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La campaña de los vecinos de la principal entrada del Camino en Santiago por las obras que no terminan

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Los vecinos y los negocios de la rúa dos Concheiros, la principal entrada del Camino en Santiago, se han hartado de las obras que tienen levantadas calzada y aceras desde hace un año. A su llegada a la ciudad los peregrinos deben sortear vallas de obra y alguna rotonda a medio hacer, aunque justo antes de entrar en Concheiros una flecha los desvía a la derecha y no atraviesan la zona cero de los trabajos. En el recorrido alternativo, que discurre por la rúa do Home Santo y la de A Angustia, intentan despejar la confusión de quienes buscan la catedral algunos carteles y conchas pintadas con espray amarillo fosforito en el suelo.

El malestar por las molestias que las obras provocan en el barrio ha pasado de los comentarios entre vecinos y en torno a las mesas de los bares a una iniciativa conjunta. Tras meses de novedades constantes en los accesos a los portales y en la disposición de las vallas, de preocupación por el impacto económico en los negocios y de trabajos nocturnos de homigonado y asfaltado complicados por la lluvia, han empezado a aparecer en bares y comercios unos carteles: “Farta das obras de Concheiros”.

La asociación vecinal A Xuntanza del barrio de San Pedro, en donde se encuentra esta calle, comparte en su cuenta de Twitter quejas de residentes y fotos del impacto de las obras en la zona. La fecha de finalización de los trabajos anunciada inicialmente era septiembre, bien entrado el Año Santo, pero se ha retrasado a noviembre y una visita a Concheiros permite comprobar que quedan muchas tareas por finalizar.

Los vecinos y los negocios de la rúa dos Concheiros, la principal entrada del Camino en Santiago, se han hartado de las obras que tienen levantadas calzada y aceras desde hace un año. A su llegada a la ciudad los peregrinos deben sortear vallas de obra y alguna rotonda a medio hacer, aunque justo antes de entrar en Concheiros una flecha los desvía a la derecha y no atraviesan la zona cero de los trabajos. En el recorrido alternativo, que discurre por la rúa do Home Santo y la de A Angustia, intentan despejar la confusión de quienes buscan la catedral algunos carteles y conchas pintadas con espray amarillo fosforito en el suelo.

El malestar por las molestias que las obras provocan en el barrio ha pasado de los comentarios entre vecinos y en torno a las mesas de los bares a una iniciativa conjunta. Tras meses de novedades constantes en los accesos a los portales y en la disposición de las vallas, de preocupación por el impacto económico en los negocios y de trabajos nocturnos de homigonado y asfaltado complicados por la lluvia, han empezado a aparecer en bares y comercios unos carteles: “Farta das obras de Concheiros”.