Diecisiete jabalíes abatidos con arco en Cáceres para controlar su presencia dentro del núcleo urbano

Un total de 17 jabalíes han sido abatidos en la ciudad de Cáceres desde que se iniciara el plan de choque de control poblacional puesto en marcha por el ayuntamiento cacereño en colaboración con la empresa pública Tragsatec, la Junta de Extremadura, y la Federación Extremeña de Caza, a través de la unidad de control con arco.

Las batidas se han llevado a cabo en las zonas más problemáticas de la ciudad como son Montesol, Vistahermosa, en la zona del Comandancia de la Guardia Civil y en Cáceres el Viejo, aunque los arqueros también lo han hecho en otras zonas donde han visto que era necesario, o donde han sido requeridos, como en el Paseo Alto o, el Parque del Príncipe, que el pasado mes de mayo tuvo que ser cerrado al aparecer una piara al completo de esta especie.

El concejal del Ayuntamiento de Cáceres, Andrés Licerán, que estos días está como alcalde en funciones, ha manifestado a elDiario.es Extremadura que los arqueros, que están altamente cualificados y validados por la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza), no siempre que actúan salen con los arcos, “en ocasiones salen para ver o detectar los movimientos de estos animales y abatirlos cuando les es posible”. Por su parte, Fedexcaza ha rechazado pronunciarse sobre cualquier aspecto relacionado con estas batidas.

El equipo de arqueros está formado por un grupo de 14 hombres y mujeres, aunque en las batidas no salen todos a la vez, sólo dos o tres, que siempre actúan siguiendo un protocolo y con el conocimiento previo de la Guardia Civil, la Policía Local y la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura.

Los animales abatidos son analizados por veterinarios y en caso de que su carne sea apta para el consumo “la orden que hemos dado es que se lleve a comedores sociales”, y en caso contrario, si la carne está mal, que proceda a destruirse, ha dicho el concejal.

Situación contenida

De momento, y aunque la presencia de los jabalíes en la ciudad sigue siendo problemática, por los accidentes y daños que puede provocar, y por la inquietud que genera entre los vecinos, parece que la situación está algo más contenida con respecto al año anterior. También es cierto, ha afirmado Licerán, que cuando una zona es batida, los animales tardan tiempo en volver ella.

Ahora padecemos una fuerte sequía, pero “esperamos que cuando llegue el otoño y aumenten los niveles de humedad, estos animales se queden en su hábitat sin tener que entrar en la ciudad”.

En tanto que el problema persista, continuará la colaboración del ayuntamiento con las entidades implicadas en el plan de choque de control de la población de jabalíes.