La celebración de Las Candelas pone calor y color al invierno de Extremadura justo en la antesala del carnaval. En Almendralejo y Montehermoso son fiestas de Interés Turístico Regional, celebraciones de purificación en las que el fuego se convierte en protagonista por ser capaz de destruir lo negativo.
La Torre de los Almendros de Almendralejo da una campanada muy especial el 1 de febrero a las ocho de la tarde y basta que suene para que en los barrios de este municipio pacense, capital de la comarca de Tierra de Barros, los vecinos empiecen a encender las hogueras que construyen con madera, enseres y trastos viejos de los que quieren deshacerse.
Antes de que el fuego las consuma, lo habitual es hacer un recorrido de una a otra, como si Almendralejo se convirtiera en esta fecha en una especie de pequeña Valencia en clave fallera. Esas hogueras son las protagonistas de Las Candelas, el elemento imprescindible en torno al que los niños juegan y los mayores comparten los productos más tradicionales de Extremadura, desde las migas y el aguardiente hasta los embutidos de la matanza y el pestorejo, que es la careta del cerdo, brindando con vino, como no podía ser menos en la zona vinícola por excelencia de la región.
La Velá y Los Negritos de Montehermoso
En Montehermosotambién suenan campanas anunciando La Velá, que es como se conoce popularmente a Las Candelas, pero lo hacen el 2 de febrero y un poco antes que en Almendralejo, sobre las siete y media de la tarde. En esta localidad de la provincia de Cáceres no se encienden hogueras sino velones que se sostienen durante la procesión que recorre las iglesias del pueblo y que acaba junto al parque Príncipe Felipe para tomar migas. En ese recorrido participan Los Negritos, danzantes de Montehermoso que al día siguiente, el 3 de febrero son los protagonistas de la fiesta que lleva su nombre.
Los Negritos de San Blas son danzantes, siempre hombres, que empiezan a bailar en La Velá y ya no paran hasta que la fiesta se acaba al día siguiente. Interpretan 17 danzas seguidas y se tiznan de negro la cara con un corcho quemado, en recuerdo de una familia pobre que la leyenda cuenta que se acercaba por Montehermoso para pedir comida camuflándose de esta manera para evitar ser reconocidos.
El día 3 de febrero se les puede ver bailar desde las 12.00 en la Plaza de España y este 2016 lo harán con un brío especial para celebrar que hace diez años que recibieron la distinción de Fiesta de Interés Turístico Regional.