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El día que Inditex vendió un millón de prendas por internet mientras el mundo salía del confinamiento

Tienda de Zara

Paola Obelleiro

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Arreciaba en abril la pandemia de la COVID-19 en todo el planeta. Media humanidad llegó a estar oficialmente enclaustrada y en España, un mes después de declararse el estado de alarma (15 de marzo), se endurecía el confinamiento de la población mientras las cifras de contagios y fallecidos no cesaban de dispararse. A golpe de clic, las ventas en las webs de las nueve marcas de Inditex también crecían ese mes como la espuma: un 95% más que en el abril de 2019. La apuesta del gigante gallego del textil por involucrar sus tiendas, incluso con la persiana echada, en el negocio online y reforzar su capacidad de venta le permitió incluso, ya en mayo cuando comenzó la desescalada y reabrió el comercio, batir un récord: un millón de prendas vendidas por Internet en un solo día. 

La propia compañía con sede en Arteixo (A Coruña) ha ofrecido el dato este miércoles al anunciar hoy que regresa a la senda de los beneficios pese a la pandemia y haber llegado a tener cerradas hasta el 87% de sus tiendas en todo el planeta. En el segundo trimestre de su ejercicio fiscal (mayo-julio), cuando España inició la desescalada, obtuvo 214 millones de euros de beneficios. Atrás quedaron las pérdidas (409 millones de euros) registradas, por primera vez en su historia, entre febrero y abril. La mejoría de las cuentas han permitido aminorar una caída de las ventas tanto físicas como online que, en el conjunto de la primera mitad del año, sigue siendo del 31%. 

Desde la cúpula del grupo capitaneado por Pablo Isla se niegan a desvelar qué día registraron ese récord de pedidos por Internet, un millón en sólo 24 horas en todo el planeta y en el conjunto de sus nueve marcas. Pero fue durante el pico de la pandemia cuando experimentó el fuerte crecimiento de sus ventas online. Y no dejan de aumentar: un 74% en el primer semestre de 2020, según las últimas cifras de la multinacional. En abril, con la población encerrada y pegada a los ordenadores, su incremento supuso doblar las ventas del mismo mes en el año inmediatamente anterior.

Fue también a mediados de ese mes, en pleno confinamiento y en vísperas de la Semana Santa que en España estuvo marcado por un cierre total, cuando Inditex dio marcha atrás y renunció a su inicial pretensión de aplicar, a partir de mayo, un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a sus 25.000 empleados en sus casi 1.600 tiendas en España, todas entonces cerradas. Desde el inicio del estado de alarma, la compañía, que mantuvo en todo momento a pleno rendimiento sus fábricas, logística y servicios centrales, había asumido que pagaría el cien por cien de las nóminas al personal de las tiendas físicas al menos en marzo y abril. Descartó finalmente un ERTE mientras se disparaban las ventas online, y decidió empezar a reincorporar dependientes para, a puerta cerrada, atender también pedidos por Internet con los artículos almacenados en las estanterías. De forma voluntaria, se reactivó, a mediados de abril, la actividad en 290 tiendas. Unos 800 empleados volvieron al trabajo en turnos de ocho a dos de la tarde con la persiana echada. 

“La integración de tienda y online es parte esencial del modelo de negocio”, subrayó Pablo Isla al presentar a los analistas los resultados de la primera mitad del año. La mejoría en las cuentas tiene mucho que ver con ello. El objetivo del grupo es que gracias a esa integración, una cuarta parte de sus ventas, en 2022, sea online. Cada vez más compras por Internet podrán no sólo ser recogidas o devueltas en una tienda, sino que éstas también recurren a sus propias estanterías para atender un pedido.

Durante el confinamiento, el sistema integrado de gestión del stock, una de las nuevas herramientas que más mima Inditex y en la que invirtió este año 308 millones de euros, permitió detectar al momento si una falda, comprada en la web de Zara, resultaba estar colgada en una tienda de Santander. Los empleados de esa tienda, con la puerta cerrada, eran entonces movilizados para enviar la prenda y atender el pedido. Inditex destaca en su comunicado de hoy que pese a los números rojos del primer trimestre, era imprescindible esa inversión en un sistema de gestión del stock que quedará implantado en todas sus marcas de aquí a finales de año. 

El hecho de que se disparará las ventas online y su apuesta por apurar la integración digital de las tiendas también permitió al titán del textil reducir su inventario en un 19% y ajustarse a la demanda. Mientras la gran mayoría de los comercios minoristas se vieron obligados, tras dos meses de cierre, a saldar sus artículos, con grandes descuentos, para intentar dar salida a sus almacenes llenos de mercancías, en Zara, Bershka o Massimo Dutti, entre otras marcas de la compañía de Amancio Ortega, no hubo rebajas antes de la tradicional campaña de verano. El margen bruto de Inditex también es “robusto” y “se mantuvo de forma muy significativa” durante el pico de la pandemia, dice el grupo: es del 56,2% sobre las ventas, apenas seis décimas inferior al del año pasado. 

La compañía que dirige Isla siempre fue muy reacia a dar cifras de sus negocios por Internet pese a que cobra un peso cada vez mayor tanto en sus estrategias como en sus cuentas. Empezó a vender por Internet en 2007 a través de Zara Home, su marca de textil de hogar y decoración. Pero tardó más de una década en desvelar sus resultados de ventas online, que ya representaban el 10% del total en 2018. Había registrado su primer récord, poco antes, un pico de 249.000 pedidos realizados en todo el planeta en sólo una hora. 

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