El camalote rebrota con fuerza tras 10 años de invasión en el Guadiana y llega hasta Portugal
Agolpado en las orillas, sumergido en los cauces del Guadiana. El camalote es una planta invasora procedente del Amazonas que rebrota un verano más de manera imparable. Una década más tarde de su aparición, el jacinto de agua flota discreto.
Se desplaza de manera lenta, pero invade todo el espacio que encuentra, desplaza a especies autóctonas, tapona los sistemas de riego agrícolas y consume el oxígeno de las aguas. Es decir, si no se controla es fulminante.
Cuando las altas temperaturas se adueñan del río se reproduce a gran velocidad, a través de sus semillas y los esquejes de la planta. Su expansión solo se puede paliar con la mano de obra de las cuadrillas dedicadas a recogerlo a diario.
Hasta 140 toneladas de camalote se retiran a diario del Guadiana. La Confederación Hidrográfica del Guadiana tiene a unas 20 personas asignadas para paliar el crecimiento del camalote en estos momentos, con 8 embarcaciones, un camión y una retro.
Las investigaciones apuntan a que el camalote pudo adentrarse en el río en 2004 de la manera más inocente posible: alguien adquirió la planta, posiblemente en un establecimientos de jardinería, y al echarla al río provocó un problema medioambiental de primera línea.
El peligro no solo reside en que se reproduzca a pasos agigantados cuando llega el calor, sino que sus semillas pueden permanecer años en las aguas, y germinar de repente. Esto hace que el camalote no pueda eliminarse, simplemente controlarse, según han explicado técnicos de la asociación conservacionista Adenex a este diario.
Ya llegó a Portugal
En la actualidad la planta sigue sobreasando fronteras y se extiende desde la desembocadura del río Zújar hasta la frontera con Portugal. Las mayores masas de esta planta invasora se concentran desde la estación depuradora de Don Benito hasta aguas arriba de Mérida (barrera de las Tijeras).
Se deja ver en la ciudad de Mérida, alrededor del Puente Romano y aguas arriba. Incluso en la desembocadura del río Albarregas, en la capital extremeña. Aguas abajo, hacia la presa de Montijo, las manchas son pequeñas y diseminadas, según ha explicado la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Más plantas invasoras en el Guadiana
El camalote no es la única planta invasora presente en el Guadiana. Le acompaña el nenúfar mexicano. Se concentra en la zona urbana de Badajoz, y en la actualidad se combate a diario con un anfibio, una embarcación y 4 operarios encargados de su retirada.
La confederación explica que no se puede hablar de una inversión anual fija para combatirlas, “porque depende de necesidades y de disponibilidad de fondos”. En la actualidad estaríamos entre 500.000 y 1 millón de euros al año.
En los últimos 10 años se ha destinado para la eliminación de camalote una inversión de 24 millones de euros, y aproximadamente 500.000 euros para los años 2014-2016 en proyectos INVASEP (otras especies invasoras vegetales y animales).