Las labores de extinción, que se han visto favorecidas por la llegada de algunas lluvias débiles y una bajada de las temperaturas, ha permitido reducir los incendios forestales en Asturias. Sin embargo, todavía hay 21 fuegos que afectan al Principado, según la última actualización del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA). Hace 24 horas se contabilizaban 35 y anoche, 27.
Los fuegos están repartidos en nueve concejos: Allande, Cangas del Narcea, Tineo, Degaña, Ibias, Teverga, Salas, Castropol y Lena. Emergencias informa de que está declarado el nivel 1 de riesgo en todo el Principado y el 2 en los incendios de Degaña e Ibias. La previsión meteorológica para las próximas horas, con lluvias y temperaturas notablemente más bajas que en los últimos días, favorecerá hoy previsiblemente la contención y el control de los incendios.
La mejora de la situación permitió ayer por la tarde regresar a sus casas a los más de cincuenta vecinos que la noche anterior fueron desalojados de tres pequeñas localidades de Cangas del Narcea: Larón, La Viliella y Gillón.
Igualmente, hoy estaba previsto que volvieran a las clases los más de 2.500 alumnos de los veintitrés centros educativos del suroeste asturiano en los que ayer se suspendió la actividad de forma preventiva ante la intensa humareda, que llegó a extenderse por buena parte de Asturias.
A pesar de que se hayan registrado centenares de fuegos en pocas horas en Galicia o Asturias, demostrar un delito de incendio forestal es muy difícil. Por más que el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, haya asegurado con solemnidad que las fuerzas de seguridad no descansarían hasta encontrar a los culpables, localizar, inculpar y sentenciar a un autor no resulta tan automático. De hecho, a la hora de concretar, el Ministerio del Interior ha podido, hasta el momento, pedir la identificación a dos personas en el entorno de las llamas. Todas han quedado libres de sospecha.
Las labores de extinción, que se han visto favorecidas por la llegada de algunas lluvias débiles y una bajada de las temperaturas, ha permitido reducir los incendios forestales en Asturias. Sin embargo, todavía hay 21 fuegos que afectan al Principado, según la última actualización del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA). Hace 24 horas se contabilizaban 35 y anoche, 27.
Los fuegos están repartidos en nueve concejos: Allande, Cangas del Narcea, Tineo, Degaña, Ibias, Teverga, Salas, Castropol y Lena. Emergencias informa de que está declarado el nivel 1 de riesgo en todo el Principado y el 2 en los incendios de Degaña e Ibias. La previsión meteorológica para las próximas horas, con lluvias y temperaturas notablemente más bajas que en los últimos días, favorecerá hoy previsiblemente la contención y el control de los incendios.
La mejora de la situación permitió ayer por la tarde regresar a sus casas a los más de cincuenta vecinos que la noche anterior fueron desalojados de tres pequeñas localidades de Cangas del Narcea: Larón, La Viliella y Gillón.
Igualmente, hoy estaba previsto que volvieran a las clases los más de 2.500 alumnos de los veintitrés centros educativos del suroeste asturiano en los que ayer se suspendió la actividad de forma preventiva ante la intensa humareda, que llegó a extenderse por buena parte de Asturias.
“Nunca antes hubo en Galicia tantos medios contra los incendios en un mes de octubre”, aseguró Feijóo en la declaración institucional de este lunes tras la ola de fuego que arrasa el país y ha provocado ya cuatro muertes. Las anómalas condiciones meteorológicas y la larga sequía obligaron a la Xunta a extender el período de alto riesgo también a este mes y a mantener un operativo propio de los peores días del verano.
Tal y como aclara la Consellería de Medio Rural, actualmente trabajan en el dispositivo contraincendios un total de 5.600 efectivos (350 brigadas, 220 motobombas, 40 palas, una veintena de medios aéreos y 260 miembros de la Unidad Militar de Emergencias). Son muchos para esta época, pero un poco menos de los casi 5.800 previstos para las etapas más duras en el Plan de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales de Galicia (Pladiga) y no todos los que se podrían haber dispuesto antes.
Los bomberos portugueses han conseguido controlar este martes todos los incendios que afectaban al centro y norte del país, donde 36 personas han muerto y 63 han resultado heridas por la oleada de fuegos iniciada el pasado domingo.
Según datos de la Autoridad Nacional de Protección Civil, a primera hora de la mañana solo se registraba un fuego de pequeñas dimensiones en el municipio de Moura, en el distrito de Beja (sur del país), que atendían cuatro bomberos.
Es el único incidente de esta jornada, en la que el descenso de temperaturas y las lluvias registradas durante la madrugada en parte del territorio han ayudado a los bomberos a controlar la oleada de incendios iniciada el domingo.
Aquel día, en el que Portugal llegó a tener 523 fuegos, deja un resultado provisional de 36 personas muertas y 63 heridas, 16 de ellas graves, así como siete desaparecidos, según los últimos datos difundidos por la Autoridad Nacional de Protección Civil lusa.
Cerca de 4.000 bomberos estuvieron este lunes sobre el terreno para tratar de sofocar las llamas, que causaron el desalojo de numerosas aldeas y el cierre de carreteras. Les asistían en la tarea medios terrestres y aéreos, a la espera de dos aviones italianos que estaba previsto que se sumaran hoy a las tareas.
El Gobierno portugués ha declarado tres días de luto oficial, que comienzan hoy, así como el estado de calamidad pública en todos los distritos al norte del río Tajo.
Las ediciones de varios periódicos impresos publicados en Galicia y Madrid incluyen este martes la declaración pronunciada por Alberto Núñez Feijóo ante la prensa tras la reunión extraordinaria de su Gobierno celebrada el pasado lunes para tratar la ola de incendios forestales. Bajo el epígrafe “Declaración institucional de la Xunta de Galicia” el Gobierno gallego ha comprado estos espacios en la prensa para difundir un texto que resume en tres ideas: “Galicia con las víctimas”, “Galicia contra el terrorismo incendiario” y “Galicia con los equipos de extinción”.
“Terrorismo incendiario”. Esta ha sido la expresión más popular entre los vecinos de Galicia durante las últimas 24 horas. Se la han copiado a los políticos: el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha hablado de “actividade incendiaria homicida” y ha lanzado a los vecinos a la búsqueda del criminal. “Ante cualquier persona sospechosa de producir fuegos como los de esta madrugada, con más de 28 focos en horas nocturnas, es preciso llamar a la Policía, la Guardia Civil o la Xunta”.
El nivel de reconocimiento contra los incendiarios viles es máximo. Circulan vídeos de gente tirando piñas encendidas, se habla de motoristas vestidos de negro con mecheros y retardadores. Se explican los focos múltiples y en paralelo a la carretera con intención criminal y regueros de gasolina.
También se habla de montes sin desbrozar y de condiciones meteorológicas extremas, pero más del cárteles y mafias y de recalificación de suelo, de Ley de montes y de simple maldad. De lo que no se habla, extrañamente, es de lo que más sabemos: que la mano que ha sembrado de incendios no solo Galicia sino también Portugal, Asturias y en el resto de la cuenca mediterránea ha sido un enjambre de síntomas, reacciones y consecuencias claramente identificados como los efectos del cambio climático.
Una de las peores oleadas de incendios de la última década ya se ha saldado con cuatro muertos y ha calcinado miles de hectáreas en Galicia y Asturias. Todavía siguen activos un centenar de incendios en la comunidad gallega y otros 32 en Asturias.
Aunque la intensidad de las llamas aumentó en el fin de semana, ¿cuándo empezaron a arder los bosques gallegos y asturianos? Los primeros focos se detectaron el miércoles en el interior ambas comunidades, según el análisis de los incendios localizados por los sensores MODIS y VIIRS de la NASA. Estos sensores buscan anomalías térmicas e incendios activos en la superficie terrestre diariamente.
La lluvia ha aliviado muy notablemente la situación en las áreas afectadas por los incendios en la Galicia atlántica, pero en el interior sigue la lucha contra el fuego. Tras una jornada en la que el intenso humo obligó a encender el alumbrado público en pleno día ante la práctica ausencia de luz solar. En el amanecer de este martes todavía quedaban 7 incendios en situación 2 por su cercanía a zonas habitadas, 5 en la provincia de Ourense y otros dos en Lugo, en el ayuntamiento de Cervantes. Según Medio Rural siguen ardiendo 82 incendios, 27 de ellos activos.
Los relatos de lo sucedido en las últimas horas en algunos municipios del interior son elocuentes. El alcalde de Carballeda de Avia, Luís Milia, aseguraba en la Radio Galega que el 70% del municipio estaba arrasado por las llamas y “había devorado” varias aldeas entre medios insuficientes.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y dirigentes del PP de toda condición extendieron ayer la teoría de que los incendios que asolan Galicia desde el fin de semana y que provocaron cuatro muertes están causados por “terroristas medioambientales”.
Ese es el término acuñado por la dirección del Partido Popular pese a que de momento no hay detenidos, ni artefactos incendiarios incautados y a que la Fiscalía especializada en Medio Ambiente que coordina las investigaciones no tiene un solo indicio que apunte a una acción concertada. Según fuentes de los cuerpos de seguridad tampoco hay atestados en la Guardia Civil o el Cuerpo adscrito de Policía Autonómica para respaldar esa tesis.
Galicia se despierta con lluvias este martes, una jornada en la que deberá seguir luchando contra los incendios, aún siete sin control cerca de núcleos de población. La previsión meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para el día de hoy está marcada por las precipitaciones en toda la comunidad, así como en Castilla y León y Asturias, también afectadas por los fuegos, lo que ayudará en las labores de extinción.