El Ayuntamiento de A Coruña anuncia que acudirá ante los juzgados, “si es preciso”, para hacer valer su derecho de compra sobre los terrenos del complejo deportivo de La Solana, espacio público que la Autoridad Portuaria quiere privatizar junto con el Hotel Finisterre. El Gobierno local recuerda que había llegado a un acuerdo con el Puerto para hacerse con estas instalaciones por 1,4 millones de euros, “de forma que la ciudadanía pueda disfrutar de una equipación deportiva como esta en una zona en el que hay un déficit de instalaciones públicas”. También desde los movimientos sociales se está reaccionando y en este sentido la Comisión Abierta en Defensa de lo Común, que exige la devolución gratuita de estos espacios, ha convocado una concentración de protesta este jueves
El pasado mes de mayo la Autoridad Portuaria anunció su intención de vender el complejo deportivo de La Solana y el Hotel Finisterre (construidos en los años 40 del pasado siglo sobre terrenos públicos) para obtener ingresos que le permitieran sanear las cuentas de la entidad, lastradas por los gastos generados por la construcción del Puerto Exterior, que ya ha provocado una deuda de 300 millones de euros. En ese momento el Ayuntamiento de A Coruña reaccionó, ejerciendo su derecho a la compra directa de los terrenos que ocupa La Solana, tasados en 1,4 millones de euros. El 31 de junio, el Consejo de Administración del Puerto acordó paralizar la subasta anunciada, dándole al Ayuntamiento un plazo de seis meses para presentar una oferta, que se hizo efectiva el pasado 21 de octubre, con la aprobación del interventor municipal. El proyecto de presupuestos municipales para 2017, todavía en negociación, reserva una partida de 1,4 millones para la compra de La Solana.
Sin embargo, esta semana la Autoridad Portuaria decidió incumplir los compromisos que había adquirido con el Ayuntamiento, anunciando por sorpresa su intención de venderle las dos instalaciones a la inmobiliaria Río Mero por 10 millones de euros, una operación que aparentemente llevaba preparando desde octubre, y para la que esgrime tres informes (Abogacía del Estado, Hacienda y Puertos del Estado) que priman el beneficio económico sobre el carácter público del espacio.
El Ayuntamiento ha reaccionado con contundencia, señalando el alcalde Xulio Ferreiro que “así no se hacen las cosas”. “Se había llegado a un acuerdo en el Consejo de Administración del Puerto en el que se le daba al Ayuntamiento la prerrogativa de adquirir La Solana por 1,4 millones de euros. Si no se respeta acudiremos a los canales legales que entendamos necesarios, incluso al juzgado si es preciso”, dijo. “El interés de la ciudad es que La Solana sea de los vecinos y vecinas. Si el Puerto no quiere esos terrenos, el Ayuntamiento sí. Sería bueno que no especuláramos con una zona tan sensible de nuestro litoral”, añadió.
Este conflicto añade un nuevo capítulo a una sucesión de enfrentamientos entre el Ayuntamiento y el Puerto, que tienen su centro en el proyecto de la Autoridad Portuaria -rechazado por el Gobierno municipal- de hacer caja con la venta a promotoras inmobiliarias de los terrenos de los muelles que en los próximos años se quedarán vacíos con el traslado al nuevo Puerto Exterior de la mayor parte de la actividad. Ayuntamiento y Puerto han chocaron también en la cuestión del túnel de A Mariña, construido por el Puerto a través de una UTE, y que ha generado muchos problemas. Además, la paralización de la venta de La Solana a la inmobiliaria Río Mero el pasado mes de mayo no sentó bien en los gestores de la Autoridad Portuaria
Concentración de protesta
Este jueves a las 18 horas la Autoridad Portuaria celebra reunión de su consejo de administración. Media hora antes, a las 17.30 horas, la Comisión Abierta en Defensa de lo Común convoca ante la sede de este ente dependiente del Ministerio de Fomento una concentración de protesta contra su intento de “hacer caja” con la venta de La Solana y el Hotel Finisterre. La entidad exige la devolución gratuita de ambas propiedades al Ayuntamiento de A Coruña, recordando que “tanto La Solana como el Finisterre ocupan 25.000 metros cuadrados de terrenos de titularidad pública o ganados, en diversas etapas, al mar”. “La antigua playa de O Parrote sobre la que se yergue La Solana forma parte de lo común y, por lo tanto, el complejo debe ser devuelto gratuitamente al pueblo de A Coruña”, subrayan.
La plataforma lamenta que “la ciudadanía tenga que pagar facturas políticas en nombre de las exiguas cuentas de una entidad pública como la Autoridad Portuaria, más interesada en fomentar la cuestión privada que el aspecto público de las instalaciones”. “Permitirlo sería tanto como abdicar de nuestra propia condición de ciudadanos”, añaden. La Comisión denuncia que “asistimos en los últimos años a una pérdida de edificios y espacios públicos, que fueron siempre una referencia en la historia de la ciudad y muchos de ellos de titularidad pública. Parece que la ciudad está en venta”. Y destaca el carácter de “espacios comunales, bienes propios pertenecientes a la ciudad desde su fundación” que “no pueden ser objeto de operaciones especulativas para finalizar un muelle que lleva ya enterrados millones de euros de los sacrificados contribuyentes coruñeses”.
Un complejo construido justo después de la Guerra Civil
La historia de La Solana comienza con la victoria franquista en la Guerra Civil. Un grupo de empresarios de la ciudad, afines al nuevo régimen, impulsaron la ocupación de la playa de O Parrote (unos 25.000 metros cuadrados de espacio público), construyendo allí el complejo de ocio La Solana, inaugurado el 17 de julio de 1942 y dejando sin playa a la Ciudad Vieja de A Coruña. Posteriormente, en 1948, levantaron el Hotel Finisterre sobre el solar que hasta 1928 ocupaba la vieja cárcel de la ciudad, y en 1970 se inauguró la ampliación de La Solana, realizada sobre un nuevo relleno.
Para la Comisión Abierta en Defensa de lo Común destaca que la operación se llevó a cabo “cuando aún estaban calientes los cuerpos de los ciudadanos asesinados por el franquismo”. La entidad subraya que La Solana y el Hotel Finisterre son “el símbolo referencial de lo que iba a ser el botín de los vencedores” y destaca que ambas construcciones se levantaron pegadas a la muralla del siglo XVIII, rompiendo con el “perfil de la Ciudad Vieja” e “invadiendo un arenal hasta entonces prácticamente virgen, circunstancia ilustrativa de la sensibilidad urbana de los entusiastas del Glorioso Alzamiento Nacional”.
Las dos instalaciones fueron gestionadas por la sociedad Finisterre S.A.U, con concesión hasta el año 2027, y que paga un arrendamiento anual de unos 100 mil euros. Según la tasación realizada por la Autoridad Portuaria, el hotel y el complejo deportivo generan unos beneficios anuales de un millón de euros.