“Resulta inexplicable que se pudiera estar tan cerca de ella sin saberlo”. El Álbum de mulleres del Consello da Cultura Gallega habla en estos términos de María Wonenburger Planells, la eminente matemática gallega fallecida el pasado sábado en A Coruña y cuya brillante trayectoria científica y cultural no se correspondió, al menos hasta el último tramo de su vida, con el reconocimiento público en su entorno más cercano: Galicia y el Estado español.
Nacida en Oleiros en los últimos años 20, con raíces alsacianas y valencianas, su trayectoria intelectual sería codiciada por cualquier persona que ame las matemáticas y, en general, el conocimiento. A finales de los 50 logró una de las primeras bolsas Fullbright, ayuda que se convirtió en su pasaporte académico a la universidad estadounidense de Yale. Cuatro años después tenía ya concluida la tesis de doctorado, centrada en la teoría de grupos, una de sus especialidades. En contacto permanente con algunos de los mejores algebristas, tuvo un paso fugaz por el CSIC español en los años 60 antes de lograr otra beca, esta vez de posgrado, en la universidad canadiense de Queen.
Tras un año en la Universidad de Buffalo, a los 40 años de edad Wonenburger logró una plaza docente en la Universidad de Indiana, donde trabajó hasta 1983, año en el que tuvo que regresar a A Coruña a causa del empeoramiento de la salud de su madre. Durante estos últimos treinta años, aunque colaboró en diversos ámbitos culturales e institucionales –en 2010, por ejemplo, fue reconocida como doctora honoris causa por la Universidade da Coruña– mantuvo un perfil discretísimo y socialmente apenas se conocía que había nacido y vivía en nuestra tierra una de las referencias mundiales en el mundo del álgebra, en el cual dirigió las tesis de algunos de los referentes en la materia y al cual realizó importantes aportaciones también aplicadas en el campo de la física.
Su, en palabras del Consello da Cultura Galega, “brillante currículo investigador y docente, reflejado en un gran número de publicaciones” compuso una “vida profesional moderna, como la que ahora desea llevar a cabo la juventud investigadora” y que en su tiempo era verdaderamente inusual. Su figura, explica la institución, resultó desconocida en buena medida para “el pueblo gallego y la comunidad científica española” hasta la publicación de su biografía, en el año 2006. “La magnitud del tesoro hallado es tal que llevó a las sociedades científicas y a las instituciones, primero, a asombrarse de tener cerca una figura mundial de las matemáticas” y, después, “a otorgarle un reconocimiento más que merecido”.
Uno de estos reconocimientos fue, en 2007, la concesión del nombre de la insigne matemática al galardón otorgado por la Unidad de Muller e Ciencia de la Xunta y que ella misma había recibido un año antes. En estos años han recibiedo el reconocimiento la bióloga María Soengas, la catedrática de Física Inmaculada Paz Andrade, la historiadora Ofelia Rey o la catedrática de Farmacia María José Alonso.
Documentos: Dossier sobre María Wonenburger en el Consello da Cultura Galega