Este sábado hay convocada una gran manifestación en Bilbao en defensa del euskera y como crítica a sentencias judiciales que han anulado medidas de priorización de la lengua vasca. El anuncio de la marcha se hizo en mayo, pero a los argumentos se han añadido fallos más recientes. El Gobierno vasco, como tal, no va a participar en ella, a diferencia del navarro, que enviará a Jabier Arakama, director de Euskarabidea a propuesta de la coalición Geroa Bai, la que integra al PNV. El lehendakari, Iñigo Urkullu, también cuestiona esas resoluciones judiciales y el PNV, como partido, acudirá.
En una tribuna que publica elDiario.es/Euskadi, Urkullu insiste en que es necesaria “cierta sensibilidad” por parte de la judicatura en un territorio con dos lenguas igualmente oficiales. “Sensibilidad hacia una parte de la ciudadanía que desea vivir en euskera, también en su relación con la propia Justicia y con la Administración pública en general en Euskadi donde el euskera es idioma oficial al igual que el castellano”, explica el lehendakari, que alerta también del bajo nivel de uso del euskera en el tercer poder del Estado.
“Resulta pertinente recordar, una vez más, que la Ley del Euskera, aprobada con un amplísimo respaldo en 1982, reconoce el derecho de toda persona a dirigirse a la Administración -sea del ámbito que sea, también del Estado- en el idioma oficial que desee. Además, la ley fija la obligación de garantizar la atención en ambos idiomas oficiales a la propia Administración. Queda un largo camino por recorrer. Pero es posible hacerlo”, escribe.
Y añade: “Hemos avanzado. Ahora bien, el euskera sigue hoy muy lejos de encontrarse en igualdad de condiciones frente al castellano en muchos ámbitos. Uno de ellos es el judicial. Es un hecho: ninguna ciudadana o ciudadano puede realizar un proceso judicial íntegramente en euskera. Siempre encontrará algún obstáculo que se lo impida. Es cierto que hemos dado pasos, pero esta es la realidad y debemos afrontarla. Entiendo que la primera interesada debería ser la propia justicia, para poder impartir, precisamente, aquello para lo que fue creada”.
Según su análisis, el euskera no cuenta con la misma potencia que el castellano por su reducido número de hablantes. Del castellano a firma que es “el segundo idioma más hablado del mundo” y que incluso “todos los vascos en el Estado español sin excepción” lo conocen, a diferencia del euskera. “Pero es, sin duda, nuestra lengua propia. La de todas y todos los vascos. Debemos cuidarla, mimarla, fomentarla, transmitirla y, sobre todo, emplearla. Es la única manera de garantizar su futuro y de dar respuesta al legado que nos dejaron nuestras antepasadas y antepasados”, redunda.
El asunto del euskera ha adquirido protagonismo en la agenda política vasca. El Parlamento aprobó el jueves una resolución de adhesión a la manifestación de Bilbao. El PNV pactó un texto con EH Bildu y rompiendo la alianza con su socio de Gobierno, el PSE-EE, con el que está obligado a consensuar la respuesta a los debates promovidos por la oposición. Las tensiones entre socios también afloraron en las negociaciones de la reforma educativa. Finalmente, los socialistas lograron del PNV que aceptara enmendar la redacción inicial de la ley para preservar los modelos A, B y D, en castellano, mixto y euskera, respectivamente. Asimismo, Urkullu mostró su enfado cuando, en un acto empresarial en Bilbao con presencia del jefe del Estado, el rey Felipe VI, varios asistentes carraspearon a modo de boicoteo cuando pasó del castellano al euskera.