relajar toda la presión derivada de subidas anteriores de los contagios.
La cara contraria de la pandemia es el avance de la vacunación, que se inició hace ya cinco meses en toda la Unión Europea. Hasta este miércoles, eran ya 424.570 las personas ya protegidas. 37.036 solamente han necesitado una dosis. Representan el 19,49% de la población total. Por edades, el 75,1% de los septuagenarios tiene la pauta completa, así como el 8,6% de los sexagenarios y el 12,2% de los de 50 a 59 años. Este jueves se ha iniciado la segunda vuelta en la Ertzaintza, no exenta de polémica por ser un colectivo que recibió en primera dosis AstraZeneca y al que ahora se le invita a cambiarse a Pfizer. De lo contrario, tendrán que esperar a que se les meta en otra agenda y firmar un documento.
Urkullu ha insistido en que “los ensayos clínicos han demostrado” que ambos preparados son “compatibles” y ha pedido “confianza” en esta decisión. Ha recordado que se trata no de un plan exclusivo de Osakidetza sino de una medida acordada con el Gobierno central y el resto de comunidades en el seno de la consejo interterritorial de Sanidad. El lehendakari, en todo caso, ha admitido que quienes opten por mantener AstraZeneca en vez de Pfizer habrán de “esperar” si bien ha asegurado que “en un plazo o en otro, con una vacuna u otra, la van a recibir”. El problema, nuevamente, son los suministros. Urkullu no ha querido pronunciarse sobre una posible llegada inminente de 70.000 dosis más de la vacuna contra la COVID-19 de Oxford. De hecho, hay 88.259 dosis previstas para la próxima semana y ni una sola de ellas es de AstraZeneca (77.130 de Pfizer, 7.362 de Moderna y 3.767 de Janssen).
En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.