El convenio del campo extremeño, que aún no ha sido ratificado, ya tiene su primer detractor. La organización La Unión, que no ha sido parte negociadora del acuerdo alcanzado el pasado viernes entre patronal y sindicatos, ha mostrado su malestar porque, a su juicio, el nuevo convenio está “muy alejado” de las posibilidades económicas de los empresarios agrarios de Extremadura.
El secretario de La Unión, Luis Cortés, ha lamentado que “con los costes de producción de esta campaña, añadiendo los incrementos pactados y la escasez de mano de obra, muchas producciones agrarias no van a ser rentables” y menos cuando “no se establece ninguna norma para facilitar la disponibilidad de mano de obra”. Con respecto a esto, Cortés ha criticado que “no existan normas que pongan trabas a la hora de cobrar los subsidios de desempleo en tanto hay ofertas de trabajo, como está sucediendo en la actualidad, ya que hay 10.000 parados y falta mano de obra”.
El secretario de La Unión ha criticado que a “UPA-UCE, que pertenece a la UGT, no les afecte o estén contentos”, pero ha hecho un llamamiento a Asaja para que “no firme el convenio, no porque los trabajadores no lo merezcan, sino porque los empresarios no pueden pagar estos salarios”.
Por ultimo, Cortés ha incidido que “hay que tener en cuenta que son salarios mínimos de obreros sin cualificar, sin tener cuenta los pluses de nocturnidad, de transporte y antigüedad”, lo que supone unos ingresos de 1.358 euros mes, cuando hay “enfermeros y médicos ganando 1.100 euros al mes los primeros años”.