Feijóo, a 48 horas de reunirse con Sánchez: “Es el Gobierno más lento y con la peor política económica de Europa”

Daniel Salgado

5 de abril de 2022 12:19 h

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El Feijóo moderado y pactista que algunos círculos esperan en Madrid se inhibió este martes en el Parlamento de Galicia. En su lugar, emergió el Feijóo de discurso catastrofista y sin matices, feroz opositor no solo del Gobierno central sino también de la oposición gallega, y cuya relación con las cifras y lo hechos resulta borrosa. A 48 horas de su primera reunión con Pedro Sánchez ya como líder del PP español, el presidente gallego no se guardó munición: “Es el Gobierno más lento de Europa con la peor política económica de Europa”.

Feijóo es todavía presidente de la Xunta de Galicia. Tampoco este martes, durante la sesión de control parlamentario, ofreció ninguna pista sobre los plazos y los protagonistas de su sucesión al frente del Gobierno autónomo, aunque los focos se dirigen hacia su vicepresidente Alfonso Rueda. En todo caso, su diatriba contra el el Ejecutivo de Sánchez fue su respuesta a la pregunta del portavoz socialista en la Cámara gallega, Luis Álvarez, sobre las medidas adoptadas por el gabinete de Feijóo contra las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Si esperaba respuestas más allá de los reiterados anuncios de las últimas semanas -la mayoría aún por concretar-, Álvarez no tardaría en topar con la habitual muralla de argumentario.

“Ese apocalipsis del que usted habla se corresponde más bien con un fin de ciclo electoral”, le espetó Feijóo, que responsabilizó sin reparos a Sánchez de la inflación desbocada que asola Europa -cierto que algo más España- y solemnizó: “Pido que nunca se copie a este gobierno socialista de Madrid”. La descripción de la situación de Galicia que tanto molestó al presidente gallego la había basado Luis Álvarez en datos extraídos de fuentes oficiales. Tan oficiales como el Instituto Nacional de Estadística. La comunidad es la décimo primera del Estado en salario medio anual, la décima en tasa de riesgo de pobreza o PIB per cápita, o la décimo octava en tasa de actividad. “Estos son los indicadores de 13 años de gobierno. Y con estos mimbres lleva un mes paseándose por España y presumiendo de gestión”, dijo.

El socialista, al igual que hizo después Ana Pontón en su turno, entró en el terreno de los impuestos. Afeó a Feijóo que su retórica sobre la bajada de los mismos nunca se concrete y también que no aportase “ni una sola propuesta” al Gobierno central para detener “la espiral inflacionista”. El presidente evitó contestar y aseguró que la Xunta sí ha bajado los impuestos. “A los que más tienen”, aseguró la portavoz del BNG, Ana Pontón, lo que, a su juicio, derivó en triplicar la deuda pública, recortar en sanidad y educación o la emigración de 200.000 jóvenes. Pero lo que no obtuvo Pontón fue una aclaración sobre el elefante en el Hemiciclo: ¿cuándo va a acabar la interinidad -así la definió el propio Alfonso Rueda- en el Gobierno gallego y va a conocerse el sustituto de Feijóo?

“Dejaré el puesto más importante porque respeto Galicia”

“En semanas asumiré mis responsabilidades con Galicia y dejaré paso a un compañero o compañera”, dijo el todavía presidente de la Xunta, quien esgrimió una singular teoría sobre por qué abandona la política gallega en dirección Madrid. “¿Por qué cree que estoy dispuesto a dejar el puesto más importante que he tenido en mi vida? Porque le tengo respeto a Galicia”, afirmó en una de esas frase contradictorias en sí mismas que, cuando improvisa, trufan sus discursos.

Pontón, a quien Feijóo había recordado que el pasado agosto tomó dos meses para reflexionar sobre su continuidad al frente del BNG, ya no podía replicarle. Ni siquiera a una sentencia que se compadecía más bien poco con la realidad después del cruento golpe contra Casado en alianza con Díaz Ayuso, cantidad de mítines internos en el PP, gobernar “por teléfono” y un congreso de consagración como presidente del PP español: “No le voy a robar ni un minuto a Galicia, porque para mí Galicia lo es todo”.