La asociación de Usuarios del Tren de Toledo ha reclamado al ministro de Transportes y Movilidad, Óscar Puente, que tome ya la decisión “inmediata” que viene anunciando hace meses para resolver el trazado de la línea de alta velocidad Madrid-Lisboa a su paso por Toledo, y le recrimina que no lo haya hecho debido a la presión que tiene de autoridades autonómicas castellanomanchegas y locales de la capital de esa Comunidad.
En abril el ministro Puente dijo que habría una solución “inmediata”, y en agosto aseguró en el Senado que la decisión para desbloquear el asunto se produciría en septiembre. Pero pasó la primavera y llegó el verano, se fueron septiembre, y la primera quincena de octubre, y silencio total.
La posición del Ministerio es la de que la línea procedente de Madrid inicialmente por la que conecta con Sevilla y de la que se desvía luego, pase por la actual estación de Toledo (Santa Bárbara), cruce el Tajo en un nuevo viaducto y luego se encamine hacia Talavera de la Reina, Extremadura y frontera portuguesa.
Sin embargo la postura del ayuntamiento toledano, aunque oficiosa también porque nadie muestra sus cartas con claridad, es hacer una nueva estación, para lo que se mencionó en primer lugar el polígono industrial situado al norte del casco urbano, pero últimamente el área administrativa, comercial y residencial del barrio Benquerencia al este.
Para la asociación de usuarios toledanos del tren, según expresa en un comunicado de esta semana pasada, en ambos casos lo que hay detrás es un interés meramente urbanístico y no ferroviario para desarrollar y dar valor monetario a nuevas zonas residenciales, y la nueva estación supondría la “muerte” futura de la actual ya que la duplicidad de instalaciones sería un caos.
“Sacar las estaciones de las ciudades va en detrimento de la ciudadanía y la eficacia del transporte”, advirtió en enero pasado el ministro Puente, en lo que ese colectivo de usuarios considera un aviso serio a los intereses de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Toledo, que parecen coincidir.
Por tanto Óscar Puente “haría bien en anunciar la decisión técnica tomada, sin dejarse influir por el resto de actores políticos cuya obcecación condenará el tráfico ferroviario irremediablemente si se construye una segunda estación”.
Pasó septiembre, medio octubre, y los sucesivos gobiernos socialistas de Madrid llevan seis años sin resolver el “problema” de Toledo que sigue retrasando la terminación de la nueva línea Madrid-Extremadura-Lisboa.
Y en vísperas, a finales de este mes, de la cumbre anual Hispanolusa y abordar por fin el asunto, en el que el Gobierno portugués exige también avances en territorio español.