Manuel Fraga, como presidente de la Xunta, y José María Aznar, como presidente del Gobierno central, pusieron en julio de 2001 la primera piedra de la línea de alta velocidad entre Galicia y Madrid. Algo más de 20 años después, tras sucesivos retrasos en la fecha comprometida, este lunes el AVE hará completo el recorrido entre la capital de España y la comunidad gallega. El viaje inaugural va a ser para las autoridades, entre las que van a estar el rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. También se ha sumado a la comitiva la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El servicio arranca con normalidad al día siguiente, el martes 21 de diciembre.
Con la puesta en servicio de los nuevos trenes, el tiempo de viaje desde Galicia hasta Madrid se reduce entre 54 minutos y una hora y 28 minutos, dependiendo del origen. Cuando se empiecen a utilizar los trenes de la serie 106 de Talgo, los Avril, que podrán alcanzar velocidades de 330 kilómetros por hora, los tiempos se acortarán un poco más. De momento, estos modelos están en pruebas y por las vías circulan los que prestan el servicio del Alvia. Desde la semana que entra, ir de Ourense a Madrid llevará dos horas y 15 minutos, casi hora y media menos de lo que se tardaba hasta ahora. Desde Santiago hace falta una hora y cinco minutos más, lo que supone hacer el viaje en una hora menos.
Los trenes llegan hasta Ourense por la línea de alta velocidad de ancho internacional. A partir de ahí, las vías son de ancho ibérico, así que solo pueden hacer el recorrido los modelos que pueden adaptarse a ambas medidas. Llegan en el límite para cumplir con el compromiso del actual Gobierno, que había dado como fecha para la puesta en servicio del AVE gallego diciembre, y para los viajes navideños, solo tres días antes de Nochebuena.
Desde que se anunciaron las obras, el horizonte temporal ha sido cambiante y la conexión de alta velocidad con la Meseta un tema constante en la agenda de las reuniones de los presidentes de la Xunta con los ministros de Fomento. Son siete los que han pasado por esa cartera en estos 20 años, desde Francisco Álvarez Cascos a Raquel Sánchez, que fue la que anunció en noviembre, tras un viaje de prueba, que el AVE empezaría a funcionar antes de que terminase 2021.
La primera fecha que se dio para el fin de las obras fue la de 2010. El anuncio lo hizo Aznar tras un Consejo de Ministros celebrado en A Coruña a principios de 2003, solo dos meses después del hundimiento del Prestige frente a las costas gallegas y su catastrófica marea negra. El entonces presidente del Gobierno presentaba el llamado Plan Galicia, un listado de ayudas e inversiones para compensar aquel desastre de las que han salido adelante solo una parte. El plazo se fue retrasando. Primero el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dijo que sería 2012, después el compromiso pasó a ser 2015, luego 2018, más tarde 2019. Finalmente han sido necesarias algo más de dos décadas de obras.
Antes de la conexión con la Meseta, en 2011 se inauguró en Galicia una línea de alta velocidad, la que va de Ourense a Santiago y A Coruña. Las características se extendieron cuatro años después hasta Vigo.
La llegada del tren no pone fin a las críticas a una infraestructura compleja, en cuya construcción murieron varios obreros. Hasta febrero de 2019 al Gobierno le constaban 12 fallecimientos en accidentes en las obras, varios de los cuales estaban bajo investigación penal. La conexión no resuelve algunos de los problemas de conectividad interna de Galicia. El trayecto en tren entre A Coruña y Ferrol sigue llevando algo más de una hora, pese a que ambas ciudades están separadas por algo más de 50 kilómetros. Lugo sigue también descolgada de la alta velocidad, a la espera de unas obras que están en marcha y que en 2022 provocarán la interrupción de los servicios ferroviarios con Ourense durante varios meses.