Extremadura contabiliza en la actualidad proyectos fotovoltaicos con viabilidad para conectar a las redes por una potencia total que supera los 8.000 megavatios (MW), de los que 73 se encuentran en fase de tramitación con una potencia global de 4.500 MW.
La consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, Olga García, ha dado estos datos durante la presentación del Balance Eléctrico de Extremadura correspondiente a 2018, y ha especificado que de esos 73, hay 25 proyectos que cuentan ya con todas las autorizaciones administrativas, con una potencia total de aproximadamente 2.060 MW, de los cuales más de la mitad, 1.300, están en construcción.
Con respecto a las previsiones a más largo plazo, Olga García ha recordado que el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que el Ministerio para la Transición Ecológica envió a Bruselas prevé 57.000 megavatios de potencia renovable adicional en 2030 respecto al 2020.
Con esas previsiones nacionales, la Junta ha empezado a trabajar en su propio plan regional integrado de Energía y Clima en ese mismo horizonte de tiempo y en el de 2050, y una de las primeras conclusiones que arroja ese documento es que “no es descabellado” pensar que Extremadura podría albergar el 20 por ciento de las inversiones que prevé el plan nacional.
Eso significaría multiplicar por casi ocho veces el parque generador actual tanto en termosolar como fotovoltaica y biomasa, lo que arrastraría una inversión privada superior a los 8.000 millones de euros.
Este año
Este 2019 entran en producción de forma paulatina el parque eólico Merengue en Plasencia, y un grupo de fotovoltaicas: Limonete de 50 MW en Alvarado, y varias otras en Logrosán, Valdecaballeros, y Talarrubias.
Atractivo para los inversores
Actualmente los costes para producir energía solar fotovoltaica son los más baratos que existen y ya no requieren ningún tipo de primas públicas para su desarrollo, lo que hace que los grandes grupos energéticos y fondos de inversión de todo el mundo vean al sector fotovoltaico como prioritario para destinar sus inversiones.
Esto supone, a su juicio, una “gran oportunidad” para Extremadura, que dispone de suelo y de una “altísima radiación solar”, a la vez que cuenta con una buena infraestructura de la red eléctrica para que puedan verter a la red y con una administración que apuesta por las energías renovables.
Solo los proyectos que tienen viabilidad de acceso a la red son los que inicialmente pueden salir adelante, aunque deban de cumplir luego otros requisitos como los medioambientales.