Extremadura y Nepal han estrechado vínculos con la firma de una declaración conjunta para convertir a la ciudad de Cáceres en la quinta tierra sagrada para el budismo en base al encuentro, el entendimiento, el respeto, la armonía y la tolerancia, y para lanzar también un mensaje de paz al mundo.
Son palabras que se han pronunciado en reiteradas ocasiones en las recepciones que las autoridades extremeñas han ofrecido este miércoles a la delegación nepalí -encabezada por el presidente de su Asamblea Nacional, Ganesh Prasad Timilsima- que visita esta semana Extremadura para formalizar diversos acuerdos institucionales.
El más importante de ellos, y germen de esta colaboración, es el relativo al proyecto del templo budista en Cáceres, que ha dado un paso más con la firma de una declaración conjunta por parte del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y de Prasad Timilsima, en presencia de la vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno de España, Carmen Calvo.
Tras ello, la comitiva se ha trasladado a la Asamblea regional, donde el director de la Fundación Lumbini Garden -promotora del gran centro budista-, José Manuel Vilanova, ha destacado que este proyecto está basado en el “entendimiento”, en una suma de todas las tradiciones, religiosas o no, y “en un clima de respeto, armonía y tolerancia”.
“Extremadura se sitúa así en el extremo del puente que hoy más que nunca es necesario tender entre Occidente y Oriente”, ha manifestado Vilanova, a través de un proyecto con facetas culturales, educativas, de peregrinación, turísticas y empresariales que aspira a situar a Cáceres como un “referente” para los casi 600 millones de budistas en el mundo.
Es un “encuentro” entre civilizaciones, historia y culturas para levantar lazos y puentes “donde antes otros establecían muros”, ha afirmado el jefe del Ejecutivo extremeño, quien ha expresado su gratitud por un proyecto “que empieza ahora y que no terminará nunca”. “Éste es un momento importante, estamos intentando hacer algo que trasciende el momento en que lo hacemos”, ha afirmado Fernández Vara, a través de una iniciativa “poliédrica” que solo se entiende si se ve “en toda su extensión”.
El presidente de la Asamblea nepalí también ha dado las gracias a la Fundación Lumbini Garden por este proyecto “ejemplar” que permitirá lanzar “un mensaje de paz al mundo”, mientras que la del Parlamento extremeño, Blanca Martín, ha valorado que pese a los cientos de kilómetros que separan a Extremadura del país asiático, se ha sabido encontrar puntos de unión “para cooperar por el bien común”.
Durante la recepción en la Cámara regional se ha proyectado el vídeo promocional “Cáceres, Tierra Sagrada”, un trabajo documental sobre el “proceso que convertirá a Cáceres en la quinta tierra sagrada para el budismo” para aportar aportar “una reflexión profunda para conseguir un mundo mejor”.
Con la entrega de unas estatuillas conmemorativas del Buda por parte de la Fundación Lumbini Garden a las tres autoridades y una foto de familia se ha dado por concluido el acto.
La agenda de la delegación nepalí ha continuado con la firma del hermanamiento de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Cáceres y Lumbini y el ciclo de conferencias “Diálogos culturales por la paz entre Oriente y Occidente”.
El programa incluye en los próximos días un acto de bendición y unión de tierras sagradas de ambas ciudades, la visita a la réplica del Buddha Mahá Karuna, que llegó desde Nepal el otoño pasado, y al cerro Arropé, donde se prevé la construcción del templo budista.