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La fusión de los dos pueblos de Extremadura divide a la Iglesia

Santiago Manchado / Teresa Chaparro

20 de noviembre de 2021 21:45 h

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Dos municipios cerca de olvidar su histórica rivalidad para construir la tercera ciudad más importante de Extremadura. Dos alcaldes dispuestos a vencer el ego que se le presupone a cualquier político mientras los ojos de media España se ponen en Don Benito y Villanueva de la Serena (Badajoz) por su posible fusión administrativa, social y política. Y una Iglesia que literalmente está fragmentada en estos momentos, al igual que los dos pueblos, pero que aún no se ha planteado cómo afrontar este proceso.

A pesar de sus apenas cuatro kilómetros de separación, Don Benito pertenece a la diócesis de Plasencia, mientras que Villanueva de la Serena pertenece a la archidiócesis de Mérida-Badajoz, una división que puede generar tensiones y que augura una lucha de poder de cara a la futura unión de los dos pueblos extremeños. Si finalmente los dombenitenses y los villanovenses apoyan la fusión en la consulta popular que tendrá lugar el 20 de febrero, la Iglesia tendrá que decidir qué sede se anexiona una de sus plazas más prósperas en esta comunidad autónoma, dado el peso demográfico, económico y social que ya tienen por separado y que, según los argumentos de los dos ayuntamientos, se multiplicará si se juntan. Además, entre los dos municipios suman casi una veintena de templos religiosos, ya sean iglesias, ermitas o capillas.

Para hacerse una idea de la importancia que para las cuentas de esta institución tienen las aportaciones que realizan los feligreses, basta con acudir al Portal de Transparencia de ambas diócesis. En el caso de la de diócesis de Plasencia, el año pasado ingresó 1,16 millones de euros por aportaciones directas, más de 24% de su presupuesto. En el caso de la archidiócesis de Mérida-Badajoz, estos ingresos supusieron en 2019 (los datos de 2020 no están publicados) el 52,6% de su presupuesto y superaron los 7 millones de euros.

El delegado episcopal de Medios de Comunicación de Mérida-Badajoz, Juan José Montes, ha admitido que las consecuencias de la fusión “se han hablado” en la Iglesia y “sin duda habrá que tomar una decisión”. No obstante, ha asegurado a elDiario.es Extremadura que no hay “nada al respecto y menos ahora que Plasencia se ha quedado sin obispo”. El lunes se nombró a José Luis Retana nuevo obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, por lo que la plaza en la capital del Jerte ahora está vacante.

Por su parte, el portavoz de la diócesis de Plasencia, Antonio Cabrera, ha advertido de que los plazos políticos y civiles son “bastante extensos” y que las demarcaciones religiosas no tienen por qué coincidir con las civiles, por lo que se deja la puerta abierta a que ambas diócesis compartan la jurisdicción eclesiástica de la nueva ciudad extremeña.

No obstante, Cabrera ha admitido que esa opción supondría una “anomalía”, como la que se tuvo que solucionar en las localidades de Baños de Montemayor (751 habitantes) y Aldeanueva del Camino (727 habitantes). Ambos pueblos pertenecían a la vez a dos diócesis diferentes (Plasencia y Coria-Cáceres) por estar cruzados por la Vía de la Plata, que separaba ambos obispados. La solución fue adjudicar las dos parroquias de Baños de Montemayor a Plasencia, y las dos de Aldeanueva del Camino a Coria – Cáceres. Una decisión salomónica en la que había en juego menos intereses que en Don Benito y Villanueva de la Serena.