World Press Photo en Vitoria: venta de riñones, un 'no' al hiyab y otras historias rescatadas por el fotoperiodismo
La exposición de las mejores instantáneas de todo el mundo reivindica la “serenidad de la fotografía” y alaba la capacidad de los reporteros gráficos para relatar vivencias personales que de lo contrario pasarían desapercibidas
Apenas tiene 5 años, pero una raja en el costado izquierdo indica que la vida que le queda por delante tendrá que vivirla con un riñón de menos. La precaria situación a la que está abocada Afganistán ha conducido a un sustancial incremento del tráfico de órganos, y los padres de este niño, que apenas tenían dinero para comprar alimentos, no vieron otra opción que vender un órgano de su hijo por una suma que no superaba los 3.500 dólares estadounidenses. El protagonista de esta historia tiene nombre y apellido, Khalil Ahmad, y también un rostro y una mirada. Su historia personal, que de otra forma habría quizá quedado opacada por la anónima macrohistoria de la guerra en aquel país asiático, se narra con imágenes gracias a la labor de documentación del fotógrafo danés Mads Nissen, cuyo reportaje titulado 'El precio de la paz en Afganistán' le ha merecido la concesión del premio al 'Reportaje Gráfico del Año' de la última edición del World Press Photo. Esta es solo una de las 160 imágenes que se podrán ver hasta el 15 de noviembre en el antiguo depósito de aguas de Vitoria, en el Centro Cultural Montehermoso, como parte de la visita que el prestigioso certamen internacional de fotografía de prensa hace a la ciudad cada otoño desde hace ya veintiún años.
La exposición recoge treinta historias plasmadas en un total de 160 fotografías, pero al concurso anual se presentaron hasta 3.752 reporteros, procedentes de 127 países y con un total de 60.448 instantáneas. “Son historias muy personales, pero de un interés global. Son historias para contar un mundo que pasaría desapercibido si no fuera por los periodistas”, explicó en la presentación Paco Valderrama, impulsor de la exposición, que subrayó que la cita con el World Press Photo es ya ineludible en el calendario cultural del otoño de la ciudad. Más de 12.000 personas se acercaron a visitar las fotografías de la anterior edición. “En un contexto de tremenda velocidad del flujo de información e imágenes, es un canto a la serenidad de la fotografía y al respeto por la labor del fotoperiodismo”, recalcó.
La mirada de Khalil Ahmad no es la única de las que ahora pueblan Vitoria que atrapa. La tortura y muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la policía religiosa islámica desató en Irán una oleada de protestas contra la obligatoriedad de vestir con el hiyab. En el marco de estas manifestaciones, se sucedieron los desafíos de mujeres que se mostraban en público sin la prenda, que seguía siendo obligatoria. Una de ellas, sentada en una concurrida plaza de Teherán, dirige fijamente la mirada hacia el objetivo del fotógrafo Ahmad Halabisaz, que gracias a esta imagen recibió una mención honorífica. La fotografía ganadora de esta edición, no obstante, se tomó a unos dos mil kilómetros de la capital iraní, en una Mariúpol arrasada por la invasión rusa de Ucrania. Iryna Kalinini, de 32 años, está a punto de dar luz, pero resulta herida por un ataque del ejército de Vladímir Putin contra un hospital de maternidad. Evgeniy Maloletka detuvo el tiempo con su cámara en el momento en que a la madre la trasladan en camilla, pero el desenlace de la historia se produjo poco después: el niño, que iba a llamarse Miron (que significa 'paz' en ucraniano), nació muerto y la madre pereció apenas media hora después. El jurado decidió por unanimidad que esta instantánea había de ser la ganadora.
Las historias que se narran permiten un recorrido por todos los rincones del mundo. Desde una Argentina albiceleste extasiada y paralizada por el triunfo en el Mundial de fútbol masculino hasta la construcción desde cero de una nueva capital para Egipto a las afueras de El Cairo. En Filipinas, una comunidad de personas de avanzada edad del colectivo LGTBIQ+ que da en llamarse los 'golden gays' se brinda apoyo y ayuda mutua en un hogar en el que se reparten las tareas. Hannah Reyes Morales, una de las fotógrafas premiadas en el último World Press Photo, ilustró en unas fotografías para el 'New York Times' la vida en Manila de este grupo, que en 2012 fue desalojado y que ahora vive en una casa alquilada. Reyes Morales es una de las apenas diez mujeres cuyo trabajo ha sido reconocido en esta ocasión, frente a los veinte hombres galardonados.