El envejecimiento de la población es un problema que afecta a la sociedad en general, aunque existen diferencias entre el mundo rural y urbano.
Uno de los grandes retos supone la mejora de las condiciones de vida de los ancianos de los entornos más despoblados como ‘La Raya’. Las comarcas de Extremadura y Portugal comparten unos altos índices de envejecimiento y una baja densidad de población que dificultan la prestación de servicios públicos entre los mayores.
En ellos centra su mirada un estudio que ha liderado un equipo de investigadores de las universidades de Extremadura, Évora, Beja y Portalegre. En base a sus conclusiones sobre la alimentación y la movilidad han puesto en marcha dispositivos tecnológicos que buscan mejorar la autonomía de los mayores y su salud. Quieren facilitar su estancia en el hogar de manera independiente sin que tengan que irse a una residencia.
Durante los últimos dos años los investigadores han trabajado en un asistente de voz que recuerda la toma de medicamentos. También en una plataforma que ofrece ayuda al personal sanitario para evaluarles de forma más sencilla y visual. Se suma un sistema que identifica los patrones de movilidad de la población para mejorar los servicios que se ofrecen a los ancianos.
Salud y tecnología
El proyecto Instituto Internacional de Investigación e Innovación del Envejecimiento (4IE) está financiado con fondos Interreg. Se centra en el desarrollo de ambientes inteligentes para la vida asistida entre personas mayores bajo el campo de la ‘e-Healthcare’. “Dentro de este campo podemos encontrar soluciones tecnológicas que van desde APP para dispositivos móviles, 'wereables' como pulseras, ropa o lo que se ha denominado como Smart Home: sistemas tecnológicos avanzados”, explica desde la Universidad de Extremadura el investigador Borja Rivero.
Se trata de desarrollar ayuda tecnológica para cubrir el espacio creciente entre el deterioro de las capacidades de un individuo y las demandas domésticas y sociales a medida que avanza la edad, añade el investigador.
En el caso de Extremadura han centrado su trabajo de campo en Casares de Hurdes, Garciaz y Malcocinado, por tratarse de municipios con características similares en cuanto a despoblación y envejecimiento. En Casares de Hurdes, por ejemplo, más del 50 por ciento de sus habitantes tiene más de 65 años.
Algunas conclusiones
El equipo de antropólogos ha llegado a una serie de conclusiones en torno a la alimentación y los problemas de movilidad.
En las entrevistas se ha puesto en evidencia los problemas de la tercera edad en zonas como Las Hurdes a la hora de desplazarse hasta las consultas médicas de su hospital de referencia, en este caso Plasencia.
Aquellos que no cuentan con coche, o ya no conducen, dependen del transporte público. Tienen que dedicarle a la consulta un día entero de viaje, lo que genera graves problemas para personas con una movilidad reducida.
En torno a la alimentación el estudio señala que el acopio de alimentos es uno de sus principales impedimentos. Tienen problemas de acceso a las compras, que se subsanan con mercados ambulantes, lo que determina su modo de alimentarse.
La nostalgia a la comida de tiempos pasados les lleva a percibir los alimentos actuales como menos ‘naturales’. Aquellos que se obtienen desde el autoconsumo son percibidos como “saludables”, como la matanza del cerdo y sus derivados. Es algo que entra en contradicción con algunos mensajes médicos sobre nutrición, lo que les genera desconfianza.
Los dispositivos tecnológicos
Uno de los dispositivos desarrollados en el proyecto es el asistente de voz como recordatorio de medicamentos. Se trata de un altavoz inteligente (dispositivo Snipps) que recuerda la toma de medicamentos. A través de una aplicación controlada por el personal sanitario o cuidador se introduce el patrón de medicación del paciente vía bluetooth y el asistente de voz recordará la toma de medicamentos.
El patrón de medicación es individualizado, de modo que aparte del nombre del medicamento (por ejemplo, Omeoprazol) aparece el nombre por el que usualmente lo conoce el paciente (por ejemplo, la pastilla azul). Los investigadores están trabajando también para incluir citas, consejos u otro tipo de prescripciones médicas.
Otro de los dispositivos es una APP que conforma un mapa de calor. Es una aplicación para móviles que permite determinar con qué frecuencia han sido transitados distintas localizaciones a través de colores. El objetivo es identificar patrones de movilidad en una población y determinar lugares clave donde ofrecer servicios concretos para personas mayores.
El tercero de los aparatos tecnológicos es una plataforma de evaluación multidimensional, denominada ‘MIAPe’, que ayuda al personal sanitario a evaluar los adultos mayores de forma más sencilla y visual.
Es una plataforma que desarrolla la parte portuguesa del proyecto. Con ella los profesionales de la sanidad pueden obtener estadísticas del estado de salud de las personas ancianas y ver su evolución a lo largo del tiempo. Integran dispositivos IoT como son básculas y pulseras inteligentes, además de oxímetros, que aportan mayor cantidad de información para extraer resultados más exactos.
Próximas investigaciones
El proyecto continúa con una próxima investigación centrada en la soledad de los mayores, un problema que afecta cada vez a más personas. La idea es desarrollar nuevos dispositivos, entre los que estarían aquellos orientados a facilitar la compra.
Toda la inteligencia artificial desarrollada hasta el momento se encuentra en un periodo de prueba, con la idea de analizar hasta qué punto estos aparatos son operativos y mejoran la calidad de vida de las personas.