Compostela ya no es lo que era y la ciudad está por debajo de sus posibilidades. Esta es una de las principales conclusiones que ha llevado a un grupo de cinco autores a reflexionar sobre el presente y el futuro de la ciudad, y plasmarlo en el libro Compostela como desexo (editorial Alvarellos), recientemente publicado. El modelo urbanístico, la relación entre la Universidad y la ciudad, la eclosión de las industrias creativas o el papel del turismo son algunos de los temas que se plantean en la obra. El libro consta de varios apartados pero no están firmados individualmente por cada autor, sino que se plantea como un ejercicio de reflexión colectivo de cinco autores.
“La idea nace de la unión de cinco amigos que, a través e conversaciones, teníamos unas inquietudes comunes sobre Santiago y su evolución y quisimos plasmarlas por escrito”, indica el filósofo Antón Baamonde, una de las cinco firmas del libro, junto con el arquitecto Alfonso Salgado, el economista Fernando Barros, el exgerente del Consorcio de Santiago Xosé Manuel Villanueva o el también arquitecto y exalcalde de la ciudad, Xerardo Estévez. Los cinco amigos se iban reuniendo y comenzaron a plasmarlo por escrito, como una especie de actas sobre sus conversaciones, “intentado aportar soluciones, mejores o peores”, explica Baamonde. El libro reflexiona en muchas partes sobre el modelo actual de ciudad, “un modelo que se ha ido desdibujando, con poca reflexión sobre el porvenir”, cuestiona.
“Santiago ha pegado un estirón urbanístico y eso plantea nuevos problemas que requieren soluciones. Que esas nuevas zonas no queden desconectadas de la ciudad”, explica Antón Baamonde, que sintetiza esas soluciones en una frase: “Es necesario coser la ciudad”. El filósofo y colaborador de Eldiario.es apela en muchos de los planteamientos al pensamiento de Jane Jacobs, la activista americana cuyo libro Muerte y vida de las grandes ciudades, publicado en 1961, se convirtió en uno de los clásicos más influyentes en la historia del urbanismo.
“Hablamos de coser la ciudad para dar respuesta al Santiago de hoy y no ver solo el casco histórico y el Ensanche. Jacobs ya escribió hace décadas que la vida estará en los bares y en los comercios, más que en la construcción de bloques que desemboque en ciudades dormitorio”, matiza Antón Baamonde, recalcando el concepto de “sostenibilidad”, que planea durante las páginas de todo el libro. “Este Santiago ya no es el de hace tres o cuatro décadas. Es algo más que el binomio entre la zona vieja y el Ensanche. Hay nuevas zonas que crecen, que deben generar reflexión y no concebir la ciudad como un archipiélago de islas separadas, sino como un continuum”, defiende el filósofo y coautor de Compostela como desexo, un libro que adjunta en su parte final un interesante plano para analizar la ciudad, complementado con el acceso a un código QR.
La eclosión de las urbanizaciones en las afueras
Los autores reflexionan también sobre la eclosión de la construcción de urbanizaciones en las afueras, con vías de servicio que siguen siendo caminos de aldea, o intentan aportar soluciones para una movilidad sostenible. Entre ellas la creación de un transporte ligero al aeropuerto, lo que denomiman “salones de recibir” para aparcar los coches en las afueras o la bicicleta eléctrica como opción en una ciudad plagada de cuestas empinadas y todavía con escasas vías de carril bici. “Todavía pesa mucho el Santiago espiritual, el de la Iglesia y la Universidad, pero surgen nuevas oportunidades, como la biotecnología, las industrias de la madera o las industrias creativas”, reflexionan los autores en otro de los apartados del libro, donde se apunta que una de cada cinco empresas del sector cultural gallego tiene su base en Santiago, así como el punto de inflexión que a este nivel supuso la elección de la ciudad como Capital Cultural Europea en el año 2000.
Algunos de los autores, como el arquitecto Xerardo Estévez y el exgerente del Consorcio de la ciudad Xosé Manuel Villanueva, que han desempeñado en el pasado responsabilidades políticas en Santiago, expresan como autores del libro la necesidad de asumir nuevas fórmulas en la concepción de la ciudad. El libro también cuestiona y pone el foco en la que consideran mejorable conexión que debería existir entre la Universidad y la ciudad: “La conexión entre la universidad y la ciudad no parece hoy muy activa. La universidad no produce soluciones, ni procesos, ni productos, solo resultados de investigaciones que a menudo se archivan”, relatan en uno de los capítulos, donde se realiza un símil para definir esta relación: “Una coexistencia como gotas de aceite sobre agua”.
Los autores plasman en el libro la necesidad de generar recursos más allá de la capitalidad, la universidad, la administración o el turismo “del que en verano huyen los compostelanos del casco histórico buscando alivio en lugares de la zona nueva”. Esta necesidad de vida cotidiana real en el casco histórico es también una de las preocupaciones de los escritores del libro. “El corazón de Compostela no puede correr el riesgo de ser petrificado. Recurriendo a un símil sanitario, se necrosaría por falta de riego sanguíneo”, anticipan en uno de los capítulos. Compostela como desexo plasma el anhelo por reformular una ciudad “para andar, de bienestar e igualdad, amable, verde y acogedora”, con el objetivo puesto en 2027, año en el que tendrá lugar el siguiente Año Xacobeo.