Lujo, vinos y un robo millonario: arranca en Cáceres el juicio por el caso Atrio

Inmaculada Franco

14 de febrero de 2023 22:12 h

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Todo está preparado para que este miércoles dé comienzo el juicio por el que ha sido uno de los robos más sorprendentes y mediáticos de la historia reciente de Cáceres. Un robo que tiene todos los ingredientes para ser guionizado para el cine.

Ha contado con un escenario de lujo, el hotel y restaurante Atrio, de la exclusiva cadena Relais & Châteaux, en el corazón de la ciudad monumental de Cáceres y con tres estrellas Michelín del que, en la madrugada del 26 al 27 de octubre de 2021, se llevaron 45 botellas de vino, valoradas en 1,6 millones de euros.

Entre ellas, la joya de la corona: un Château d’Yquem, de 1806, de la bodega que ahora pertenece al también exclusivo grupo de empresas Louis Vuitton, valorada en 310.000 euros, y que fue adquirida en una subasta en el año 2000. Se trata de la botella más vieja que existía del Château en el mundo. Ni siquiera la bodega guardaba una añada similar. 

Este exclusivo Château d’Yquem se encontraba, al igual que las otras 44 botellas sustraídas, en la bodega diseñada por Carlos Martínez de Albornoz, construida en madera y compuesta por dos círculos concéntricos. Toño Pérez y Jose Polo, propietarios de Atrio, decidieron concederle la máxima importancia a este vino y proyectaron una especie de “capilla” aparte para la colección de los Château d’Yquem que han ido reuniendo a lo largo de tres décadas. En una de las estanterías de este espacio, aunque no en un sitio destacado ni con una iluminación especial porque están ordenadas por añada, descansaba la botella de 1806.

De las 44 botellas restantes sustraídas, 38 son Romanée Conti, con un precio medio de 12.000 euros en la carta del restaurante cacereño y un Montrachet Grand Cru 1999 Magnum, con un valor de 25.500 euros

Un robo limpio y dos detenidos 10 meses después

A pesar de que seguramente fue un robo bien estudiado, en la práctica y tal cómo se han venido ofreciendo los detalles desde los informes policiales y de la Fiscalía, pareció sencillo: tan solo hizo falta entretener al empleado que estaba de noche, y coger la llave maestra de la bodega.

Tras casi 10 meses de investigaciones, en la que también ha participado la Interpol, fueron detenidos el rumano-neerlandés Constantin Gabriel Dumitru, de 47 años, y la mexicana, Priscila Lara Guevara, de 29, que cuenta en su currículum con haber sido miss de un estado de su país. Fueron identificados cuando intentaban pasar de Montenegro a Croacia, en el paso fronterizo de Karasovi Sutorina, el 19 de julio de 2022.

Constantin Dumitru tiene antecedentes penales por el robo de una bebida de alto valor, ya que en noviembre del año pasado fue condenado a 18 meses de prisión por un juzgado de Madrid por haber robado una botella de whisky Balvenie, que se vendía por 5.250 euros en un establecimiento de lujo del madrileño Barrio de Salamanca. Además, tiene pendiente otro procedimiento judicial por el supuesto robo de una botella de vino valorada en 38.000 euros, que también habría sustraído de otro establecimiento en el mismo barrio de la capital, e igualmente se le atribuye el robo de una botella de whisky de alto valor en una tienda del aeropuerto de Ginebra.

Según la policía, se les seguía el rastro prácticamente desde que se produjo el robo, pero en esos meses se movieron por varios países, por lo que fue difícil interceptarlos. La abogada de estos, Sylvia Córdoba, siempre ha mantenido que sus clientes no estaban huyendo ni evitando a la policía, sino que estaban de vacaciones, “lo propio de esta época”, dijo al tratarse del mes de julio.

Pocos días después, fueron puestos a disposición judicial e internados en prisión preventiva en el centro penitenciario de Cáceres, donde permanecen a la espera de juicio.

Cronología del robo

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la pareja puesta “de común acuerdo” y guiada por “ánimo de lucro”, se alojó el 26 de octubre de 2021 en el Hotel Atrio de Cáceres con intención de poder acceder a su bodega y hacerse con los vinos.

Tras cenar en el restaurante del hotel, la pareja realizó una visita guiada a la bodega del establecimiento, y sobre las 00:20 subieron a su habitación. Sobre las 2:10 de la madrugada del día 27 de octubre, la acusada llamó a recepción pidiendo una ensalada e interesándose por el tiempo en que tardaría en ser servida. El empleado de recepción comunicó a la mujer que estaba solo y que tardaría unos 10 minutos en poder llevarle la ensalada. Fue entonces cuando “el acusado aprovechó ese momento para dirigirse a la recepción y coger una llave electrónica con la que acudió a la bodega, pero con la que no pudo abrir al no tratarse de la la llave adecuada”.

Una vez que el trabajador llevó la ensalada a la mujer, volvió a la recepción. Por lo que, minutos después, ella volvió a llamar para pedir que le sirvieran un postre, momento en el que su acompañante “de nuevo acudió a recepción donde se apoderó de la llave maestra, abriendo con ella la bodega y accediendo a la sala de catas donde se apoderó de botellas de vino valoradas en un 1.648.000 euros”, dice el escrito de la Fiscalía. Finalmente, sobre las 6:00 de la mañana la pareja abandonó el hotel llevándose consigo las botellas.

La Fiscalía pide para los acusados una pena de prisión de 4,6 años por un delito de robo con fuerza, agravado por el alto valor de los productos sustraídos.

Pelucas y un acento raro

Una empleada de Atrio recuerda que la mujer parecía llevar peluca “tenía un pelo muy especial”, y que hablaba un inglés correcto pero su acento no era nativo. Ambos presentaron documentación suiza. Fueron muy amables. En un momento de esas charlas de cortesía entre el personal de Atrio y los huéspedes, se mencionó a los arquitectos suizos Herzog & de Meuron, extremadamente conocidos, pero ellos no los conocían, lo que les hizo pensar después, que quizás su identidad no fuera auténtica.

El martes 27 de octubre a las 5 de la mañana dejaron la habitación. Bajaron con el equipaje a la recepción, donde pagaron un parte en efectivo y otra usando una tarjeta de prepago, que no deja rastro.

La aseguradora llegaría a un acuerdo si se recuperaran algunas botellas

Mañana tendrá lugar la primera sesión del juicio. Ha sido fijada para ver si las partes pudieran llegar a un acuerdo de conformidad. La compañía aseguradora de Atrio, que se ha presentado como acusación particular y que solicita una pena de 5 años de prisión y el pago de una indemnización de 800.000 euros, cantidad con la que han resarcido al restaurante por el robo de los vinos estaría dispuestas a llegar a un acuerdo que rebajara la condena si se recuperaran algunas de las botellas, según ha manifestado a elDiario.es Extremadura, Jorge Sánchez Castañón, responsable de la compañía.

Sánchez Castañón ha señalado que, por las informaciones con las que cuenta la compañía, habría una serie de botellas que no habrían salido al mercado y que podrían estar a “buen resguardo”.

Por su parte, la abogada de los detenidos, que siempre ha mantenido la inocencia de estos, y que ha denunciado en varias ocasiones negligencias en el proceso, por no haberse llevado a cabo ruedas de reconocimientos cuando fueron detenidos, ve difícil llegar a un acuerdo.

Atrio implementa las últimas tecnologías en seguridad

“Nunca pensamos que nos fueran a robar, pero después de lo que nos ha pasado hemos puesto las últimas tecnologías en reconocimiento facial e inteligencia artificial”, ha manifestado en declaraciones a este diario este martes Jose Polo, quien asegura que han realizado una inversión cercana a los 100.000 euros, y que su establecimiento está ahora conectado las 24 horas del día con Secoex, la empresa de seguridad que les ha instalado dichos sistemas.

Jose no sabe cuantificar el valor global de los caldo que alberga ahora la bodega: “Es que se llevaron todas las caras, ahora iremos reponiendo. Hemos adquirido algunas  Romanée Conti que la propia bodega nos ha dejado a buen precio por el robo que hemos sufrido, se han portado muy bien. Eran botellas muy especiales porque eran únicas, creo que éramos el único restaurante que tenía tantas añadas de Romanee Conti”.

Jose y Toño dicen “haber pasado página”. Ellos no están personados en el juicio puesto que ya fueron indemnizados, pero sí les gustaría que se pudiera recuperar algunas de las botellas que, aunque si aparecen éstas ya serían propiedad de la aseguradora, tienen un acuerdo para poder volverlas a comprar por el valor punitivo que recibieron de la compañía.

Mañana, los acusados irán a la Audiencia Provincial, aunque no declararán, como tampoco lo harán los testigos, tan solo se intentará llegar a un acuerdo de conformidad. En el caso de que no se llegue al acuerdo, se fijará una nueva fecha para el juicio, probablemente en el mes de marzo.

El juicio ha levantado una gran expectación. De hecho, están acreditados más de veinte medios de comunicación, la mayoría nacionales y dos internacionales.