Tras contrastar 50 documentos históricos, además de realizar la revisión exhaustiva de la prensa vasca entre septiembre de 1936 y junio de 1937, el Ayuntamiento de Bilbao y la Sociedad de Ciencias Aranzadi han rescatado en forma de viaje virtual uno del los 300 refugios antibombas que hubo en la ciudad durante la Guerra Civil. Las investigaciones realizadas han sacado a la luz que Bilbao fue bombardeada por las tropas franquistas en 54 ocasiones. La primera de ellas el 25 de septiembre, tras el llamamiento a la rendición a la población de Bizkaia por parte del general Emilio Mola, causando un número de muertos y heridos indeterminado. En total se calcula que hubo 408 muertos por bombardeos en la capital vizcaína.
A raíz de los numerosos ataques contra la ciudad, el Gobierno vasco de aquella época inició la construcción de una serie de estructuras destinadas a la defensa de la población civil. En total se habilitaron un total de 269 refugios antiaéreos en apenas un año, y a diferencia de otras ciudades como Barcelona, donde se construyeron masivamente en el subsuelo, en la capital vizcaína la principal característica es que se reutilizaron edificaciones ya existentes, fundamentalmente sótanos y galerías de tren, en casi el 90% de los casos. Uno de esos casi 300 refugios fue el del número 7 de la calle Zabalbide, que se ha conseguido recuperar gracias a la investigación realizada.
Según han explicado este jueves en el Ayuntamiento, durante la presentación del descubrimiento, la información relativa a ese refugio la han obtenido a través del periódico El Liberal. Concretamente en una de sus publicaciones realizadas el 6 de febrero de 1937, el periódico explicaba los distintos refugios antiaéreos que se encontraban en la ciudad, además de una serie de recomendaciones e instrucciones a seguir para garantizar la seguridad. En aquel listado publicado por el medio aparecían los números 7 y 9 de la calle Zabalbide, donde había una galería que servía para ese fin y tenía una capacidad para 200 personas en unos 200 metros cuadrados de superficie. “Tenía varios accesos precisamente para que, si uno de ellos resultaba destruido a consecuencia de las bombas, la población civil pudiera salir por el otro”, han detallado.
“Al igual que otros refugios coetáneos, fue dotado de sistema de ventilación de aire y corriente de electricidad”, han explicado desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi tras su investigación realizada. Algunos otros materiales apuntan a un tipo de red de tuberías para el suministro o corriente de agua. Sin embargo, todas estas instalaciones han sido desmontadas a lo largo de su historia. Todo aquello desapareció a día de hoy solo se puede encontrar en la zona un trozo de tubería de plomo encontrado a diez metros de la entrada, aisladores de luz de porcelana distribuidos por todo el ámbito, un soplador de aire y una tubería de hierro.
En el lugar, los investigadores han encontrado 9 unidades de casquillos o vainas de proyectil en mal estado de conservación, gancho y cincel. Además de algunos materiales aparentemente antiguos nos podrían dar información sobre la cotidianeidad dentro de este espacio como botellas de vidrio, una lata de leche condensada, un peine o una bota de cuero.
A partir de hoy el refugio podrá visitarse de forma virtual tras el trabajo realizado por Aranzadi, que comenzó en 2021 tras un acuerdo de pleno suscrito en la sesión ordinaria de junio de aquel año y aprobado a través de una enmienda de modificación de el PNV, el PSE-EE y EH Bildu, a proposición inicial de EH Bildu. Para que la ciudadanía conozca que en ese lugar hubo un refugio antiaéreo se colocarán dos murales realizados en lava volcánica esmaltada con textos e imágenes sobre los refugios y los bombardeos que padeció Bilbao durante la Guerra Civil.