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“Sería un fracaso no ser capaces de canalizar las ansias de cambio, que cada fuerza asuma su responsabilidad”

Luís Villares (Lugo, 1978) ha pasado en unas pocas horas de ser magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia a aspirar a la candidatura a la Presidencia de la Xunta por En Marea. Con la incógnita de la integración de Podemos planeando sobre todo el proceso, asegura haber dado el “paso adelante” desde la “convicción de que es necesario intervenir en política activa para revertir las políticas antisociales” y hacerlo “en clave de país”. Si obtiene la candidatura el objetivo es el Gobierno pero, advierte: “La Marea Galega tiene vocación de permanencia” sea cuál sea el resultado del 25 de septiembre. [Entrevista realizada originalmente en gallego]

¿Por qué se mete en esto? El escenario es incierto internamente, pero también electoralmente.

La razón de hacerlo es mi compromiso social, descubierto desde hace tiempo por mi trayectoria vital y profesional, en el que he visto gente sufriendo y padeciendo injusticias, incluso por decisiones gubernativas. He visto cómo se recortaban derechos sociales y eso suponía el sufrimiento de mucha gente. Y por otra parte, estar en el ámbito específicamente contencioso-administrativo me ha llevado a conocer muy bien las Administraciones por dentro, y cómo se separan de los principios que tendrían que inspirar sus actuaciones: la objetividad, actuar a favor del interés general.

Lo que usted sitúa como bagaje básico para dar ese paso, la experiencia judicial, el PP y el propio Feijóo lo ven como una posibilidad de que se hayan contaminado partidariamente sus decisiones en los tribunales.

Sorprende que no sea esa la opinión que el PP tiene del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, que fue alto cargo en los dos gobiernos de Aznar. Y eso no le impidió tener la bendición de todo el espectro político para conseguir las más altas cuotas de representación institucional. La ley prevé que mientras uno está en servicio activo no puede participar en la vida política y, en el caso de volver, se prevén mecanismos de garantía, objetividad e imparcialidad.

¿Contempla dentro de este escenario, si llega a ser el candidato, que haya una Marea sin Podemos?

El proceso de confluencia que dio lugar a la creación de un partido político propio y diferenciado para Galicia tiene un carácter dinámico. Es un punto de partida para la construcción de espacios más amplios y tiene vocación de hegemonía. Y eso significa tener las puertas abiertas para la incorporación de más sectores, para que sumemos en un proyecto que quiere ser mayoritario. Podemos tiene su espacio natural dentro de la Marea Galega; estamos en pleno proceso de participación interna y si no es ahora, será más adelante. Pero estoy seguro de que la organización y, sobre todo, la gente que la respalda socialmente va a ver que la Marea Galega es el punto de encuentro.

¿Si finalmente son dos opciones diferenciadas, se cerraría la posibilidad del cambio político en Galicia?

En absoluto. La necesidad de entendimiento es imprescindible y si la Marea Galega tiene la oportunidad, llegará a acuerdos para desalojar el Gobierno de Feijóo. Somos la alternativa al Gobierno de Feijóo, Feijóo y su Gobierno lo saben y no nos va a doler pactar para dar soluciones a nuestra gente.

En todo caso, un escenario más fragmentado beneficiaría a quien no lo está, que es el PP.

Sería una inconveniencia de primer orden que sería deseable solucionar. De ahí que los llamamientos a la fraternidad tengan también un carácter práctico. Por eso, hoy por hoy, que aún estamos a tiempo de llegar a acuerdos, sería bueno que cada uno tenga conciencia de su propia responsabilidad en el proceso de acumulación de fuerzas.

En la presentación de su candidatura repitió que no se puede prometer lo que no se puede cumplir y que los recursos de la Xunta son escasos. ¿Ha pecado la llamada izquierda rupturista de prometer cuestiones abstractas que es difícil trasladar a la realidad?

Cuando se genera un discurso alternativo o de ruptura se pretenden poner las bases teóricas para un modelo social alternativo. Para construir una realidad diferente es necesario idearla, hasta ahí es correcto. Pero lo que nos va a tocar ahora es gestionar la Xunta de Galicia, que tiene un presupuesto limitado. Por eso vamos a presentar alternativas para salir adelante, invertir tendencias de los malos gestores que han estado hasta ahora. Pero lo que no podemos prometer es que va a cambiar todo de la noche a la mañana, porque no es así. Desde luego hay muchas cosas en el campo de la eficacia que no requieren una mayor disposición presupuestaria. Por ejemplo: Hay organismos oficiales como el Consejo Estatal de Transparencia que dicen que, como consecuencia de la privatización de los servicios públicos, se producen sobrecostos en las contrataciones de un 25%.

En su presentación hablaba también de aprovechar mejor las competencias de la Xunta, más allá de reclamar otras. ¿Cómo se puede hacer eso? En ocasiones, la reclamación del autogobierno se queda en lo abstracto.

En estos años, sin perjuicio de alguna experiencia puntual, ha faltado una concepción global del país. Ha faltado, por ejemplo, una ordenación territorial completa. Y esto ha dado lugar a absurdos como la duplicación de carreteras, de infraestructuras deportivas, a tener suelo industrial demasiado caro en la zona atlántica mientras tenemos parques empresariales desiertos en el interior, una mala comunicación entre los polígonos existentes, solapamientos entre espacios urbanos residenciales y los industriales... Para llevar a cabo políticas públicas eficaces hace falta tener esa concepción de país. Y hasta ahora, para eso, las ocurrencias del Gobierno han sido cerrar escuelas y centros médicos cuando les parece que no son rentables. U otras ocurrencias propagandísticas como supuestos planes de natalidad que carecen de un plan estratégico para impedir el declive demográfico.

Plantea objetivos para los que sería necesaria más de una legislatura, pero falta un mes para las elecciones. Si es candidato, ¿cómo abordará y hará llegar al electorado en 40 días proyectos tan estructurales como estos que enuncia?

Una vez obtenida la confianza de la Marea Galega, si es el caso, el proyecto en el que queremos trabajar con la comisión de programa es el establecimiento de tres líneas de acción: una primera presentación de cien medidas de urgencia para invertir tendencias, líneas estratégicas de medio plazo y, finalmente, líneas de largo recorrido, para que la gente vea que tenemos un plan y una idea integral de país, un proyecto nacional que abarca la realidad gallega en el largo plazo.

¿Qué sería un fracaso para este proyecto?

Lo primero sería que, habiendo tantas ansias de cambio y tanta ilusión por confluir para dar lugar a una nueva acción institucional, no nos pudiéramos dotar de una organización política que canalizara ese cambio. Es cierto que llegamos muy justitos, porque las tradiciones que confluyen son diferentes. De hecho, el caso de Podemos demuestra que aún hay gente en proceso de entrada. Esto será un primer éxito. El segundo, trasladarle a la sociedad gallega que tenemos un proyecto solvente. Y en tercer lugar, será un éxito obtener la confianza de la sociedad. El escenario con el que trabajamos es la pérdida de la mayoría absoluta del PP, con la Marea Galega siendo primera fuerza y con capacidad para gobernar, sola en coalición.

¿Por lo tanto, no habría que temer que, en un eventual escenario sin mayoría absoluta, pase lo que ha pasado en el Congreso, que la aritmética diga que es posible el cambio de Gobierno, pero políticamente no lo sea?

Estamos absolutamente comprometidos con un cambio político transformador, en clave de país y en clave de radicalidad por la justicia social. Y si para poder conseguir eso tenemos que pactar con otras fuerzas políticas, pactaremos. Que nadie tenga dudas de eso.

¿Esa Marea Gallega de la que habla continuará en el tiempo con independencia del resultado de las elecciones?

Evidentemente. La Marea Galega no es una coalición que nazca para presentarse a unas elecciones. Es un proyecto político que nace para dar una respuesta integral a los problemas de nuestra gente. Nuestro marco referencial es un proyecto nacional para Galicia, ese es nuestro eje vertebrador. No somos una simple suma de mareas y partidos.

¿Y eso lo llevarán adelante tanto si gobiernan como si no lo hacen?

Evidentemente. Este es un punto de inflexión en un proceso de confluencia. Y se confluye para construir un nuevo espacio de mayoría social que tiene vocación de ser mayoría política. Sería ideal construirlo en mes y medio pero, si no es el caso, mi compromiso y voluntad es construirlo en el medio y en el largo plazo. Hemos venido para quedarnos.