El presidente de la Xunta acaba de facilitar la Navidad. Lo hace, por el momento, como presidente del PPdeG en un video en el que asegura que “en este 2014, por fin han vuelto algunas palabras” a Galicia. Y a continuación se enumeran veinte palabras que, según el jefe del Ejecutivo gallego, han regresado a la sociedad gallega y que han sido extraídas de diferentes discursos protagonizados por él mismo.
“Autoestima, optimismo, empleo, recuperación, tecnología, turismo, sanidad, conocimiento, igualdad, bienestar, cooperación, automoción, hermandad, rigor, oportunidad, exportaciones, compromiso, industria, investigación y naval”. Veinte palabras que, según Feijóo, ya han regresado a Galicia. “En este 2015, trabajaremos para que estén presentes con mayor intensidad, en Galicia y en los hogares. Feliz Navidad y próspero año nuevo.”, finaliza el presidente de la Xunta.
Un vistazo a diferentes datos es suficiente para comprobar que la mayoría de las palabras a las que se refiere Feijóo o no han regresado o están volviendo con un ritmo más que precario. Un repaso a algunas de ellas nos descubre una realidad algo diferente a la que pinta el Gobierno gallego y el partido que lo sustenta.
Autoestima
Si hay algo de lo que pueden presumir los gallegos es de contar con un idioma propio. Una lengua que desaparece a cada paso y que se ve afectada por la discutida política lingüística que lleva a cabo la Xunta de Galicia. La última encuesta del Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre el uso del gallego revela que las personas que utilizan el idioma en su vida diaria han descendido 13 puntos en diez años. Pero el Ejecutivo celebra el incremento de la población bilingüe.
Además, los datos confirman la preocupación por el descenso de hablantes entre la juventud. Tres de cada cuatro menores de 15 años son solo castellanohablantes, lo mismo que dos de cada tres personas entre 15 y 29 años. Por tanto, el gallego ya solo es mayoritario entre los mayores de 50 años.
Si hablamos de la demografía gallega, Galicia ha vuelto a liderar la pérdida de población en el Estado en las últimas estadísticas. Perdió más de 6.100 habitantes en el primer semestre de este año 2014 y vuelve a encabezar la lista con peor saldo vegetativo. También presenta una de las tasas más bajas de fecundidad y es una de las autonomías donde la maternidad llega más tarde (32,3 años). Menos gallegos y menos gallego. Y menos autoestima.
Optimismo
Según los últimos datos del IGE, seis de cada diez familias siguen llegando “con dificultades” a final de mes en Galicia. Los que más problemas encuentran para subsistir son los hogares monoparentales, entre los que tres de cada cuatro se encuentran en esta situación. Los indicadores han mejorado ligeramente, pero tres de cada diez personas han asumido nuevas medidas de ahorro, al tiempo que pasan del 7% al 11% las familias “con muchas dificultades”.
De igual manera, se ha reducido el número de familias que adoptan medidas para recortar gastos. Por ejemplo, aquellos que en los últimos meses han cambiado sus hábitos de compra comprando marcas blancas o productos en oferta, son el 28,13% cuando hace un año superaban el 30% y en 2010 llegaron al 40% del total. En términos semejantes evolucionó el porcentaje de familias que han recortado gastos y ropa o transporte, también por debajo del treinta por ciento (28,7%). Sin embargo, la realidad es que casi tres de cada diez familias han realizado en los últimos meses nuevos recortes de gastos. Para ellos y ellas la crisis no ha escampado y de optimismo, poco o nada.
Empleo y recuperación
Difícil mantener que el empleo ha vuelto a los hogares gallegos. Por lo menos a los de los 248.362 parados con los que cuenta Galicia según los últimos datos de los servicios públicos de empleo. En el pasado mes de noviembre, el paro bajó en el conjunto del Estado pero subió en Galicia, que fue la segunda comunidad autónoma donde más se incrementó.
Así, en Galicia hay 4.588 personas más registradas en los servicios públicos de empleo (+1,9%), quedando la cifra total en casi 250.000 parados, un 8,2% y 22.222 menos que hace un año. El de noviembre fue el tercer ascenso consecutivo del paro, lo que deja ya muy lejos aquellos datos que hicieron que la autonomía liderara la caída del desempleo en el Estado en el pasado mes de agosto. Fue un espejismo provocado por las contrataciones estivales y la campaña de verano. El desempleo volvió a subir en septiembre en 1.264 personas y en otras 5.841 en octubre. En noviembre, tan sólo Baleares registró un peor dato, con casi 9.000 registrados más en las oficinas de empleo.
El dato fue aún peor si tenemos en cuenta que la afiliación a la Seguridad Social en Galicia bajó en el mes de noviembre en 4.100 personas (-0,44%), por lo que el total de afiliados se situó en 928.660 trabajadores. En relación con el mismo mes del año anterior, la cifra aumentó en 11.900 personas. Es este dato interanual el único positivo, ya que las cifras del mes de noviembre dejaron claro el empeoramiento del mercado laboral en Galicia, que incluso rompe con la endeble y precaria tendencia positiva en el conjunto de España.
Y eso sin tener en cuenta la emigración, que refleja la cara más dura de la situación laboral en Galicia. La publicitadísima “senda de la recuperación” no ha llegado a los oídos de, al menos, 12.620 personas. Tampoco las aseveraciones refereridas a que Galicia es de los primeros territorios del Estado en salir de la crisis económica. Eso se deduce de los datos migratorios publicados hace dos semanas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los cales acreditan que esa cifra de hombres y mujeres, case 13.000, abandonaron la comunidad en dirección la otros puntos del Estado o del mundo en el primer semestre de este 2014. Desde el inicio de la crisis a cifra se aproxima ya a las 160.000 personas.
Sanidad
Las manifestaciones contra los recortes y las privatizaciones en la sanidad pública gallega, contra el aumento de las listas de esperas y contra las precarias condiciones de sus trabajadores son constantes.Un completo informe de SOS Sanidad Pública destaca que entre 2009 y 2014 se destinó un 12,3% menos de presupuesto para el sistema sanitario público y se perdieron más de 2.000 puestos de trabajo, “un auténtico ERE en el Servizo Galego de Saúde”.
Además, se ha ejecutado el cierre de 275 camas hospitalarias y se ha seguido beneficiando a la sanidad privada mientras “se vampirizan los fondos del sistema público, provocando también la pérdida de conocimiento, logística o mantenimiento”. Según este colectivo, en este período de gobierno del PP el 48,8% del presupuesto ha sido destinado al sector privado, mientras que tan solo el 7,1% para los centros públicos. Al tiempo, en cuatro años la espera quirúrgica media pasó de 71 a 83 días, añadiendo así a estos listados unos 3.700 pacientes.
Bienestar
En los últimos años el Gobierno gallego ha sacado pecho por el incremento de los presupuestos destinados a sufragar la Renta de Integración Social de Galicia. En marcha desde 1992, la RISGA es un subsidio que, admite la propia Xunta, está destinado a procurar la mera “subsistencia” de las personas que “carecen de recursos económicos”. Su cuantía oscila entre los 399 euros, para personas que viven solas, y los 601, para unidades de convivencia de cinco o más personas. Si bien es cierto que la dotación presupuestaria de la RISGA ha alcanzado cifras récord nos últimos años no lo es menos que el propio funcionamiento del subsidio implica un incremento de fondos en función de las personas solicitantes, esto es, de las personas en una situación económica límite.
El presupuesto de la RISGA permaneció prácticamente intacto en unos 23 millones de euros desde las últimas cuentas públicas aprobadas por el bipartito, las de 2009, y hasta 2012, cuando fue incrementado en un millón de euros. En 2013 su incremento fue mayor, hasta los 32,7 millones de euros, en 2014 rozó los 40 y en 2015 está previsto que supere los 47. Estas subidas no han impedido, además, que la Consellería de Benestar haya tenido que realizar modificaciones presupuestarias en pleno ejercicio por no ser suficientes las cuantías iniciales.
Desde finales de los años 90 la población beneficiaria de estas ayudas rondó las 4.000 personas, una estabilidad que se comenzó a romper en 2009, cuando se aproximaron a las 4.800. Dos años después, en 2011, las personas que precisaban la RISGA para subsistir ya superaban las 5.000, en 2012 se quedaron por encima de las 6.700 y en 2013 se produjo el gran salto, hasta las 9.300. Las cifras de 2014 y 2015, aún correspondientes a estimaciones de la Xunta, hablan de un ligerísimo descenso en el presente año y de un incremento en el siguiente, hasta las 9.900. La subida, por lo tanto, es de alrededor del 113% desde el inicio de la crisis. Un síntoma evidente de la falta de un mínimo bienestar en millares de personas en Galicia.
Pero no es el único dato. Medio millón de gallegos se encuentra en situación de exclusión social, según un informe presentado también hace poco por Cáritas y la Fundación Barrié, en el que se advierte del envecellemento de la población y de la necesidad de “atención de urgencia” a los 55.000 hogares gallegos (unas 130.000 personas) que se encuentran en situación de exclusión social severa.
Investigación
Aquí, una vez más, los datos son tozudos. Los más recientes son lo de los presupuestos de la Xunta para el año 2015, presentados hace unas semanas. La partida dedicada a I+D+i crece, pero de forma mínima, pasando de los 118,4 millones de euros de 2014 a los 120 millones, un incremento de apenas el 1,35%. Cierto es que el año anterior la inversión en el Plan Galego de Investigación, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica también había crecido (desde los 114,5 millones), pero dos años antes, en los presupuestos para el 2011, este había experimentado su recorte más importante, perdiendo 20 millones de euros, que se unían a los 8 millones perdidos en las cuentas de 2010. En definitiva, y a pesar de las leves subidas de los dos últimos años, la inversión en I+D+i en las cuentas públicas gallegas es hoy un 15,5% inferior al de 2009. Seis años perdidos y en regresión.
Además, entidades como la Confederación de Sociedades Científicas de España han denunciado en varias ocasiones que, además de los recortes sufridos en los presupuestos, también hay que hablar del elevado grado de no ejecución de los mismos, superior al 40% del total en muchos casos. Casi la totalidad de los fondos no gastados corresponden a créditos, lo que en las partidas aparecen como operaciones financieras, que no se adjudicaron.
Industria
Que la situación industrial en Galicia es mala es más que evidente, pero los datos tampoco engañan. El Índice de Producción Industrial (IPI) disminuyó en Galicia un 7% en el mes de octubre con respecto al mismo mes de 2013, lo que supone la mayor caída a nivel estatal después de Asturias. Son las últimas cifras hechas públicas por el INE, que revelaron también que, en lo que va de año, este IPI ha caído un 4,6%, situándose Galicia como la segunda autonomía con mayor caída, sólo por detrás de Asturias.
Naval y automoción
A menos de dos semanas de que finalice el veto de la UE sobre la construcción naval civil, los astilleros de la ría de Ferrol han recibido una buena noticia, con la adjudicación de su primer gran proyecto fuera del naval. Iberdrola ha adjudicado a Navantia el contrato de componentes de eólica marina para un parque alemán, con 700 trabajadores implicados entre Fene y Puerto Real (Cádiz) y con un contrato que asciende a 160 millones.
Ha sido una de las pocas buenas noticias recibidas por un sector que ha perdido miles de empleos en los últimos años, que sigue a la espera de más carga de trabajo y que espera por un dique flotante que nunca llega. Mientras, los contratos de Pemex -positivos- se han quedado en mucho menos de lo que desde la Xunta se promocionaba.
En la automoción, también Feijóo presume. La planta viguesa de PSA Citroën se ha adjudicado la nueva furgoneta del grupo, la K-9, tal y como se encargó de anunciar el Gobierno gallego. Fue una buena noticia que tuvo una condición nada positiva: el reajuste salarial y los recortes que tuvo que sufrir la plantilla y que provocó importantes protestas de los sindicatos, contrarios a un acuerdo del sindicato mayoritario SIT con la dirección de la empresa y con el rechazo del resto de centrales (UGT, CCOO, CIG y CUT).
Igualdad
También habló Feijóo de “igualdad” en el video en el que felicita la Navidad. Sólo un dato de los múltiples que hay sobre la situación de desigualdad de las mujeres: Las mujeres gallegas cobran, de media, un 23% menos que los hombres nos sus puestos de trabajo por cuenta ajena. Además, las nuevas empresas creadas en Galicia tienen, en el 70% de los casos, fundadores masculinos. Esto sucede en un contexto en el que las cifras oficiales de población indican que en Galicia viven más mujeres que hombres, en el que el alumnado de los estudios superiores es mayoritariamente femenino y en el que las estudiantes protagonizan los galardones de excelencia académica. A pesar de estas circunstancias en los puestos de trabajo mejor pagados de la comunidad la presencia de hombres prácticamente duplica a la de mujeres, mientras que en los puestos de trabajo más precarios el personal femenino es mayoría.