Desde que Alberto Núñez Feijóo comenzó a actuar como líder de facto del PP ha centrado su discurso en las cuestiones económicas y, en concreto, en la bajada de impuestos que defiende como adecuada para hacer frente a la crisis derivada de la guerra en Ucrania y a una inflación que no deja de crecer. Este jueves, sin embargo, no ha dado concreción a esas reclamaciones. Ante una pregunta directa sobre qué tipos y en qué medida deberían modificarse, ha aplazado la respuesta a una hipotética negociación con el Gobierno central para modificar el plan anticrisis aprobado mediante enmiendas, lo que exigiría que, en su entrada al Congreso, se tramite como una proposición de ley, la vía más larga para un conjunto de medidas previstas, en principio, hasta el 30 de junio.
Feijóo señaló que cuando haya “posibilidad” el PP verá “qué impuestos concretos” y se remitió únicamente a alguna propuesta ya enunciada, como la petición de su partido de suspender el impuesto especial de hidrocarburos y rebajar el IVA al 4%, medidas que necesitarían el visto bueno de la Unión Europea y que reducirían los ingresos del Estado en unos 20.000 millones de euros.
Al plan del Gobierno no le ahorra críticas: “Debería haberlo hecho mucho antes y mejor”. Reprochó en numerosas ocasiones durante la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gobierno gallego que el equipo de Pedro Sánchez actuase “sin buscar el consenso con nadie” y “sin reuniones ni documentos previos”. Las iniciativas del Plan Nacional de Respuesta a las Consecuencias Económicas de la Guerra, dijo, se aprobaron “por decreto, sin reuniones previas”. Lo cierto es que el pasado 16 de marzo el Gobierno abrió una ronda de conversaciones con los grupos del Congreso para debatir estas medidas.
El todavía presidente de la Xunta se mostró molesto también por haberse enterado “leyendo el BOE” del contenido del plan y por no encontrar en la redacción el “compromiso” que insiste en que Sánchez adquirió en La Palma de rebajar impuestos. La declaración pactada en aquel encuentro quedó plasmada de la siguiente manera: “Las medidas que se incorporarán al plan desarrollarán e intensificarán las ya anunciadas hasta ahora, como son las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas y otras que se puedan plantear”. Añade que el plan “se irá configurando a través del diálogo que el Gobierno desarrollará con las comunidades autónomas, las fuerzas parlamentarias y los agentes sociales”. Sin embargo, Moncloa señala que no ha recibido las propuestas ni del Grupo Popular en el Congreso ni de comunidades como la gallega.
Según Feijóo, esta afirmación “no resiste ni un vistazo, aunque sea descuidado, a las hemerotecas”. Se remontó a noviembre, mes en el que envió una carta a Sánchez trasladando su preocupación por la inflación. Citó luego su postura en la Conferencia de Presidentes de La Palma y el plan de choque del Gobierno gallego, que empezó a anunciar hace 15 días, pero cuyas medidas no habían sido activadas al arrancar esta semana. Terminó aludiendo al decálogo que presentó en el Parlamento de Galicia y en el que dejó una serie de propuestas dirigidas al Gobierno central. “Este tipo de afirmaciones de Moncloa no estoy dispuesto a aceptarlas”, dijo.
Feijóo interpreta que el Gobierno es “el principal interesado” en que no haya consenso con el PP: “Si usted no quiere llegar a acuerdos con alguien lo que tiene que hacer es no consultarle, publicar su decisión en el Boletín [Oficial del Estado] y echarle la culpa de no haber pactado con usted cuando usted se negó a pactar con ellos”. Si ahora el plan se tramita por la vía larga, la que admite que se hagan enmiendas, el futuro líder del PP asegura que pueden “hablar”, pero en caso contrario va a interpretar que es una “invitación a no poder apoyar a un Gobierno que no quiere ser apoyado”.