El matrimonio de Don Benito y Villanueva: entre 'darse un tiempo' o romper la relación

Estaba llamada a ser la boda más importante de los últimos tiempos en España, pero ahora los novios no saben si darse un tiempo o ni siquiera pasar por el altar. Hace 14 meses que Don Benito y Villanueva de la Serena (Badajoz) anunciaron su compromiso, el de fusionarse para, juntas, convertirse en la tercera ciudad de mayor tamaño de Extremadura. Todo iba bien, con altibajos y algunos roces, pero las elecciones municipales del 28M, con la entrada de un tercero en la relación, terminaron por poner todo patas arriba.

En esta pareja, Villanueva ha estado más 'enamorada'. Los serones, el gentilicio popular con el que se conoce a sus vecinos, lo demostraron en el referéndum que celebraron ambas ciudades en febrero de 2022 cuando más del 90% aprobó la unión. En Don Benito dijeron 'sí' dos tercios de los calabazones que participaron en la consulta, justo el 66% que los ayuntamientos habían acordado como límite para iniciar el proceso de fusión. Y ahí, en la noche que se anunció el compromiso, comenzaron los problemas.

Lo ajustado del resultado y un apagón informático durante el recuento de papeletas en Don Benito dio alas a teorías conspiranoicas que pusieron en duda la limpieza del referéndum. Ese malestar, creado y capitalizado por quienes creen que la fusión será perjudicial para su bienestar y su ciudad, cristalizó en la creación de la plataforma Siempre Don Benito.

A esto hay que sumar otras polémicas como los nombres fallidos propuestos por una comisión de expertos para la nueva ciudad resultante, la decisión de que el topónimo fuera Vegas Altas, a pesar de que hay una pedanía en la provincia de Badajoz con esa denominación, el incumplimiento de los plazos acordados en el proceso y falta de información sobre los trabajos que las comisiones vienen desarrollando desde que se dio luz verde al proceso.

“Villanueva nos roba”

La asociación, que contó en sus inicios con el impulso de la derecha y extrema derecha local, denunció, aunque sin éxito, el resultado de las votaciones. En su empeño por frenar la fusión con el argumento de la pérdida de identidad, el discurso de “Villanueva nos roba” y algunos bulos, acabó convirtiéndose en partido y aunando a personas descontentas de todas las formaciones. El éxito del 28M fue incuestionable al obtener siete de los 21 ediles de la corporación y desbancando al PP como segunda fuerza política, a pesar de su interés por cortar la voz de las siete entidades locales menores pertenecientes a Don Benito, que optaron mayoritariamente por el PSOE y gracias a las que se superaron los dos tercios de votos afirmativos a la fusión.

En este escenario, el partido con menos peso ha sido el que en todo momento ha tenido más poder en las negociaciones. El PP se ha dejado querer para la constitución del ayuntamiento, que tendrá lugar este sábado. Hasta ahora se había movido entre si permitir un gobierno en minoría del socialista José Luis Quintana, si dar su apoyo a Siempre Don Benito o incluso si presentar a su candidato, Pedro Noblejas, para que se convierta en regidor.

Desde la consulta popular, que fue apoyada por todos los partidos políticos, el PP ha ido cambiando su discurso e introduciendo condiciones que en su momento no había puesto sobre la mesa. Noblejas considera que en el proceso ha habido falta de transparencia, como en la elección del topónimo de la nueva ciudad, que ahora exige que sea Don Benito-Villanueva.

Por eso, ha ofrecido un pacto a Siempre Don Benito para alternarse en la alcaldía durante la legislatura, reservando para el PP los dos últimos años. Pero impone una condición, volver a llevar a los dombenitenses a las urnas para hacer que decidan otra vez sobre la unión con Villanueva de la Serena.

De esta forma, el PP ha rechazado el acuerdo ofrecido por los socialistas, que dieron a conocer este jueves. El PSOE quiere un gobierno de coalición con el PP los próximos cuatro años, pero en los dos primeros será alcalde José Luis Quintana (PSOE) y la legislatura finalizará con Pedro Noblejas al frente. Además, se seguiría adelante con la unión de Don Benito y Villanueva con la “concurrencia unánime y completa” de las dos formaciones, y se propone “analizar” el cambio de nombre e iniciar desde cero la labor que las distintas comisiones de trabajo desarrollan desde el 21 de febrero, el día después de la celebración del referéndum.

Movilización del 'sí'

Ante la indecisión del PP con este proceso y el naufragio del proceso, en las últimas semanas han nacido dos plataformas a favor del 'sí', una ciudadana y otra empresarial. La primera de ellas ha logrado sacar a la calle a 1.500 vecinos para refrendar el apoyo a la fusión, y la segunda ha surgido para que los partidos “vuelvan a unirse en pro de un proyecto ilusionante e integrador”, a pesar de numerosas críticas a los empresarios que la componen por su posicionamiento, que incluso han denunciado amenazas.

Las previsiones iniciales apuntaban a 2027 como límite para completar la unión y que los vecinos de las dos ciudades eligieran en las elecciones de ese año a un único alcalde. El futuro núcleo municipal, de salir adelante, tendrá una extensión de unos 700 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 63.000 vecinas y vecinos, lo que lo situará como la tercera localidad extremeña en número de habitantes, sólo por detrás de Badajoz y Cáceres y desplazando a Mérida y Plasencia al cuarto y quinto lugar. Según un estudio de la Universidad de Extremadura, el término municipal se convertirá en un polo económico y empresarial de primer orden tanto en agroindustria como en servicios a empresas.