Vuelven los clásicos. El presidente de la Xunta y del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, acaba de culminar la ronda de juntas directivas provinciales en las que su partido ha analizado los resultados electorales del 24M. Lo ha hecho en uno de los contexto más complejos para la formación conservadora en Galicia en décadas, tras sufrir unos resultados electorales que sitúan el partido con un apoyo ciudadano semejante al de finales de los años 80 y, en el caso concreto de las municipales, con el menor número de votos de su historia. Con este telón de fondo y después de una campaña electoral en la que las alertas presidenciales sobre la supuesta conversión “en Venezuela” parecen haber tenido escaso resultado, Feijóo recupera ahora uno de los lugares comunes más recurrentes del PP: las nuevas formaciones políticas ponen en peligro el orden constitucional, dice.
Mientras en el ámbito estatal se continúa especulando con el posible y definitivo salto de Feijóo a la escena política española, donde Mariano Rajoy insiste en alertar de los riesgos de un supuesto advenimiento de la “izquierda radical”, el jefe de filas de la derecha en Galicia ha terminado el repaso al 24M en las provincias de Pontevedra y Ourense, donde tuvo que admitir ante los de Baltar que habían logrado “los mejores resultados de las cuatro provincias”, algo que “no era fácil”. Fue en este escenario donde el presidente lanzó la alerta sobre los nuevos gobiernos locales de A Coruña, Santiago y Ferrol o, lo que es lo mismo, sobre los ayuntamientos que han sido núcleo principal del del declive del PP provincial coruñés, pilar fundamental de los apoyos internos del titular de la Xunta, y que dentro de una semana estarán gobernados por las mareas.
“Estamos en una fase de incertidumbre”, alerta Feijóo, “porque las alcaldías de ciudades importantes como Santiago, Ferrol y A Coruña estarán en manos de partidos que no admiten la Constitución Española, el Estatuto de Autonomía ni el funcionamiento institucional de los últimos 35 años”. Aunque en el Ayuntamiento santiagués Compostela Aberta cuenta con más votos y supera al PP en un edil y en A Coruña la Marea Atlántica iguala a los populares en concejales y solo tiene 28 votos menos, según el recuento final, Feijóo insiste en que estos serán gobiernos de “grupos minoritarios” que “van a gobernar desde la minoría”. Además de ausencia de respeto por la legalidad institucional vigente, viene a decir, habrá inestabilidad para, por ejemplo, aprobar “los presupuestos” de cada año.
Feijóo responsabiliza de lo que dibuja como panorama caótico a las mareas pero también al PSdeG. Casi a la misma hora que Rajoy le reprochaba a Pedro Sánchez los posibles pactos con Podemos en varias autonomías Feijóo proclama que “hay partidos que se comprometieron a nunca pactar con los Podemos gallegos -en referencia a las mareas, compromiso que nunca se formuló por parte del PSdeG-” y que “están ahora entregando ciudades y pueblos a esos con los que dijeron que no pactarían”. “Los gallegos”, asegura, “están dándose cuenta y tomando buena nota” y por eso los socialistas, teoriza, no entran en los gobiernos de las mareas: “no quieren comprometerse para que los electores no puedan tomar nota de cara a las elecciones generales y se den cuenta de que hay un engaño electoral”.
Todo esto, remata Feijóo, sucede en un panorama en el que “en una ciudad un partido dice una cosa” y “exactamente la contraria en otra ciudad”. La negociación de los pactos, critica, se está convirtiendo en un “espectáculo que lamento profundamente” y por el que “la gente está sorprendida”, ya que “estas actitudes de poco rigor y respeto por las instituciones no se habían dado en el municipalismo gallego”, “no son correctas” ni “respetuosas con la gente”. No obstante, junto a esta argumentación Feijóo explicita su apoyo a una propuesta inédita: la lanzada por Rafael Louzán al BNG, ya rechazada por el Bloque, para intentar retener la presidencia de la Diputación de Pontevedra. Ese pacto, dice el líder del PPdeG, sería tan “legítimo” como que Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) continúe al frente de la alcaldía de Pontevedra.