La aventura naval de Feijóo en México acaba envuelta en una espiral de investigaciones por corrupción

“Conviene aclarar que el acuerdo de Barreras y de los floteles [buques-hotel] de Barreras no fue acordado con este expresidente de Pemex, sino con el anterior. Está en todas las hemerotecas gallegas”. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se mostró molesto esta semana cuando la prensa le preguntó por la detención en Málaga de Emilio Lozoya, el exdirector general bajo cuyo mandato fueron rubricados los negocios de la petrolera en Galicia que él mismo apadrinó. La respuesta fue, en esencia, desligar de tales negocios a Lozoya, desde el pasado jueves en prisión provisional por riesgo de fuga mientras México pide su extradición.

Los acuerdos con la petrolera mexicana que durante años el propio Feijóo presentó como una vía de salvación para el naval gallego en los años de la crisis económica gracias a su propia intervención dieron muchos menos resultados de los esperados. De la veintena de buques prometidos apenas se construyeron dos y además ahora, en plena precampaña, la detención de Lozoya devuelve al primer plano de la actualidad las zonas de sombras de aquellos tratos, toda vez que varios de sus protagonistas son señalados por las actuales autoridades mexicanas en varios casos de presunta corrupción. La aventura mexicana de Feijóo para el naval gallego se remonta a hace casi ocho años y llega hasta este propio 2020.

Mayo de 2012. Promesas millonarias en directo por la tele

“El señor Suárez Copell fue el que firmó el acuerdo conmigo”, reiteraba esta semana el presidente gallego y candidato a la reelección por el PP el próximo 5A.  Efectivamente, la primera firma de un documento con la petrolera mexicana se celebró el 24 de mayo de 2012, en un acto retransmitido en directo por la Televisión de Galicia en el que la compañía americana estaba representada por quien entonces era su director general, Juan José Suárez Copell. Lo prometido aquel día había sido la construcción de catorce barcos remolcadores –7 en Galicia y otros tantos en México– que, según había afirmado Feijóo, iban a suponer 2.500 empleos al sector naval.

Septiembre de 2012. Dos barcos bordeando la ley electoral

El 19 de septiembre del mismo año faltaba apenas un mes para las elecciones autonómicas y la Xunta bordeó la ley electoral para celebrar otro acto con representantes de Pemex. En él solemnizó un encargo que dio por seguro: dos buques-hotel, los famosos floteles, uno para construir en el astillero privado vigués Barreras y otro, en el público Navantia de Ferrol. El representante de Pemex en el acto de firma era José Manuel Carrera Panizzo, en ese momento consejero delegado de Pemex Internacional y ahora investigado por las actuales autoridades mexicanas por presuntos sobrecostes en la compra de una compañía de fertilizantes, Agro Nitrogenados.

Diciembre de 2012. Lozoya se pone al frente de Pemex

Cuando se celebró esa segunda reunión, ya había comenzado en México la transición presidencial: de Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto, ganador de las elecciones de julio de ese año. En el equipo que gestionó el traspaso de poderes estaba integrado Emilio Lozoya, encargado de coordinar los asuntos internacionales. Apenas tres meses después, el 3 de diciembre, Lozoya tomó posesión como nuevo director general de Pemex y a las pocas semanas la empresa advertía de que los encargos a Galicia todavía no eran seguros. La Xunta, por su parte, insistía en la existencia de los famosos contratos, pero matizaba que no podía mostrarlos porque “no los tenía”.

Abril de 2013. Lozoya “confirma los compromisos” a Feijóo

Al poco tiempo, en abril de 2013, cuando la política gallega se agitaba por la publicación en El País de las fotografías que acreditaban la amistad de Feijóo con el contrabandista Marcial Dorado en la etapa en que el actual presidente dirigía la sanidad pública gallega, la Xunta anunciaba un viaje del jefe del Ejecutivo a México. Allí, según divulgó el propio Gobierno gallego, uno de los primeros encuentros fue el mantenido con Emilio Lozoya para “hacer seguimiento” de la “alianza estratégica” de la Xunta con Pemex. “Feijóo –indicaba la nota oficial de la Xunta– agradeció al director de Pemex, que tomó posesión en el cargo hace poco más de cuatro meses, su receptividad y su interés en confirmar los compromisos conseguidos” y “darles continuidad para que los astilleros gallegos puedan seguir optando a las oportunidades que supone el proceso de renovación de la flota iniciado por la petrolera”.

Mayo de 2013. Pemex compra Barreras

Apenas dos semanas después del primer encuentro de Feijóo con Emilio Lozoya, el 30 de abril de 2013, Praza.gal adelantaba que Pemex se disponía a comprar el 51% de las acciones del astillero vigués Barreras, operación que se oficializó el 3 de mayo, cuando Lozoya llevaba seis meses en la dirección general de Pemex. Fue firmada en el correspondiente contrato en noviembre del mismo año en presencia del conselleiro de Economía de la Xunta, Francisco Conde, del mencionado Carrera Panizzo y de Carlos Roa, jefe de asesores de Lozoya, que pasaría a ser vicepresidente de Barreras hasta 2016. Roa también está actualmente investigado por presuntas irregularidades en la compra de plantas de fertilizantes, en el conocido como caso Fertinal. La compra rondó los 5 millones de euros.

Enero de 2014. Pemex adjudica los 'floteles'

La compra de Barreras fue presentada como el empujón definitivo a la operación de los floteles: al pasar a ser propiedad de Pemex, ya no era necesario un concurso público abierto, habían explicado a grandes rasgos. De este modo, a finales de enero de 2014 la petrolera adjudicaba la construcción de ambos barcos, uno para Barreras y otro para Navantia. Casi al mismo tiempo, la entonces primera fuerza política de la oposición mexicana, el PDR, anunciaba que se disponía a llevar ante la Fiscalía del país ambas adjudicaciones. Pemex, advertían, estaba incurriendo en prácticas de “corrupción”.

Marzo de 2014. Feijóo agradece los contratos en persona a Lozoya

Poco después de la adjudicación, Feijóo volvía a México y mantenía un nuevo encuentro con Lozoya y en esta ocasión era el propio Gobierno gallego el que divulgaba fotografías de la reunión. Las mismas que en este 2020 incomodan al entorno del presidente y candidato del PP gallego. Según había indicado la nota oficial de la Xunta al respecto, en aquel encuentro Feijóo había transmitido a Lozoya “el agradecimiento del Gobierno gallego y del pueblo gallego con la concreción y la contratación de dos floteles”. También, afirmaba, habían tratado la construcción “de otros barcos adicionales” en Barreras –que nunca llegaron a encargarse–. Por todo esto, había subrayado, destacaba ante Lozoya “el reconocimiento del pueblo gallego y su propio reconocimiento como presidente de la Xunta por haber satisfecho y por haber honrado la palabra dada por Pemex a Galicia”.

Febrero de 2020. Feijóo niega tratos con Lozoya

A pesar de estos dos encuentros y aunque los tres acuerdos cumplidos –los dos floteles y la compra de Barreras– se produjeran bajo el mandato de Lozoya, Feijóo desliga al ejecutivo ahora detenido de todos ellos. El presidente de la Xunta niega también que estén entre los asuntos por los que Lozoya es investigado, porque “según sabemos, la investigación es relativa a algo relacionado con Brasil, no con Galicia”. No obstante, la Fiscalía mexicana también está investigando a Lozoya por la compra de Barreras, según ha admitido, si bien todavía no ha “judicializado” el asunto, han explicado esta misma semana.

En este contexto, Feijóo reduce las peticiones de explicaciones de la oposición y algunos medios por los tratos de la Xunta con Emilio Lozoya a una cuestión electoral. “Sé perfectamente que estamos en precampaña electoral y en precampaña electoral todo vale”, se queja. “En 2012 se dijo que eran unos barquitos y que no existían y ahora lo que se dice es que hay un directivo de Pemex que está siendo investigado por la administración de Justicia; que sigan investigando todo lo que quieran”, concluye el líder del PP gallego.