El indicador Arope (que mide la pobreza en diversos aspectos, no solo en ingresos) en la población menor de 18 años de Extremadura descendió un 4,4% el pasado año.
La Plataforma de Infancia ha alertado que el 10,1 % de los menores de edad en España presentan carencias materiales severas como no poder irse de vacaciones o comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días, casi el doble que en 2008 y el dato más alto desde entonces. Así lo recoge la organización, que aglutina a más de 70 asociaciones de infancia, en su informe “Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia 2023”, que ha sido presentado hoy por videoconferencia.
Durante la sesión, la coautora del informe Eva Gracia ha señalado que en 2022 se redujo en más de un punto el porcentaje de población menor de 18 años en riesgo de pobreza respecto a 2021, hasta 27,8 %.
Además, del informe se desprende que ha habido una recuperación de los principales indicadores de pobreza o exclusión social a lo largo de 2022, aunque la mayoría continúan alejados de los de 2008.
Pero la plataforma ha llamado a prestar especial atención a la carencia material severa, ya que este índice ha aumentado entre la infancia en 2022, casi duplicado su valor entre desde 2008 (5,5 %) y se sitúa en su máximo histórico desde entonces.
Según este indicador, el 10,1 % de la población menor de 18 años vive en hogares que carecen de al menos cuatro conceptos de nueve posibles: no poder irse de vacaciones, comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días o mantener su vivienda en una temperatura adecuada son algunos de ellos.
Otros factores son la incapacidad de afrontar gastos imprevistos (de 650 euros), haber tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda o no poder permitirse un coche, un teléfono, un televisor o una lavadora.
Casi medio millón de niños (477.553) podría estar sufriendo malnutrición en España, 1,3 millones sufren las consecuencias de la pobreza energética y el 38,9 % vive en hogares que no pueden hacer frente a gastos inesperados, de acuerdo al informe.
Esta realidad se agrava en ciertos hogares, como los monoparentales (el 57,2 % reconoce sufrir esta última dificultad) y las familias con niños o niñas dependientes (el 43,7 %).
Por comunidades
Por comunidades autónomas, algunos territorios lograron en 2022 reducciones significativas en su indicador Arope (que mide la pobreza en diversos aspectos, no solo en ingresos) en la población menor de 18 años como Galicia (- 6,7 % respecto a 2021), Comunidad Valenciana (-5,7 %), La Rioja (-4,8 %) y Extremadura (-4,4%). Otros, en cambio, han experimentado un aumento notable, como Navarra (6,1 % más que en 2021), Castilla-La Mancha (5,1 %) y Asturias (4,5 %).
El director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra, ha explicado que el informe refleja que las medidas de escudo social han podido “contener” el incremento de algunas tasas de pobreza que aumentaron con la pandemia e incluso otras han mejorado. “Pero seguimos teniendo un problema estructural cuando hablamos de pobreza en nuestro país, un problema que no conseguimos erradicar ni solucionar”, ha lamentado.
Uno de los aspectos que ha censurado es que España es “poco eficiente” a la hora de luchar contra la pobreza infantil y la baja inversión del país en esta causa en comparación con sus vecinos: dedica una media del 1,6 % del PIB en política de infancia y familia frente al 2,5 % de la media europea. “Es decir, invertimos unos 11.000 millones de euros menos al año como país en este tipo de políticas de lo que deberíamos por nuestro nivel económico y nuestra capacidad”, ha analizado.