Homenaje para el extremeño Benigno Bejarano, precursor de la ciencia ficción y asesinado por los nazis
Es un gran desconocido y no por ello menos indispensable para entender la literatura fantástica española del siglo XX. Mientras aquella España de la dictadura de Primo de Rivera hablaba de convencionalismos y respiraba cierto olor a naftalina, Benigno Bejarano animaba a sus lectores a transportarse directamente hasta el año 2222 con mundos extraterrestres y viajes al planeta Marte.
Narraciones y viajes astrales de enorme éxito. De hecho su libro ‘El secreto de un loco o El fin de una expedición sideral (Viaje a Marte)’ (1930) llegó a publicarse hasta en tres ediciones diferentes, siendo además un una figura intelectual y referente de la lucha obrera porque era militante de la Confederación Nacional del Trabajo.
Benigno murió gaseado por los nazis en el campo de concentración de Wannstedt (campo satélite de Neuengamme), cerca de Hamburgo, en 1944. Había sido capturado dos años antes en Francia por la Gestapo.
Estando en Francia este extremeño regresó a su país para combatir el franquismo y como otros tantos represaliados su figura quedó relegada al olvido.
Su rastro fue encontrado de manera casual por el estudioso Augusto Uribe cuando indagaba sobre la historia de la ciencia ficción española. Rescatando así por azar a un brillante intelectual, periodista y escritor de convicciones libertarias. Ahora su figura se repara en su localidad natal, Alburquerque. Es allí donde el Colectivo de Memoria y Futuro dedica una completa agenda de actividades bajo el paraguas de la cultura.
Memoria de Futuro adquiere el compromiso de la recuperación y socialización de la memoria de aquellas personas olvidadas del relato oficial de la historia según explica el colectivo. Y una de ellas sin duda es la de este genuino alburquerqueño cuya vida no es igual al resto.
La semana cultural cuenta con el primer certamen ‘Benigno Bejarano’ de ciencia ficción de relato corto y fotografía, a la que se han presentado obras de todo el país. También proyecciones de cortometrajes y pelis de temática fantástica, junto a mesas redondas que analizan sus figuras de la mano de familiares e historiadores así como proyecciones en clave de ciencia ficción, explica José Manuel Tienza, del colectivo Memoria de Futuro.
A ello se ha sumado un taller-mural sobre exiliados y refugiados porque este literato, al igual que otros tantos, fue un exiliado de la Guerra Civil española en Francia.
El proyecto navega también por Internet y las redes sociales de la mano de creaciones tan exquisitas como la que le dedica el célebre escritor Luis Landero. Es un vídeo en el que narra las estrofas del libro más conocido de Benigno rodeado de las estanterías de una biblioteca de Alburquerque. Dos figuras equidistantes, pero unidas por sus raíces en un homenaje que apuesta por reparar su figura.
Un personaje brillante y poco conocido en su tierra
No fue un personaje cualquiera. De clase humilde llegó a estudiar según apuntan algunos historiadores en la Sorbona. También desertor del ejército y un periodista socialmente comprometido que pasó por la cárcel. Pese a todo siguió trabajando para la prensa de la época, realizando distintas publicaciones durante la dictadura de Primo de Rivera.
No hay demasiados datos que permitan reconstruir su memoria en su pueblo de Badajoz. De hecho hay muchas más reseñas y referencias biográficas que personales y es precisamente a través de uno de sus libros, ‘Don Silvio Alburquerque’, la pista que permite a los expertos llegar hasta esta localidad, según detalla de asociación de memoria.
Un viaje extraterrestre para sortear la censura
En su libro más famoso habla de un viaje extraterrestre en un momento de dictadura, en una España un tanto gris que él coloreaba y cuyas líneas escondían su firme compromiso político.
En su obra es frecuente el uso del sarcasmo para sortear la censura en la época de la dictadura, y son muchos mensajes ocultos que hacen alusión a sus anhelos de libertad, a la solidaridad en clave anarquista. Así una de las ponencias versará sobre un análisis de los mensajes que esas estrofas esconden en clave de ciencia ficción.
En su anhelo por expresar la realidad del país en clave personal se sumerge en un mundo imaginario con el que desea mostrar en sus viajes astrales un mundo “igual de viciado” que la época que tocaba vivir. Narra la historia de dos científicos que ponen rumbo a Marte y allá se encuentra a una sociedad jerarquizada en un lugar en el que existen muchas desigualdades, relata el experto José Manuel Tienza.
Una brillante biografía y convicciones libertarias
Pero su biografía es mucho más rica ya que se le conocen al menos una docena de publicaciones, con tipo de artículos literarios, científicos, humorísticos y críticos. También cuentos, llegando a escribir a veces con los seudónimos de Lazarillo de Tormes o de Dionisiere, en las publicaciones Ágora, La Calle, Cultura Libertaria, España Nueva, Estudios, Lecturas o El Progreso, entre otros.
Destaca el historiador extremeño Ángel Olmedo, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, su figura como libertario y su convicción de tratar el anarquismo y la cultura frente a los estereotipos de la época. Son momentos de explosión cultural ideológica, pero también cultural, bajo las escuelas racionalistas, los ateneos y el esperanto como lengua común, a lo que une Bejarano su pasión por los periódicos y revistas.
El cine y la alfabetizar a obreros son también elementos a tener en cuenta, e implican en este contexto que su obra va a tener un alto contenido social, apunta el experto.
En 1916 ya publicó artículos en España Nueva y en 1919 en Solidaridad Obrera de Bilbao y en El País de Madrid. Por lo pronto excluido del servicio militar por su débil complexión física, el 1 de agosto de 1923 ingresó como soldado en Alburquerque y el 8 de febrero de 1924 fue destinado al Regimiento de Infantería de Vergara N º. 57 de Barcelona. Durante su instrucción tuvo problemas con las autoridades militares por deserción, y colaboró con la prensa libertaria y confederal. Conoció a Abel Paz (biógrafo de Durruti).