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Las explicaciones de Astorga no convencen a la oposición, que ya pide responsabilidades al alcalde

Pleno municipal en el que Alberto Astorga dio sus explicaciones

Pablo Sánchez

Abatido, con las pilas casi agotadas y con demasiados recuerdos borrosos de aquella noche de junio aciaga para él, Alberto Astorga quedó ayer muy lejos de convencer a la oposición de izquierdas del Ayuntamiento de Badajoz. Ni Manuel Sosa (IU) ni Celestino Vegas (PSOE) le creyeron su desaliñado relato de los hechos y al final el alcalde no pudo cerrar este espinoso asunto y aceptó la propuesta de los socialistas de reunir una comisión de investigación para seguir aclarando las numerosas dudas que aún quedan por resolver.

El teniente de alcalde Astorga intentó minimizar en el pleno municipal los hechos de la noche del 13 de junio y mientras leía todas y cada una de sus intervenciones trataba de reducir sus errores una y otra vez a un incidente administrativo, una multa de tráfico por aparcar donde no debía y que no estaba bebido cuando pasaron los hechos. Casi nadie le creyó.

“No creo que yo tuviese una actitud chulesca ­­–relataba Astorga en una de sus múltiples afirmaciones a medias­-. No creo, no recuerdo bien, cometí varios errores, me parece que…”, fueron sus expresiones más reiteradas, junto a las nuevas peticiones de perdón a los ciudadanos por lo que siguió calificando de incidente, sanción administrativa…

Iba ebrio

Al portavoz socialista Celestino Vegas no le costó demasiado trabajo ir desmontando esas tímidas explicaciones y trazar un relato de los hechos demoledor, siguiendo el guión del informe del policía nacional con el que Astorga discutió. Vegas fue sacando a relucir las contradicciones que ha habido en las posteriores declaraciones del portavoz popular e incluso en el posterior informe de la policía local. “Cualquier ciudadano de a pie que hubiera hecho lo que usted, habría dormido esa noche en el calabozo”, dijo Vegas a Astorga.

Vegas y también el portavoz de IU Manuel Sosa citaron reiteradamente el informe del agente de policía nacional que sancionó a Astorga y en el que puede leerse que el teniente de alcalde rompió la multa en las narices del propio agente diciendo “usted no sabe con quién ha dado, soy teniente de alcalde de Badajoz y aparco donde me da la gana” … y otras lindezas similares, entre otras que cuando el concejal de la policía local de Badajoz llegó a recoger su moto mal aparcada en un lugar reservado a minusválidos iba en condiciones no aptas para conducir, o sea, ebrio o “jateado”, en apalabras de Vegas .

“Ese informe de la policía nacional ha sido confirmado por el delegado del Gobierno, por el alcalde y usted no ha tomado ninguna medida, ahora está tiempo, ¿va a tomar medidas, va pedir al delegado del Gobierno que investigue…? Si no es así se confirma que todo eso es verdad, y debe dimitir ahora mismo”, reprochaba Sosa.

Trato de favor

Para la oposición, al margen de si aparcó acá o allá, de si había tomado una o diez copas, el tema verdaderamente grave es que el teniente de alcalde de Badajoz recibió un trato privilegiado por ser quién era, unas deferencias que ningún otro vecino recibiría en situaciones similares, y a esa evidente desigualdad calificaron de abuso de autoridad y prepotencia, por ello pusieron un precio a esos: la dimisión inmediata de Astorga.

Hay muchos detalles llamativos en los informes de policía nacional y local que reflejan el exquisito trato recibido por el ex delegado de Tráfico y Policía. Uno de los más llamativos es la intervención de una mediadora, una inspectora de la policía nacional que nadie sabe por qué acudió al lugar de los hechos y nadie recuerda que haya actuado en ocasiones similares con ese cometido.

Cuando el agente de la policía nacional le impone la multa y pide a la local un análisis de alcohol, la mediadora pide a la policía local que no le hagan el análisis de alcoholemia y conversa con el agente, su subordinado y Astorga para mediar. Con tanto éxito hizo su tarea la mediadora que al final el agente de la policía nacional y el teniente de alcalde se dieron la mano, dicen los informes oficiales.

Tras el apretón de manos, teóricamente con todo aclarado, la policía local lleva a su jefe a casa, a las tres de la madrugada, y la moto se queda aparcada en el lugar de autos. ¿Por qué ese traslado a domicilio? , preguntaba ayer la oposición; Astorga decía que lo hablaron y como estaba cansado pensaron que era lo normal.

Tras noventa minutos que debieron ser interminables para el portavoz del PP el alcalde Fragoso levantó la sesión y los concejales del PP fueron de uno en uno a darle la mano, un abrazo o un beso. Era difícil discernir si le daban ánimos o condolencias.

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