En la entrevista realizada por eldiarioex al presidente Guillermo Fernández Vara recientemente, encontramos una afirmación, entre otras, que describe realmente la categoría de hechos realizados por el ex presidente José Antonio Monago, y que aparentemente podrían parecer que no alcanzaban tal valoración.
“Eso no es una anécdota, es un síntoma de lo que hay detrás y pretendían…” afirma Vara sobre cómo abordaron desde el Gobex una opinión suya publicada en su blog sobre el hecho de que el PP pegara carteles con su cara por las calles de Extremadura.
Sirva esta introducción para abordar asunto de relevancia especial, de categoría, y que también se muestra como un síntoma de lo que hay detrás, y que afloran como tales en lugar de parecer simples herederos.
El DOE de 30 de marzo de 2011 recogió el Decreto 35/2011, de 25 de marzo, por el que se deniega la segregación de la entidad local menor de Guadiana del Caudillo, para su constitución en municipio independiente de Badajoz por contravenir la denominación propuesta para el nuevo municipio lo dispuesto en la Ley 52/2007, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, de conformidad con el informe emitido por la Dirección General de los Servicios Jurídicos de la Junta.
Poco después Monago, sobre la denegada denominación propuesta para el nuevo municipio, dijo ante las cámaras de televisión: “En futuro próximo ya se verá”. El 22 de mayo de aquel año se celebraron elecciones autonómicas, y Monago fue investido presidente de la Junta de Extremadura. A los escasos siete meses de ejercer como tal firmó el Decreto 29/2012, de 17 de febrero, por el que se aprueba la segregación de la entidad local menor de Guadiana del Caudillo para su constitución en municipio independiente de Badajoz, que fue publicado en el DOE de 23 de febrero. El “ya se verá” quedaba visto.
Cinco días antes de aquel 23F un editorial de diario regional recogía en “Franco gana en Guadiana” lo siguiente: “La Junta, al aceptar que Guadiana siga llevando el apellido ”del Caudillo“, no es que no haya observado la Ley de Memoria Histórica, sino algo anterior a ella: no ha observado el espíritu con que se hizo la Transición, que obligaba a ir borrando los símbolos que trajeron tanta división y tanto dolor a los españoles. Ayer Franco ganó en Guadiana. Un día triste para la Constitución y para lo que ella supone”.
Posteriormente el Gobierno de Monago pretendió darle una pátina de legalidad mediante consulta popular a un hecho constatado: ese decreto de DOE 23F no era una anécdota, era todo un síntoma de lo que hay detrás.
Cuando el BOE de 3 de agosto publicó dicho decreto de constitución del nuevo municipio, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) manifestó que tal hecho no debían permitirlo las administraciones competentes porque atenta contra los valores democráticos, maltrata a las víctimas de la dictadura franquista y enaltece al responsable de mayor ejercicio de violencia y terror que ha existido en nuestra historia; que le resultaba sorprendente en el PP, que en sus estatutos dice solidarizarse con las víctimas de la violencia de cualquier tipo. ¿Alguien podría imaginar un pueblo en Alemania o Italia que terminase con denominación del Führer o del Duce?, preguntaba de forma retórica la ARMH.
Por entonces la ARMH señaló que dirigiría una petición a todos los grupos del Parlamento de Extremadura y del Congreso de los Diputados para que tomen las medidas necesarias para erradicar la coletilla que todavía existe en varios pueblos españoles y que rinde homenaje a un dictador que orquestó miles de asesinatos de civiles. Sin embargo ya sabemos que el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, dice que “los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre solo cuando hay subvenciones”; el vicesecretario de Comunicación de los populares, Pablo Casado, manifiesta que “los de izquierdas son unos carcas porque están todo el día con la guerra del abuelo, las fosas de no sé quién y la memoria histórica”; y la presidenta del PP de Madrid y portavoz del partido en el Ayuntamiento de la capital, Esperanza Aguirre, pidió el pasado 11 de julo derogar la Ley de Memoria Histórica
Ahora se lo pido yo a los tres grupos parlamentarios de la Asamblea de Extremadura (PSOE-SIEX, Podemos y Ciudadanos) con esta carta pública: retiren la simbología franquista (nombres, placas, escudos, etc.) y hagan pedagogía del porqué de esa retirada si alguien tiene dudas sobre si tales símbolos son una humillación para las víctimas e ignominia universal.