La recuperación económica es parcial, tiene los pies de barro, no se sabe si se va a consolidar y, sobre todo ¿va a reparar la desigualdad instaurada por la crisis?, se pregunta CCOO Extremadura en un reciente informe sobre la situación de la región. Una desigualdad merced a la cual, en los últimos cuatro años, 936 millones de euros se habían movido desde las nóminas de los trabajadores a los resultados de las empresas.
Ese estudio sobre la economía extremeña, el mercado de trabajo y los presupuestos de la Junta para 2015 pone una de sus lupas sobre la evolución entre 2010 y 2013, último año con datos completos, tanto de los salarios de los trabajadores como de los excedentes y beneficios empresariales brutos.
Con datos oficiales sale que a lo largo de ese cuatrienio la suma de los salarios anuales pasó de 8.688 millones de euros a 7.752, una reducción de 936 millones de euros, un retroceso en paralelo al de la producción económica regional (PIB), que retrocedió en 1.000 millones de euros.
Es decir, toda la depresión económica habida en esos últimos años de la crisis –a partir del verano de 2014 empezaron a registrarse crecimientos del PIB— ha caído sobre los hombros de los asalariados. Así, el peso de los salarios respecto al PIB cayó entre 2010 y 2013 un 2,7%, pasando del 48,2% al 45,5%.
Las empresas
¿Y qué pasó simultáneamente con los excedentes brutos de las empresas?. Prácticamente no se movieron, o sea, mientras el PIB retrocedía en 1.000 millones de euros, las cuentas empresariales experimentaron un retroceso insignificante de 60 millones, de 8.120 a 8.069 según esos datos oficiales recogidos en el informe de CCOO.
Mientras los salarios veían cómo disminuía su peso en el PIB en 2,7 puntos, los empresarios contemplaban lo contrario, la importancia de sus excedentes y beneficios brutos aumentaba al representar el 45,1% en 2010 al 47,4% en 2014. Como han concluido los sindicatos, un trasvase directo de rentas desde los trabajadores a sus empresas.
Es contabilidad hecha con la nueva base estadística económica 2010, porque tomando la usada hasta septiembre pasado, la base de 2008, habría sido incluso peor ya que en 2013, por primera vez, el total de los excedentes de los empresarios sumó más importe que los salarios abonados.