Más allá del AVE: crece el temor al “desmantelamiento” del tren de vía estrecha que articula el norte de Galicia

Es el tren que no se agita en campaña electoral. Que no es visitado por presidentes ni por titulares de consellerías ni ministerios y que, en vez de acumular actos inaugurales, suma fundamentalmente olvido. Excepto para las personas que lo utilizan -cuando pueden- y para los ayuntamientos del entorno, que insisten desde hace años en reclamar servicios ferroviarios de calidad para la población que reside en el norte de Galicia. Esto es, para las más de 200.000 personas que viven entre Ferrol y Ribadeo, que observan como su tren de vía estrecha -de 1 metro de ancho, frente a los 1,6 del tren convencional- sigue por el camino de la decadencia mientras las promesas de mejora no se dan concretado y crece el temor a un “desmantelamiento” definitivo.

La Plataforma por la Defensa del Ferrocarril Ferrol-Ribadeo, el colectivo más activo en la denuncia de las deficiencias de esta línea y en la reivindicación de su memoria, se ha visto en los últimos días obligada a lanzar de nuevo un llamamiento público ante lo que consideran una “situación límite”. Es suficiente con detenerse en algunos de los acontecimientos de las última semanas. Un día, supresiones de líneas a la altura de Ortigueira y Cerdido por falta de trenes disponibles. Al siguiente, viajes cancelados entre Ferrol y Ribadeo y Ferrol y Ortigueira y, como añadido una avería en la comarca de A Mariña Lucense del 'Regional' que viajaba de Oviedo a Ferrol. “En un país normal rodarían cabezas”, ilustran.

Los sucesos de la última semana son una pequeña gota en un mar de ellos. Los datos que maneja la plataforma explican que la suma de “supresiones y grandes retrasos”, los “incidentes”, fueron más de 900 el pasado 2017, un año que terminó con “supresiones a diario por falta de personal de conducción” en noviembre y diciembre, toda vez que los maquinistas ya habían superado el número de horas anuales de trabajo sin que Renfe los sustituyera. “Esto indica que el problema de personal que Renfe dio por finalizado en mayo, para nada se solucionó”. El 2017 se acabó con esta problemática y 2018 ha comenzado con la delas averías, llegando a estar disponible en alguna jornada solo uno de los 9 trenes destinados en Ferrol.

Pero, denuncia la Plataforma, oficialmente “no existe ningún responsable de la situación” de los trenes Feve. Las máquinas incorporadas entre 2009 y 2011 “han padecido fallos estructurales que provocan averías diarias” y algunos de los anunciados como planes urgentes para mejorar el servicio fallaron, literalmente, el primer día. La “única nota positiva” de la licitación del mantenimiento, este mes de enero, del servicio de mantenimiento de los trenes más viejos -los 'Regionales' de Galicia, Asturias y Cantabria- no compensa la degradación de los demás ni problemas añadidos como “la continua desaparición de los interventores”. Ahora, advierten, ya no vale la “excusa” alegada por Renfe cuando asumió la estructura de Feve. “Han tenido cinco años y no han hecho más que empeorar la situación”.

“¿Cuáles son los intereses reales?”

Ante esta situación la Plataforma se pregunta “cuáles son los intereses reales de Renfe, de la Xunta y del Ministerio de Fomento”. “Las únicas administraciones que están teniendo en cuenta las protestas de los usuarios son los ayuntamientos de la línea” y, por extensión, las diputaciones de A Coruña y Lugo. El “papel de la Xunta” es de “pasota” y el de Fomento, “inexistente”. En el caso concreto de Renfe, su postura en la comisión técnica que aborda el estado de la línea “es increíble e irrespetuosa”, hasta el punto de que “son los ayuntamientos los que le tienen que explicar, por ejemplo, que deben prolongar una frecuencia en un horario básico como es la vuelta de los institutos, universidad y trabajos”, franjas horarias “en las que la ocupación está garantizada”. Mientras, censuran, “fleta otros servicios en horarios totalmente innecesarios”.

“Los directivos de Renfe, con la complacencia del Ministerio y de la Xunta, están insultando a la gente que diariamente se queda tirada en los apeaderos y estaciones, llega tarde a cualquier sitio donde se propone ir o, simplemente, no puede usar el tren por su nula fiabilidad y desastrosos horarios”. Cabe pensar, lamentan, que el tren del norte gallego está siendo abandonado “deliberadamente” para “que funcione lo peor posible y la gente se vea obligada a abandonarlo” a pesar de tener “un enorme potencial” si “el parque móvil funcionara y los horarios fueran razonables”, ya que las alternativas de transporte público son, sencillamente, “nulas”.