Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Primera piedra móvil

Tamayo, piedra

Tomás Martín Tamayo

La Extremadura de Monago, pionera en tantas cosas y que ha abierto senderos desconocidos e inexplorados en el universo -e incluso más allá-, ahora regala una nueva aportación que puede marcar un antes y un después en la sociopolítica global. El consejero de Ocurrencias, la División de Entretenimiento, el primo de su primo, el consejero de Recados y Asentimientos y la vicepresidenta Magahiper, con el nombre genérico de “Solutions for all” (Soluciones para todo),  han parido un nuevo monte al patentar “la Primera Piedra Móvil”. Como lo leen, sí. El artilugio puede parecer simple, como simple suelen ser las soluciones a los problemas difíciles, pero hasta que  la  “Solutions for all” no se han puesto manos a la obra, el “lázaro” de la primera piedra inaugural estaba esperando a que le dijeran “levántate y anda”.

¿En qué consiste? Voy a esforzarme para explicar de forma sencilla algo cuya complejidad  supera al Código de  Voynich: “La Primera Piedra Móvil”, como su nombre indica, es un mojón robusto, de 500 kilos de peso, argamasado con piedras, ladrillos y cemento armado. Por fuera parece un cubo macizo, pero en su parte superior tiene un hueco que se cierra herméticamente con una tapadera del mismo material. Vamos, es como un dado grande, pero a lo bruto, con más peso y consistencia, porque todo lo tienen medido y calibrado. 

En un lateral lleva una placa metálica, sin inscripción alguna, aferrada al cemento con tres vistosos tornillos hexagonales, porque los conceptos estéticos más vanguardistas han estado presentes en la elaboración y diseño del invento. Sobre esa placa fija, que lleva adhesivos de velcro, se pueden pegar las leyendas que convengan según lo que se vaya a inaugurar, por ejemplo, “Primera Piedra de la Conexión con el Atlántico”, “Primera Piedra del Tontódromo Oficial”, “Primera Piedra del Puesto de Chuches”... Pegando y despegando leyendas se pueden inaugurar tres o cuatro cosas a la vez y casi en el mismo sitio porque “La Primera Piedra Móvil” lleva unas ruedas en su base que facilitan el desplazamiento. El consejero de Recados y Asentimientos dispone de un equipo multidisciplinar para la cosa del empuje.

¿Y el hueco y la tapadera para que sirven? Lo tienen todo estudiado, son gente fina que no improvisa. La tapadera, que dispone de tecnología puntera, tiene escondido en su centro un taco de plástico. Un cáncamo del tamaño adecuado, responsabilidad del consejero de Ocurrencias, se enrosca en el taco, se tira de él y deja abierto un hueco generoso, en el que depositan los periódicos del día, fotos, programas y monedas. Incluso lleva incorporado un micrófono y un brazo telescópico para hacerse selfies. Una vez concluida la inauguración, el invento lo cubren con la bandera, lo suben en una furgoneta y lo trasladan a otro sitio, ahorrándonos el engorro de andar levantando “primeras piedras” en cada cruce de caminos, en cada pueblo, evitando que Extremadura se parezca a Isla de Pascua.

Además, por idea original, no se sabe si del presidente de la Asamblea o de su primo, la Primera Piedra Móvil será “traspolable” para rentabilizarla de forma “recalcitrante” y, cuando no tenga programa institucional, se alquilará a particulares, empresas e incluso a otras comunidades, porque el invento lo han patentado para que todos los royalties queden en Extremadura. ¡No se les escapa ni una! “El que quiera piedra que la pague”, dijeron con toda solemnidad durante la presentación de la Primera Piedra Móvil, mientras asentía con la cabeza el consejero de Asentimientos y la vice dejaba suelto un jejeje colmillero.

¿Y qué será lo siguiente? El equipo, la “Solutions for all”, no se ha disuelto y sigue trabajando en nuevos proyectos. El más inmediato, ya casi concluido, lo llevan en secreto, pero ha trascendido que están inventando una cosa muy larga y enrollable que puede servir para unir dos telas: lo llaman “black thread”. Sí, hilo negro.

Este y otros artículos de Tomás Martín Tamayo los puede leer también en su blog Cuentos del día a día

Etiquetas
stats