El párroco de Mengabril , localidad situada cinco kilómetros al oeste de Don Benito, ha sido imputado por el Juzgado de Instrucción número 1 de esta última localidad por supuestos abusos a un menor de 12 años. Fue la Junta de Extremadura la que tras las primeras pistas reunidas por el Ayuntamiento puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores.
Al parecer el cura habría acosado al niño durante las sesiones de catequesis que se celebraban en la casa parroquial.
Este martes pasado declaró en el Juzgado de Don Benito y negó los hechos, al final el juez le impuso como medida preventiva una orden de alejamiento a 100 metros mínimo del niño. Durante el juicio declararon como testigos el alcalde de Mengabril, el concejal de Servicios Sociales y los padres del pequeño.
La Junta de Extremadura ha confirmado esta imputación y publicado esta jueves un comunicado en el que rechaza con energía cualquier tipo de abuso que se cometa sobre un niño.
J. D. F., de 67 años, es párroco de la iglesia de Santa Margarita en Mengabril, y sacerdote adscrito en la de San Sebastián de Don Benito, que es la localidad donde vive; iglesias ambas que dependen de la diócesis de Plasencia.
Las investigaciones sobre los presuntos abusos empezaron hace seis meses cuando el Ayuntamiento de Mengabril recibió una denuncia sobre el comportamiento del cura. Los servicios sociales municipales redactaron entonces un informe que mandaron al Defensor del Menor de la Junta de Extremadura, y advirtieron a la Guardia Civil de los movimientos de este religioso que inició su actividad en el pueblo hace cinco años.
Licenciado en Filosofía, el clérigo había trabajado como formador del Seminario Menor de San Atón de Badajoz y ejerció como profesor de Geografía, Historia y Arte en los institutos de educación secundaria (IES) Castelar (Badajoz), Santiago Apóstol (Almendralejo) y Albárregas (Mérida); ya está jubilado como profesor.
El Gobierno extremeño ha mostrado su confianza en la Justicia, así como el respeto a los procedimientos judiciales en marcha, y lamenta que la sociedad actual siga siendo testigo de hechos tan “repugnantes y deleznables” como son los abusos a niños, que son utilizados como “objeto sexual por personas que no tienen reparos en aprovecharse de su ingenuidad e indefensión para satisfacerse”.