Extremadura quiere una decisión común de todas las comunidades sobre el reinicio del curso escolar
Las elevadas tasas de contagio de COVID-19 en todo el país están provocando cambios en los protocolos de actuación y en las decisiones de algunas comunidades autónomas. Si hace tres semanas Extremadura apostó por no cerrar las aulas tras las vacaciones navideñas, como sí hará por ejemplo Portugal, ahora quiere que el Gobierno y todas las regiones defiendan una postura común para el regreso de las clases en enero.
El consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha anunciado este martes que mañana propondrá en el Consejo Interterritorial de Salud una reunión conjunta con la Conferencia Sectorial de Educación “para evaluar qué vamos a hacer en todo el país” de cara al reinicio del curso.
A su juicio, debe ser una decisión de la “cogobernanza del sistema” porque “todo va a tener sus pros y sus contras”, aunque ha reconocido que con la variante ómicron dominando los contagios en España, “es una eternidad hablar hoy de qué pasará el 10 de enero”. “Su contagiosidad es muy elevada pero la bajada de la incidencia también lo es”, según los datos de algunos países, ha explicado Vergeles.
Extremadura apostó a principios de diciembre por una vuelta a las aulas con normalidad tras las vacaciones navideñas, aunque a la espera de conocer la evolución de la situación sanitaria, que ha llevado a España a la mayor tasa de contagios desde que comenzó la pandemia ( 1.206,21 casos por cada 100.000 habitantes), aunque Extremadura supera ese dato (1.347 casos).
Pero si se decide posponer el reinicio del curso, habrá que ver cómo afectará esa decisión a la vacunación pediátrica en la región. Extremadura decidió administrar la primera dosis de la vacuna contra la COVID a los menores de 12 años en los centros escolares, por lo que el 10 de enero estaba previsto que se retomara la inmunización para los niños y niñas de 5 a 8 años. Antes de las vacaciones navideñas recibieron el antídoto los estudiantes de 11, 10 y 9 años.
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