La única fiesta del almendro en flor de Extremadura se celebra en febrero en Garrovillas de Alconétar, a 30 kilómetros de Cáceres, y reúne a cientos de personas llegadas no solo de la región sino también de fuera de ella, con ganas de disfrutar de un paisaje espectacular en rosa y blanco. El color lo ponen decenas de almendros que se reparten por el término municipal de esta localidad que es famosa por tener una de las plazas más bonitas de España, rodeada por soportales y considerada entre las más representativas de la arquitectura civil de los siglos XV y XVI. Una plaza en la que en agosto hay festejos taurinos.
La fiesta del almendro en flor de Garrovillas alcanza su decimosexta edición en 2016 y se celebra el sábado 20 de febrero, que es el día en el que se concentran las rutas senderistas, la romería en el paraje del Gallito y las demás actividades que programe el Ayuntamiento para la ocasión. Esta cita con el almendro en flor tiene incluso sus propios códigos gastronómicos porque se aprovecha para potenciar platos propios de la localidad como las bolas de patata y huevo en escabeche, las berzas con buche relleno de costilla, carne y magro y los cagajones, que es como llaman en Garrovillas a los mantecados.
Ya es posible, sin embargo, disfrutar de los almendros porque han explotado al calor de esta especie de primavera invernal que se ha instalado en Extremadura desde principios de año, de manera que coger la cámara de fotos, ponerse las botas de caminar y perderse entre los árboles es una estupenda propuesta para los amantes de la naturaleza.
El Valle del Jerte con su fiesta de Interés Turístico Nacional que es el Cerezo en Flor y Valdelacalzada, en las Vegas del Guadiana, con sus frutales, son los otros dos destinos que dedican celebraciones a la explosión floral con eventos en marzo. Si el tiempo sigue así las primeras flores de los cerezos saldrán durante la primera quincena de marzo, pero si llega el frío se retrasarían.