Se va uno de los poderosos barones provinciales del PP gallego. El todavía presidente en funciones de la Diputación de Pontevedra y líder provincial del PP, Rafael Louzán, ha anunciado ya que no será diputado en el próximo mandato si, tal y como está previsto, se confirma el pacto de gobierno entre PSdeG y BNG. El acuerdo, previsiblemente, situará a la socialista Carmela Silva al frente de un organismo que el todavía dirigente abandona más de una década después de tomar el mando.
Louzán llevaba desde 2003 al frente de la Diputación, desde donde se convirtió en uno de los máximos exponentes de ese poder provincial omnipresente que antes representaban Francisco Cacharro o Baltar padre y que ahora solo mantiene Baltar hijo. Pierde el PP el organismo que controlaba desde épocas de Mariano Rajoy al bajar de 17 a 12 diputados, por los 10 que tiene el PSdeG, los 4 del BNG y uno de la Marea de Vigo, que culminó el desastre popular junto a la fortaleza de Lores (BNG) en Pontevedra y la enorme mayoría absoluta de Caballero (PSdeG) en Vigo.
Asegura Louzán que no pondrá obstáculos a un traspaso de poder que se realizará “sin problemas”. Abandona el sillón de mando pero desde el pasado mes de diciembre ocupa ya otro, el de la Federación Gallega de Fútbol (FGF), que consiguió después de vencer en las elecciones al alcalde -reelegido este 24M- de Cerceda, el socialista José García Liñares... Y después también de 70 campos de fútbol pagados con fondos públicos de la Diputación, siempre muy interesada e implicada en el mundo del fútbol. De hecho, el todavía presidente anunció su despedida del organismo provincial en la firma de un convenio con el Pontevedra Club de Fútbol.
Este fue uno de los últimos actos como cargo público de un hombre que lleva veinte en la política. En 1995 fue elegido teniente de alcalde en Ribadumia, donde trabajaba como funcionario, después de que se presentara a los comicios con el PP local. Ya entonces entró como diputado en la Diputación por O Salnés y un año después accedió a la vicepresidencia. En 2003 entró como presidente en relevo de Manuel Abeledo López, pero ya era el hombre fuerte del PPdeG en la provincia, presidente del partido desde 2000, cargo al que accedió como solución de urgencia del entonces secretario general de la formación, Xesús Palmou. Pero le gustó el puesto, sobre todo el del organismo provincial. Tanto que lo intentó amarrar casi de cualquier manera.
Los 'fichajes' de tránsfugas
Tras las elecciones locales de 2007, Louzán y el PP se mantuvieron al frente de la Diputación de Pontevedra por un escaso margen, poco más de 200 votos. Había sido clave el trabajo que el presidente había realizado para anexionar al PP numerosas listas independientes de derechas, que acabaron integrándose al partido. De 42 que existían pasaron a 20. La estrategia continuó de cara a los siguientes comicios, en 2011, pero entonces movilizó no solo a independientes, sino también tránsfugas.
Aprovechó un viaje de Feijóo a América para presentar una moción de censura en Mos que había vetado el partido y entregar la alcaldía a Nidia Arévalo, suspendida de militancia. En Silleda tiró de tránsfugas socialistas para darle el bastón de mando a Ofelia Rey, lo que acabó rompiendo la formación local; y en Tui maniobró con un independiente enemigo del imputado regidor popular. En O Porriño desalojó al nacionalista Raúl Francés y le dio la alcaldía a un independiente, Nelson Santos, que fichó por el PP y ahí sigue, de nuevo como el más votado pese a sus múltiples problemas judiciales. Solo son ejemplos (y hay más como en Nigrán o Ponteareas) de algunos métodos que solían ir acompañados de importantes aportaciones de la Diputación a esos mismos municipios.
Los campos de hierba artificial
Muchas de esas ayudas llegaron en forma de campos de fútbol de hierba artificial. Unos 676.000 euros en Marín, 442.000 en Vilaboa, 342.000 en Cotobade, 354.000 en Covelo, un millón en Moraña y otro en Cuntis. Son solo algunos de los ayuntamientos de la lista en la que figuran nombres como A Sangriña, San Amaro, O Pombal, Monte da Lomba, O Salgueirón, Camballón, A Bouza o A Seca, campos de fútbol que, durante los últimos años, han sido tapizados con hierba artificial gracias a los fondos públicos de la Diputación de Pontevedra.
Se calcula que alrededor de 40 millones de euros de la administración provincial pontevedresa han ido a parar a estas instalaciones deportivas. Su construcción y financiación respondía a una estrategia expuesta abiertamente por la Diputación: “Disponer de, al menos, un campo en la práctica totalidad de los ayuntamientos”, lo que no impide que en municipios como Ribadumia, ayuntamiento natal de Louzán, se acumulen ya cuatro de estos campos. Los diferentes céspedes, en todo caso, eran utilizados por los clubes que, mayoritariamente, le dieron después el apoyo en las elecciones a la Federación Gallega de Fútbol.
Oscura campaña en la Federación
El presidente del PP de Pontevedra logró 80 votos en la asamblea de la FGF celebrada a finales del pasado mes de diciembre, compuesta por representantes de todos los ámbitos del fútbol, frente a los 65 de Liñares. El alcalde de Cerceda había reclamado incluso que la Secretaría General para el Deporte, dependiente de la Presidencia de la Xunta, investigara si Louzán había incurrido en “conducta delictiva” durante la carrera electoral al utilizar, asegura, medios de la Diputación, y “armas de convicción poderosas”. “Cargos y personal de la Diputación fueron interventores en el proceso electoral después de que, en muy pocos días, pasaran a formar parte de directivas de clubes como el Ribadumia y el Umia”, denunció.
Ya entonces existían rumores que indicaban la posibilidad de que Louzán abandonara la Diputación, independientemente del resultado electoral de las elecciones municipales. El ya ex presidente decidió no seguir de diputado y dedicarse en plenitud a la FGF, aunque en el mundo de fútbol son muchos los que piensan que su objetivo es sustituir algún día a Ángel María Villar, presidente de la Federación Española. Que nadie lo descarte.