El pasado diciembre José María Díaz presentaba la dimisión como deán de la Catedral de Santiago. Su marcha se producía después de que ya fuera relevado como responsable del archivo catedralicio, centro del oscuro episodio de la desaparición del Códice Calixtino, el robo que había comenzado en 2011 con tintes de novela histórica y que terminó en el verano de 2012 con final de sainete o casi de chapuza. La historia del electricista que había trabajado durante cuarenta años en el templo antes de llevarse el histórico libro para esconderlo en un garaje próximo a Santiago disparó los rumores en la capital gallega. Surgían preguntas sobre la relación entre el electricista y el sacerdote en un episodio por veces esperpéntico al que se acaba de unir un nuevo personaje: un presunto extorsionador recién detenido por la Policía.
Caracterizado por las fuerzas de seguridad como “conocido extorsionador de personajes públicos”, al hombre en cuestión se le adjudican, por lo menos, “dos delitos de coacciones y amenazas condicionadas”, según un comunicado policial. “Elegía a sus objetivos en los medios de comunicación para después extorsionarlos con una supuesta información de interés para la víctima”, explica el mismo comunicado. “Entre sus víctimas figuran nombres como la baronesa Thyssen”, Carmen Cervera, y también el ex deán de Compostela.
“El modus operandi era siempre el mismo”, dice la Policía. Primero establecía contacto con el objetivo por vía telefónica, “ya que obtenía los números buscando en Internet o preguntanto directamente a personas del entorno de la víctima” y después “accedía a entrevistarse personalmente con ellos”. “Cuando la negociación avanzaba, el detenido amenazaba al interesado con hacer pública la información o con emplear la violencia física si no recibía una recompensa”. Pero, ¿qué clase de información? Datos almacenados en un DVD que “podían perjudicar a la otra persona”, en este caso, al deán.
Según el arzobispado compostelano el contacto con el ex deán se produjo durante la pasada Navidad y José María Díaz se puso en contacto directamente con la Policía. “Gracias a la colaboración de personas del Cabildo de la Catedral”, dice el cuerpo policial, “se pudo saber que el sospechoso había entrado en contacto con el ex deán” y, “tras numerosas llamadas de teléfono y varias entrevistas, los agentes procedieron a la detención del investigado”. La detención se produjo en el convento de las Mercedarias, en Santiago. Allí había acudido para “tratar los detalles de la entrega del dinero a cambio de un supuesto DVD”. Esto mismo es lo que había hecho en octubre de 2011 pero no con el deán, sino con la baronesa.
Mientras la rumorología vuelve a estar disparada en Compostela, desde la Catedral subrayan la “activa colaboración” del ex deán con la Policía. Ahora, explican, José María Díaz intenta “recuperar el sosiego y la tranquilidad alterada”, ya que el presunto extorsionador era una persona “potencialmente peligrosa” que “repercutió, de alguna manera” en su salud. Resta saber si el sainete tendrá más capítulos.