Identificados todos los cuerpos recuperados tras el naufragio del 'Villa de Pitanxo'
Los nueve cuerpos recuperados del mar tras el naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo ya han sido identificados. Según ha confirmado la Delegación del Gobierno en Galicia a través de un comunicado, son cinco marineros de origen español, tres peruanos y uno ghanés. Por el momento, ha trascendido que entre los fallecidos están Miguel Ángel Lumbres, nacido en Perú, y Juan Antonio Cordero, procedente de Lepe (Huelva). El viernes se conoció que uno de los dos primeros cuerpos que llegaron a cuerpo es el del también peruano Rogelio Franco.
Otro pesquero gallego, el Playa Menduiña Dos, a bordo del que iban los tres supervivientes -Juan Padín, Eduardo Rial Padín y Samuel Kwesi- y siete de los cuerpos recuperados, llegó este sábado a las 11,30 -hora española- al puerto de San Juan de Terranova. En la jornada del viernes había arribado otro buque, el Nexus, de Canadá, que llevó a tierra los otros dos cadáveres encontrados tras el naufragio. El resto de la tripulación, otros 12 marineros, sigue desaparecida.
Los supervivientes abandonaron el barco que los llevó a tierra en torno a las 16,00 horas y está previsto que se sometan a pruebas médicas. El Gobierno anunció que este domingo enviará un avión del Ejército para repatriar tanto a los tres marineros rescatados con vida como los cadáveres de sus compañeros.
Atención psicológica a las familias
Un grupo de psicólogos está acompañando a los familiares de los marineros que iban a bordo del Villa de Pitanxo. Uno de ellos, Hafdallah Menni, miembro del Grupo de Intervención Psicológica para Situaciones de Emergencia (Gipse), explica que los allegados se tienen que enfrentar a un “vaivén incesante entre esperanza y desesperanza” a la espera de noticias. En situaciones como esta “las emociones cobran un poder sobrenatural”, señala a Europa Press.
Son una veintena los psicólogos que están atendiendo a las familias en este caso. Se centran en ayudarles a gestionar esas emociones y a aceptarlas y “darse permiso” para sentirlas, expone Hafdallah Menni, que recalca que hay un aspecto de mucho peso en el caso de los naufragios: no siempre aparecen los cuerpos: “No es lo mismo tener un duelo por un ser querido que ha fallecido por una enfermedad o accidente, que lo hemos podido ver y cumplir con nuestros rituales para despedirnos a cuando hay una muerte sin cuerpo que velar y sin tumba que visitar”. En estos casos, añade, no es infrecuente que los familiares “no sientan legitimada su tristeza”.
El especialista explica que normalmente los psicólogos están con las familias las primeras 48 ó 72 horas tras un acontecimiento trágico como este y que el corte de la intervención se suele hacer con el sepelio. El esa ocasión, sin embargo, puede que dure días o semanas porque es “un caso excepcional”.
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