Más de 200 personas trabajan en el plan de choque contra el camalote tras la incorporación de los militares
- — Junta de Extremadura (@Junta_Ex) 15 de octubre de 2018
Confían en que el río quede totalmente limpio de la planta invasora más peligrosa de Extremadura a finales del invierno.
Los trabajos de retirada del camalote se han intensificado este lunes con la llegada de 120 agentes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que trabajarán en el tramo que discurre entre Badajoz y la frontera con Portugal. Se suman otros 120 trabajadores contratados por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que centran su labor aguas arriba, en la desembocadura del río Zújar.
Actúan sobre los 150 kilómetros de río infectados por la planta exótica, que se caracteriza por presentar una importante capacidad de colonizar grandes extensiones de agua en poco tiempo. Unas labores que abarcan un ámbito de actuación de 630 kilómetros de ribera fluvial.
Efectivos de la UME trabajan ya en estas tareas en la zona del entorno del puente de la Autovía, cerca del casco urbano de Badajoz, dentro de su primer tramo de actuación.
Plan de actuación
Las previsiones apuntan a un plan de actuación desde dos vertientes: de arriba abajo en el tramo que sigue a la desembocadura del río Zújar, en la zona norte del municipio pacense de Medellín, y en la zona próxima al río Caya, en la zona fluvial urbana de Badajoz próxima a la frontera con Portugal, informa la Agencia Efe.
Los 122 militares incorporados se suman así a los 120 empleados de la empresa pública Tragsa que trabajan en otros puntos del río. A los efectivos ya desplazados se podrían sumar más unidades militares “a medida que sea necesario”, dentro del apoyo a los trabajadores de Tragsa.
Una vez que finalice esta fase de intervención se llevará a cabo una de mantenimiento para impedir que la planta invada de nuevo el río. En este sentido el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Samuel Moraleda, explica que el camalote se retirará a las orillas del río, donde la planta se secará y degradará, integrándose en el territorio.
La UME aporta 60 medios
El jefe del Primer Batallón de Intervención de la UME, el teniente coronel Juan Esteban, ha explicado que la unidad aporta 60 medios, entre maquinaria pesada y ligera. Es un dispositivo con la “máxima flexibilidad posible” debido a las exigencias de estas tareas.
Hay dos unidades de trabajo que combinan maquinaria de ingeniería, embarcaciones y manejo de barreras, y personal y vehículos de apoyo para la extracción manual.
La UME dispone de 20 vehículos pesados (autobombas, camiones), y otros tantos ligeros (transporte, apoyo), cuatro retroexcavadoras, cuatro volquetes, vehículos anfibios, embarcaciones o equipos de buceo. También se contará con un helicóptero, a solicitud de los efectivos, sobre todo para tareas de reconocimiento.
La Unidad Militar de Emergencias no tenía experiencia en este tipo de trabajos, como ha dicho Esteban, pero ha recibido la información necesaria para confeccionar un plan prediseñado y adaptar sus equipos al entorno, aunque “aún es pronto para determinar qué cantidades diarias de planta se retirará o qué superficie se limpiará”.
“Hoy es un día muy importante”
La consejera extremeña de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García, ha subrayado que hoy es un día muy importante para la comunidad, pues es un paso más dentro del gran esfuerzo que se lleva a cabo.
Las administraciones han decidido que la UME inicie estas labores en el entorno urbano de Badajoz tanto por su cercanía con el acuartelamiento de Bótoa como para evitar que el camalote pueda llegar a Portugal.
En el caso de la capital pacense, el río también se encuentra afectado por la proliferación del nenúfar mexicano, ante el cual se investigará la forma “más idónea” para su retirada, ha dicho Moraleda.
Todas las administraciones implicadas han coincidido en afirmar que la lucha contra el camalote es “una prioridad inmediata”, pues su proliferación afecta tanto al ecosistema como a las infraestructuras hidráulicas. Esta “maleza acuática” afecta a decenas de kilómetros del río, desde Medellín hasta Badajoz, y su desarrollo y proliferación se produce con la llegada de las altas temperaturas estivales.
