El acero de las pequeñas hachas de cocina se deja penetrar por la aguja y lanas de colores y pierde su aspecto fiero y las hojas cortantes resultan estar bordadas a 'petitpoint' con casas de diseño infantil.
Ahí están también los cuchillos de la carne, con sus filos interceptados por hilos coloridos que les convierten en muestrario de labores domésticas.
Un destornillador ha sido marcado igualmente con su alegre carga de hilatura y, sobre una mesa, se exhibe un completo servicio de café cuyas piezas están moldeadas por los hilos de un perlé dorado que da forma a los cacharros de la pequeña vajilla. Pero la loza ha desaparecido.
Hay también una carpeta cuyo cartón ensuciado por el tiempo ha sido bordado con un legre colibrí.
Son algunas de las obras que exhibe la artista chilena Catalina Mena (Santiago de Chile, 1971) en 'Frágil', su primera exposición en España, que está instalada en la Galería Ángeles Baños, de Badajoz.
Catalina Mena huye de materiales sofisticados y utiliza los de la artesanía tradicional para dejar claro que con ellos se pueden construir no sólo objetos bellos sino toda una poética. La artista asume que en Chile y en toda Latinoamérica existe una tradición de tejido que remite a nombres tan insignes de la investigación folklórica como el de la propia Violeta Parra.
Las lanas y las agujas eran también una tarea cotidiana en las labores de la familia de Catalina y esa vivencia personal entronca con su deseo de destacar como objetos artísticos las pequeñas cosas domésticas del día a día.
Dicotomías cotidianas
Los nudos que se transforman en tejido se convierten así en una metáfora de la memoria y facilitan la reconstrucción de los recuerdos asociados a los objetos que ahora decoran. “Todos estamos familiarizados con los cuchillos; todos comemos en una mesa con cuchillos y tenedores - argumenta Mena-. Pero los objetos que usamos cotidianamente tienen otros significados y uso los cuchillos para denotar la violencia, que a la vez se contrarresta con los bordados. Trabajo así las dicotomías porque todo puede ser violento, pero también dulce, porque en el fondo nuestra vida también es violenta”.
Catalina Mena estudió Arquitectura y Diseño en la Universidad Católica de Chile y obtuvo el Magisterio en Arte por dicha universidad.