El 12% de los jóvenes de Extremadura participan en apuestas y juegos de azar
El 12 por ciento de los jóvenes extremeños de entre 14 y 30 años reconoce que apuesta habitualmente, y el 3 por ciento presenta “graves” problemas de adicción al juego, según ha revelado el Consejo de la Juventud de Extremadura (CJEx), que ha presentado este lunes el estudio “Juegos de azar, apuestas y videojuegos en la juventud extremeña”.
Según los datos que arroja este estudio, elaborado por un grupo de investigación de la Universidad de Extremadura (UEx) liderado por la profesora de la Facultad de Educación y Psicología, Karmele Mendoza, la mayoría de los jóvenes menores de edad saben como apostar fácilmente, aunque sea ilegal. Además, el inicio temprano en el juego supone un factor de riesgo relacionado con el juego patológico, es decir, los jóvenes que comienzan a jugar siendo menores de edad tienen mayor probabilidad de desarrollar un problema de salud que afecte a sus relaciones personales así como a su desempeño profesional.
En cuanto a la accesibilidad a los establecimientos de juego, el estudio determina que el 54,4 por ciento de los jóvenes pasa por uno en el trayecto de su casa a su centro educativo, lo que demuestra que la ley que regula la distancia entre las casas de apuestas y los centros de educación “no es eficaz”, ha señalado la presidenta del CJEx, Olga Tostado.
Extremadura cuenta con un total de 139 establecimientos, de los que el 51 por ciento se concentra en núcleos urbanos de más de 20.000 habitantes. No obstante, los jóvenes de zonas rurales también acceden al juego a través de páginas de apuestas online, así como a videojuegos u otro tipo de juegos de azar que también “están causando problemas”.
Frente a la estigmatización de las casas de apuestas, también preocupan otras formas de juego normalizadas como los rascas de la ONCE, que son el juego de azar más común entre los jóvenes (31,6%), seguido de los cupones de la ONCE (22,9%), el Euromillón (20,9%) y la Primitiva (20,2%).
Respecto a las principales motivaciones para jugar, la idea de conseguir dinero es la principal causa, además de ser una alternativa de ocio. De hecho, muchos jóvenes comienzan a jugar cuando acceden a la universidad porque tienen un menor control parental y mayor acceso a una economía propia.
El estudio sobre la red de juego extremeña también apunta que son los hombres los que más juegan y los que desarrollan más conductas problemáticas, pues de todas las personas atendidas por adicción al juego en la región en 2020, solo el 3 por ciento fueron mujeres.
Por su parte, el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha destacado la necesidad de abordar esta problemática de forma global, ya que los resultados de este estudio evidencian que “las leyes no lo son todo” y se necesitan otras herramientas que aborden la normalización del juego y el tiempo de ocio en los jóvenes.
Asimismo, Vergeles considera necesario afrontar las adicciones sin sustancias de un modo profesional y formar a las familias para determinar límites en el juego como forma de prevención, así como la carencia de espacios de ocio saludables.
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